DECEPCION Cuando llegó, el sábado cerca de las 22.00, el teatro El Galpón de las Catalinas estaba lleno, como casi todas las noches en que se presenta la obra El fulgor argentino. Entró confiado y no reparó en los primeros gritos. Pero al ratito era imposible ignorar las voces que pronto se convertirían en abucheo. No necesitó más. Con la decepción en el rostro, Bernardo Neustadt se levantó y se fue.
|