Por Sergio Moreno
Desde México D.F.
 A partir del fin de la visita del presidente Fernando de la Rúa a México empeoró el futuro del represor Ricardo Miguel Cavallo (a) �Sérpico�, detenido en este país. De la Rúa ratificó la posición que ha venido sosteniendo el Gobierno en este caso. �La Argentina no reclama (a México) porque no existe tratado de extradición (con este país). La situación no ha variado; sólo se le seguirá prestando asistencia consular�, dijo el Presidente, en una rueda de prensa compartida con el mandatario electo Vicente Fox Quesada.
Las palabras de De la Rúa dejan al marino de la ESMA en manos de la resolución judicial mexicana, que solo tiene como objetivo constatar si los términos de la demanda del juez español Baltasar Garzón se ajustan al tratado de extradición que existe entre México y Madrid. Después de ayer, Cavallo está más cerca de viajar, con pasaje gratis, a España.
El canciller, Adalberto Rodríguez Giavarini, enfatizó ante Página/12 y otro medio la posición del Gobierno frente al asunto: �Sigue la asistencia consular. No se modifica la situación, absolutamente�, dijo. O sea que el Estado argentino no enfocará la situación de Cavallo como un tema de país a país, como hizo Chile con el Reino Unido sobre Augusto Pinochet, sino que solo controlará si el represor tiene las garantías de un juicio justo.
La delegación argentina llegó al Distrito Federal mexicano en medio de la fuerte convulsión que generó el apresamiento del represor en Cancún. Cavallo era, hasta ese momento, titular del Registro Nacional de Vehículos de México, adonde había llegado luego de ganar una cuestionada licitación. La prensa mexicana dio cuenta exhaustivamente de la situación de �Sérpico� (uno de los apodos que utilizaba en la ESMA) y el tema tiñó la rápida visita del Presidente argentino.
El asunto �no fue parte de la agenda; no fue tratado con el presidente (Ernesto) Zedillo, ni con el presidente electo Fox�, dijo De la Rúa en la rueda de prensa que compartió antes de partir en el Tango 01 a Nueva York, donde participará de la Cumbre del Milenio de la ONU.
Las definiciones del presidente argentino sobre el asunto Cavallo fueron las siguientes:
u Sobre si Argentina podría pedir su extradición: �No, el señor Cavallo no tiene ninguna causa en el país. Además, la Argentina no reclama porque no existe un tratado (de extradición con México)�. Sobre el hecho de que el represor no tenga causas en el país, paradójicamente las leyes de Punto Final y Obediencia Debida que le dieron impunidad se han transformado, en este caso puntual (al igual que en el de Jorge Olivera, detenido en Roma con pedido de extradición por parte de Francia), en un bumerán: la Argentina no puede hacer reclamo alguno.
u Sobre la posición oficial en el asunto: �Sólo se le presta asistencia consular�. Con esta frase, De la Rúa definió que la situación se mantendrá en iguales condiciones.
De la Rúa sostuvo que �la palabra Cavallo� no se mencionó en los encuentros con Zedillo y Fox. En el caso de Zedillo, el último presidente del PRI conoció antes de la llegada del argentino que la posición de Argentina sobre el asunto Cavallo no variaría. Este diario preguntó a un importante diplomático argentino si el gobierno saliente había tomado contacto con las autoridades aliancistas para saber qué iban a hacer con el ex represor. �Hubo contactos�, reveló económicamente el diplomático, sin ofrecer más datos. Página/12 pudo saber que dichos contactos se hicieron vía telefónica a la cancillería argentina. Los mexicanos querían saber si la posición cambiaría. La respuesta fue negativa. De la Rúa y Rodríguez Giavarini lo ratificaron ayer acá. Zedillo no tenía nada que preguntar: ya sabía lo que quería saber.
En cuanto a Fox, que fue al encuentro con el argentino acompañado por su asesor Adolfo Aguilar Zínser �tal como adelantó ayer este diario�, su posición era clara: no hablar del torturador apresado si De la Rúa no sacaba el tema. De cualquier manera, el presidente electo dio a conocer su pensamiento ayer, por este diario, respecto al pedido de extradición efectuado por Garzón: si se ajusta al tratado entre México y España, Cavallo debe ser enviado a Madrid.
Ayer, las autoridades argentinas avanzaron un poco más: concedieron la entrevista a la asociación mexicana HIJOS (los atenderá el embajador Oscar Galié), y al abogado de Cavallo, Marco Antonio Martínez Maldonado, que había pedido audiencia con De la Rúa, lo recibirá el diplomático Alberto Ham, subsecretario de asuntos consulares, que llegó a México con la delegación argentina.
| Dos cumbres juntas en NY
Además de la Cumbre del Milenio de Naciones Unidas, que entre otras cosas discutirá cómo seguir con las misiones internacionales de paz, el presidente Fernando de la Rúa participará hoy en Nueva York de una cena con otros jefes de Estado que alientan la Tercera Vía. Para De la Rúa, que llegó a los Estados Unidos ayer por la tarde, será una nueva oportunidad para tomarse fotos con Bill Clinton y con Tony Blair. Según informó el jefe de la misión argentina ante las Naciones Unidas, Arnoldo Listre, en la cena del Waldorf Astoria a la que De la Rúa fue invitado por Clinton también serán comensales el canciller alemán, Gerhard Schroeder; los primeros ministros de Francia, Lionel Jospin; de Italia, Giuliano Amato, y Portugal, Antonio Guterres; los presidentes de Sudáfrica, Davo Mbeki, y de Chile, Ricardo Lagos, y el vicepresidente de Brasil, Marco Antonio de Oliveira Maciel, en ausencia de Fernando Henrique Cardoso. En la ONU, De la Rúa pronunciará discursos ante la Asamblea General y frente al Consejo de Seguridad, y es probable que el canciller escuche otra vez un reclamo de Washington: que la Argentina aumente sus aportes financieros a la ONU. |
EL OK ARGENTINO A LA TRANSICION
Al PRI, PRI, al PAN, PAN
Por S.M.
Desde México D.F.
La visita de Fernando de la Rúa a este país tuvo una razón política de importancia: el presidente argentino quiso dar una señal de apoyo al saliente mandatario Ernesto Zedillo, a cómo está sobrellevando la transición de la entrega del poder al PAN de Vicente Fox, luego de 71 años de hegemonía del PRI, y al modelo de democracia representativa. De la Rúa cumplió y Zedillo y Fox agradecieron.
El viaje estaba previsto mucho antes del apresamiento del torturador Ricardo Miguel Cavallo, en Cancún, hace ya más de quince días. De la Rúa aceptó el convite que le hizo Zedillo y, en la recepción que ofreció el mexicano en el Palacio Nacional, anteayer a la noche, el argentino no ahorró elogios a México y al presidente saliente. Fue, según los presentes, un discurso convincente.
Ambos gobiernos firmaron ayer un comunicado conjunto de 24 puntos. Los dos puntos cruciales de este texto, motivo del viaje presidencial, son los siguientes:
 �El Presidente Fernando de la Rúa felicitó al Presidente Ernesto Zedillo por el ejemplar testimonio cívico protagonizado por la ciudadanía mexicana, en ocasión de las últimas elecciones nacionales. Señaló que este notable acto de soberanía popular significa un fuerte respaldo a los esfuerzos regionales destinados al establecimiento y consolidación de las democracias del hemisferio�.
�Ambos jefes de Estado coincidieron en que la democracia representativa es el fundamento de la legitimidad de los sistemas políticos y la condición indispensable para la paz, la estabilidad y el desarrollo de la región. Este requerimiento no sólo brinda un beneficio directo a cada país, sino que también constituye el presupuesto político esencial para establecer una integración regional plena�.
Fox tambIén se preocupO por el lavado de dinero
Colombia y drogas, los temas
Por S.M.
Desde México DF
Vicente Fox Quesada, presidente electo de México, llegó al hotel Camino Real a entrevistarse con Fernando de la Rúa. Desplegó, tal como la anunció ayer Página/12, una serie de temas que le preocupan: la situación en Colombia, el papel de Estados Unidos, narcotráfico y lavado de dinero, el establecimiento de una mecánica de consultas rápidas con la Argentina y el aumento del intercambio comercial.
Lo primero que hizo Fox fue agradecer a De la Rúa su gestión conjunta con el presidente chileno Ricardo Lagos para vencer las resistencias brasileñas a fin de que México se siente en la mesa de los países del Cono Sur. Tal era su ensimismamiento que, en la rueda de prensa, el presidente electo cometió en lapsus: �Debemos avanzar en la integración entre Argentina y Brasil... eh, perdón, entre Argentina y México�, dijo y se desdijo.
Fox llegó acompañado de su asesor Adolfo Aguilar Zínser. De la Rúa lo recibió con casi toda su comitiva. Los puntos centrales de la entrevista fueron:
Colombia: Fox contó su preocupación por la situación de ese país y preguntó sobre las conclusiones alcanzadas al respecto en la reunión de Brasilia, del viernes pasado.
Narcotráfico: Fox expuso la gravedad que tiene para México y la región este asunto. Coincidió con De la Rúa en la necesidad de aplicar mecanismos multilaterales para combatir el narcotráfico, en oposición a los mecanismos unilaterales, esto es, la actitud de Estados Unidos de certificar a cada país de hemisferio por su actuación contra este delito.
Lavado de dinero: Ambos presidentes intercambiaron información sobre las leyes existentes en sus países y coincidieron en profundizar el control a las cifras depositadas en entidades bancarias.
Extradición: De la Rúa anunció que se estudia la posibilidad de avanzar en la elaboración de un acuerdo de extradición entre México y la Argentina. Esta es una consecuencia directa del affaire Cavallo. Hoy, representantes de ambos países anunciarán la firma de un acuerdo de cooperación jurídica. Será un paso previo al análisis de un tratado de extradición bilateral.
Obviamente, ambos presidentes coincidieron en que las cifras del comercio bilateral son paupérrimas en relación al tamaño de sus economías (la segunda y la tercera de Latinoamérica) y se propusieron modificar la situación bajando barreras paraarancelarias. Pero hubo un gesto conjunto saliente: tanto Fox como De la Rúa acordaron establecer un mecanismo de consulta rápida a fin de conciliar posiciones en temas delicados y ante foros internacionales. Así, la Argentina y México quedaron en el camino del deshielo tras una fría década de menemismo.
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