Por David Cufré
 José Ignacio de Mendiguren, secretario de la Unión Industrial, aplaudía a rabiar. La misma exaltación mostraban los demás miembros de la central fabril, en un auditorio colmado de las máximas figuras empresarias, no sólo del sector productivo, sino también del establishment financiero. Carlos Alvarez acababa de finalizar su discurso. Fue el momento de mayor fervor del acto de celebración del Día de la Industria. El vicepresidente hizo una encendida apelación a consolidar una �alianza� entre el Gobierno y �los que quieren producir y trabajar�. Fue el cierre que la UIA esperaba para el seminario que organizó para instalar un discurso distinto al de la ortodoxia económica. Alvarez sintonizó como nadie con esa intención de los industriales. Y logró lo que tanto trabajo le cuesta a José Luis Machinea: generar expectativas de cambio y esperanza. El vicepresidente fue elocuente en ratificar su asociación con los sectores productivos y en expresar su respaldo a Machinea, quien ayer finalmente dio a conocer el paquete de medidas largamente reclamado por los industriales, aunque sin satisfacer plenamente sus expectativas.
La mayor expectativa del acto estaba dada, justamente, por las medidas que anunciaría Machinea. Desde el Compre Nacional hasta el tercer vencimiento de las facturas de servicios públicos para las pymes, pasando por una reestructuración a fondo de la Aduana, mayores reintegros a las exportaciones y otros ingredientes del cóctel de políticas activas (ver aparte). �Es un paso adelante, pero nada para cortarse las venas�, fue la gráfica expresión de un alto directivo de la UIA para calificar los anuncios oficiales. Más allá de las medidas, lo que se proponía la central fabril era generar un hecho político. Buscaba comprometer al Gobierno a incorporar en sus políticas una dimensión distinta de la pura ortodoxia fiscal.
En ese terreno, la UIA quedó más que satisfecha con la respuesta de Alvarez. En cuanto a las medidas en sí, las consideró un gesto en favor del cambio que propone, pero con una trascendencia más diluida de lo que hubiera deseado. Como nunca en los últimos años, los industriales lograron poner todas las miradas del mundo económico en torno suyo. Advierten que después de la constante pérdida de influencia política que padecieron durante una extensa etapa del gobierno menemista, ahora se abrió la chance del resurgimiento. Sin embargo, les inquieta que la incandescencia de la llama actual se apague tan pronto como una estrella fugaz. De allí que hayan utilizado un lenguaje frontal y entregado definiciones contundentes para solidificar una posición que en este momento les es favorable.
Eduardo Escasany, presidente del Banco Galicia y de la poderosa Asociación de Bancos de Argentina; Jorge Di Fiori, titular de la Cámara de Comercio, y otras figuras de los sectores más concentrados de la economía fueron al Hotel Alvear a participar del acto de la UIA. Su presencia evidenció la importancia del evento, ya que años atrás no se dejaban ver en ocasiones similares. Este sector advierte con preocupación el nuevo escenario que comienza a perfilarse. También estuvieron los diputados Rafael Pascual �presidente de la Cámara baja�, Darío Alessandro -titular del bloque de la Alianza�, Jesús Rodríguez y Beatriz Nofal, entre otros. Todos ellos estuvieron reunidos la semana pasada con el Grupo Productivo �UIA, Cámara de la Construcción y Confederaciones Rurales� y sellaron un pacto político para impulsar en conjunto un paquete de leyes reactivantes.
El titular de la UIA, Osvaldo Rial, fue el primer orador. Su discurso estuvo cargado de frases de alto voltaje político:
 �No nos llama la atención que surjan versiones irresponsables y mal intencionadas por parte de economistas altamente responsables de la recesión, que intentan asustarnos cuando se proponen medidas para el crecimiento�, enfatizó, en referencia a los rumores de la salida de Machinea del gobierno.
�Debemos enfrentar una teoría tan peligrosa como la del piloto automático. Es la idea que sustenta que el objetivo único de la economía debe ser el riesgo país.�
�Hemos regalado nuestros mercados a empresas de otros países por ingenuidad o desconocimiento.�
�No tengamos temor a la presión de economistas y organismos internacionales, nos debe asustar más la realidad social que vivimos que las amenazas desestabilizadoras.�
�La UIA ha abandonado el Grupo de los Ocho convencida del agotamiento de una actitud empresaria desentendida de la problemática social y fundamentalista de visiones ingenuas y mal aplicadas del libre mercado.�
Después de ese discurso, largamente aplaudido, le tocó el turno a Machinea. Moderado, buscando resaltar los logros de su gestión, el ministro leyó 14 hojas con las que sólo logró arrancar un par de aplausos del auditorio. Dijo que deben congeniarse políticas activas con las de solvencia fiscal y dejó para el final los anuncios tan esperados. Cuando terminó de leerlos, la atención de todos se derivó inesperadamente por la caída de un hombre mayor en medio del público. Machinea tuvo que interrumpir su lectura para reclamar la presencia de un médico y, cuando el hombre se recuperó, el ministro no pudo cosechar los aplausos que esperaba.
El cierre del acto le tocó a Alvarez. �Se terminó la apertura ingenua e indiscriminada.� �Se terminó el piloto automático.� �Tenemos que hacer una alianza con los que quieren producir y trabajar.� �La globalización nos obliga a una estrategia de crecimiento y desarrollo.� �Los países serios son inteligentes y no descuidan sus mercados.� �Nadie da la vida por la solvencia fiscal.� �Hay algunos que se acostumbraron a ganar plata sin competir y esos tiempos se acabaron.� �No a la devaluación ni a los espejitos de colores de la dolarización.� �No se asusten por el Compre Nacional, miren que Estados Unidos hace lo mismo.� Cada una de estas expresiones, dichas con vehemencia, fueron seguidas de estruendosos aplausos. La UIA confía en que logró abrir una nueva etapa.
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Un paquete de gestos más que de acción
Las medidas anunciadas por José Luis Machinea en el Día de la Industria fueron las siguientes:
Compre Nacional: Por valores superiores a 150.000 pesos, las empresas nacionales, a idéntica calidad y prestación, serán las elegidas en las compras que realice el Estado.
Régimen antidumping: Se reducirán los requerimientos de información para realizar las denuncias de comercio desleal y se disminuirán los plazos de las investigaciones.
Etiquetado: Asegurar el cumplimiento estricto de la normativa, que exige que los productos comercializados en el país incluyan en la sección principal de envases o etiquetas, o por medio de una etiqueta adherida en lugar visible en caso de los bienes importados, su denominación, origen, composición y medidas netas en idioma castellano.
Acciones de la Aduana: Para evitar maniobras fraudulentas de subfacturación y contrabando se implementarán más de veinte medidas destinadas a mejorar el funcionamiento general y los controles aduaneros en el corto plazo.
Régimen de reintegros: Aumentarán los reintegros a la exportación de algunos productos, especialmente de producciones regionales de alto valor agregado.
Préstamos a Pymes usuarias de servicios públicos: Para clientes de las categorías comerciales e industriales de Edenor y Edesur, que abonen más de 350 pesos mensuales (o 500 pesos bimestrales), se les permitirá la financiación del consumo de energía eléctrica de hasta tres facturas mensuales o dos bimestrales consecutivas a lo largo de un año. Los préstamos serán otorgados por el Banco Nación, que se hará cargo del pago de las facturas financiadas, y se saldarán en 20 cuotas mensuales o 10 bimestrales.
Factura Negociable: Proyecto de ley que ya ingresó en el Congreso. Establece un régimen de facturación que crea un nuevo instrumento de pago negociable y de cobro ejecutivo. Busca ampliar el acceso al financiamiento del capital de trabajo de las pymes. La factura negociable será transmisible por vía de endoso en iguales condiciones que las establecidas para la Letra de Cambio. |
Los industriales se contentan con un Compre light
Un poquitito es mejor que nada
Por C. C.
�Sabemos que el Compre Nacional así como se implementará no será demasiado. Que podría haber sido mucho mejor. Pero al menos es algo�, opinó, cauteloso, Roberto Arano, miembro del Comité Ejecutivo de la Unión Industrial Argentina, ante la consulta de Página/12. La medida, eje de los anuncios oficiales de ayer, poco satisface a los empresarios quienes, sin embargo, decidieron darle una tregua a José Luis Machinea. Tal vez porque por primera vez el ministro de Economía amaga con aplicar políticas activas.
Según la versión del Compre Nacional que impulsa el Gobierno, el Estado y las privatizadas deberán optar por una empresa argentina si ésta ofrece la misma calidad y precio que otra extranjera. En realidad, el único cambio que introducirá esta norma es que las concesionarias de mercados monopólicos estarán obligadas a realizar licitaciones abiertas, mientras que ahora pueden comprar en forma directa, muchas veces a sus filiales del exterior.
Tal como expresó en un proyecto de ley, Osvaldo Rial �titular de la UIA y diputado por el PJ bonaerense� los industriales hubieran querido una preferencia de precios entre las ofertas. Esta le hubiese permitido a una firma local mejorar su cotización en caso de quedar descolocada frente a una competidora del exterior. Pero el Compre de Machinea es mucho más light, y deja en manos de la Sigen y los entes reguladores �en estado crítico por los recortes presupuestarios� controlar que las convocatorias sean abiertas y su resultado justo.
La disconformidad empresaria se expresa en críticas de distinto tono. �Depende de cómo se instrumente�, relativiza el líder de Techint, Roberto Rocca. Más elíptico, el dirigente de UIA e industrial azucarero Arano reconoce que la iniciativa oficial es apenas un gesto y suspira pensando en el Buy American Act, de Estados Unidos: este fija una preferencia general del 6 por ciento, que se amplía al 75 por ciento cuando el Estado compra artículos para la Defensa. Bruno Capra, dirigente de una de las cámaras de fabricantes de bienes de capital, es mucho más enérgico. �Sirve de poco. El Gobierno dio demasiadas vueltas para restituir el Compre Nacional, que nunca debió suspenderse. En tanto, muchas empresas locales se fundieron.�
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