Por Raúl Dellatorre
Los dirigentes empresarios del autotransporte bajaron ayer la amenaza de medidas de fuerza tras la reunión con el ministro de Infraestructura, Nicolás Gallo. El funcionario escuchó las demandas, les explicó la inviabilidad de un aumento del boleto y logró pasarle la pelota al Ministerio de Economía, que ahora deberá responder al reclamo de una baja en el impuesto sobre los combustibles. El propósito es reducir el costo del gasoil para el sector, pero no será Gallo quien transmita el pedido. En tanto, el precio internacional del petróleo sigue subiendo, empujando hacia arriba el valor local de los combustibles líquidos.
Las empresas del autotransporte en situación de ahogo financiero son mayoría, pero no todas. El proceso de concentración del sector benefició a una pocas que se fueron quedando con las líneas de recorridos más rentables. Pero un gran número de compañías sufren las consecuencias de la menor demanda �medida por la cantidad de pasajeros transportados� y el aumento de los costos de explotación, fundamentalmente del gasoil. Además, las que realizan servicios interurbanos soportan la competencia desleal de las llamadas empresas �truchas�.
Desde hace cuatro años se puso en vigencia una ley porteña por la cual se prohibió la circulación de colectivos de línea con más de diez años de antigüedad. Las unidades dadas de baja, entregadas como parte de pago por los coches más nuevos, se distribuyeron a precios de oferta principalmente en el Gran Buenos Aires. El fenómeno dio lugar a la formación de un parque de unidades que funcionan sin cumplir normas mínimas de prestación del servicio y, muchas veces, en manos de empresas fantasma. Los organismos de control, en tanto, brillan por su ausencia.
Marcelo Testoni, subsecretario de Transporte bonaerense, admitió �la aparición de empresas que no tienen permiso y que están en total infracción con las normas vigentes�. �Creemos que existen cerca de 3000 colectivos �truchos� que trabajan irregularmente, sobre todo en el sudoeste� del conurbano, en particular en La Matanza y Florencio Varela, manifestó.
Gallo, que recibió junto al secretario de Transporte, Jorge Kogan, a la delegación de transportistas, prometió dejar la puerta abierta para continuar las conversaciones, aunque no trascendieron los aspectos de la negociación. Por lo pronto, las iras de las cámaras del sector (Cetap, CEAP y Aaeta) se volcarán sobre Economía, en reclamo de una baja en el impuesto de 12 centavos (ITC) que pesa sobre el litro de gasoil.
Si el aumento de los combustibles es consecuencia de la globalización de la economía y el aumento del precio internacional del crudo, no es menos global la protesta. En Madrid, una entidad representativa de consumidores de combustibles lanzó ayer un boicot contra Repsol por el aumento en sus precios. En Francia, representantes del transporte en rutas negocian con el gobierno galo una rebaja de impuestos al gasoil. El precio del crudo tocó ayer valores superiores a los 34 dólares el barril, y cerró en 33,83, a apenas un 1,5 por ciento del máximo de la década. Si los gobiernos no logran echar un balde de agua fría, más vale que no se encienda antes un fósforo cerca.
Si no fuera por Brasil
Brasil vuelve a ser un salvavidas para la industria automotriz. El fuerte incremento de las exportaciones de agosto permitió evitar el derrumbe de la producción. Las ventas, en tanto, se mantuvieron en el achatado nivel de los últimos meses, con un ligero incremento del 3,2 por ciento respecto de julio, pero con una significativa caída de 29,4 puntos en comparación con agosto de 1999. El mes pasado se colocaron 26.460 unidades, muy por debajo de las 37.472 de agosto del año pasado.
El estancamiento de las ventas �que en lo que va del año oscilaron entre las 25 mil y las 30 mil unidades� se refleja en las suspensiones de personal que en este momento aplican Fiat, Renault y Volkswagen. Tal como ocurrió en julio, PSA Peugeot lideró el mercado por cantidad de vehículos facturados, aunque en el acumulado del año Volkswagen sigue al frente, seguido por Ford.
El panorama podría ser peor si Brasil no traccionara la producción de las terminales locales. En agosto se exportaron 14.130 vehículos �la gran mayoría a aquel país�, bien por encima de los 8004 de agosto del �99. Fue la cifra más alta en lo que va del año, con un incremento del 2,8 por ciento en relación con julio.
La producción nacional alcanzó en agosto a 30.602 unidades, cifra que se ha convertido en una media de la fabricación de las terminales en los últimos doce meses (con excepción de enero y febrero). La cifra resultó 7 por ciento superior a la de julio y 1,9 por ciento mayor a la de agosto del año pasado.
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