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La megacausa por el juego ilegal
en la provincia quedó en la nada

Tres años atrás, una investigación sacó a luz la recaudación ilegal de la policía a través del juego clandestino. Ayer, un juez sobreseyó a todos los acusados, policías y capitalistas.

El juez César Melazo batalló contra el juego ilegal, al que consideró como defraudación fiscal.


t.gif (862 bytes) La célebre megacausa en la que se investigaba una red de juego clandestino en la provincia de Buenos Aires, en la que llegaron a estar procesadas más de doscientas personas, incluidos altos jefes policiales y presuntos capitalistas de la quiniela, terminó en la nada. Un juez de La Plata sobreseyó a todos los procesados por defraudación al fisco, tras considerar que levantar apuestas clandestinas no es un delito sino una simple falta. La medida del juez Horacio Nardo le dio el golpe de gracia a una causa que apuntaba a desbaratar una fabulosa red de recaudación policial. Como corolario, el juez pidió que se investigaran presuntas irregularidades ocurridas durante la instrucción de la causa.
La investigación había sido iniciada por el juez en lo Criminal de La Plata César Melazo en setiembre de 1997. Por primera vez se consideraba el juego clandestino como un delito, el de defraudación a la administración pública. Para apoyar esa figura, el juez sostenía que el dinero apostado en el circuito ilegal se restaba del pozo oficial, parte del cual se destina para la asistencia social.
La Cámara de Apelaciones de La Plata confirmó esa calificación, en coincidencia con el criterio de Melazo, en octubre del �97. El fallo, en su momento, fue considerado �histórico�. Pero tiempo después, el mismo tribunal, integrado por otros magistrados, volvió sobre sus pasos y anuló la resolución anterior. Esa medida dio pie para la decisión que tomó ahora el juez Nardo. 
En el fallo, el juez de Transición de La Plata consideró además que durante los procedimientos realizados se habrían violado garantías constitucionales. Consideró que la actuaciones se llevaron a cabo sin sustento legal, mediante denuncias anónimas que vinculaban el juego ilegal con el cobro de coimas por parte de la policía, tanto a levantadores de quiniela como a rufianes y prostitutas. Según el juez Nardo, esas actuaciones resultaron �un acopio de escuchas, anónimos e informaciones disfrazado de proceso judicial�. En consecuencia, ordenó iniciar una investigación de las presuntas irregularidades en la confección de las actas de los procedimientos realizados, ya que muchas escuchas telefónicas y allanamientos habrían sido ordenados sin los fundamentos que requiere el Código de Procedimientos.
Melazo, en diálogo con Página/12, rechazó los cuestionamientos. �Todos los procedimientos se ajustaron a derecho�, dijo el juez, que dejó la causa cuando fue designado juez de Garantías de La Plata. Aseguró que en los distintos procedimientos había logrado reunir �pruebas de los pagos a jefes policiales de distintas jurisdicciones y conexiones telefónicas entre los capitalistas, los juzgados de faltas policiales y la Legislatura provincial�. A partir de esas pruebas, los policías fueron acusados de �incumplimiento de los deberes de funcionario público�.
El juez contraatacó: �Quisiera que alguien explique por qué una composición transitoria de la Cámara cambia una resolución de la misma sala, que estaba firme, y que consideraba al juego ilegal como delito de defraudación�. Y descalificó el cuestionamiento a la denuncia anónima que permitió iniciar la causa. �En la provincia hay centenares de causas que se inician por denuncias anónimas y la propia causa por las coimas en el Senado lo avala�. 
�Antes de la iniciación de la causa, la provincia recaudaba por apuestas en la quiniela 1,5 millones de pesos por día. Durante el apogeo de la investigación, la recaudación subió a 3,5 millones por día. Hoy, con la causa desactivada, está en 2,5 millones�, graficó el juez.
En la causa llegaron a estar procesadas unas 250 personas, entre civiles y policías. Con la resolución del juez Nardo, quedaron sobreseídos Néstor Gisande, José Nano y Antonio Varela, presuntos capitalistas, y otras cien personas que todavía quedaban imputadas. 
El fallo del juez Nardo puede ser apelado por los fiscales de la causa o por el fiscal de Estado, Ricardo Szelagowsky, quien actúa como querellante. En ese caso, la Cámara de Apelaciones deberá resolver lacuestión por tercera vez, en esta ocasión, con una integración distinta de las anteriores.

 


 

ARROJAN DESDE UNA AVIONETA 150 PAQUETES DE DROGA
Marihuana caída del cielo

El paisano recorría las zonas anegadizas de Paso Largo, un paraje solitario del sur de Entre Ríos, cuando alzó la vista para mirar un ave. Más alto en el cielo, un avión Cessna rojo y blanco comenzó a arrojar paquetes. Sin dudarlo, el hombre alertó a la policía. Eran más de 150 kilos de marihuana que cayeron entre los pastizales e incluso al agua. Cuando los agentes ya habían terminado la búsqueda, encontraron a un paraguayo hurgando entre los arbustos, aunque aún no se determinó si se trataba del narco que debía recibir la entrega o de un oportunista que creyó estar en su día de suerte.
Según la Jefatura Departamental de Ibicuy, �los narcotraficantes equivocaron el lugar de la entrega, ya que el paraje en cuestión es pantanoso y de muy difícil acceso�.
Más de 70 efectivos trabajaron en la búsqueda de los paquetes con droga en los alrededores de la ciudad de Villa Paranacito, cerca del Delta entrerriano. El comisario inspector Julio Brassesco, de Ibicuy, acudió tras la denuncia presentada el lunes por un lugareño que afirmó haber visto cómo un avión Cessna, con matrícula argentina, dio varias vueltas sobre el área y dejó caer un centenar de paquetes idénticos. Luego se comprobó que se trataba de paquetes prolijamente armados, cada uno de un kilo de marihuana.
El jefe de la Policía entrerriana, comisario general Victoriano Ojeda, dirigió el operativo de rastreo. Los agentes debieron internarse en plena selva para rescatar la marihuana, mientras un helicóptero sobrevolaba la zona. Como la droga quedó atrapada entre el monte y los bañados, algunas bolsas quedaron bajo el agua. Fue entre los arbustos que un agente descubrió a un paraguayo recogiendo los restos de un paquete. Ayer al mediodía el hombre fue puesto a disposición del juez Juan José Papetti, de la Justicia Federal de Concepción del Uruguay. 
La principal hipótesis que maneja la policía del departamento de Islas de Ibicuy es que la tripulación del avión equivocó el lugar pactado para la entrega, ya que donde se arrojó la mercancía es un área de matorrales, vegetación frondosa y montes, donde no es posible internarse sin la ayuda de un machete. Sin embargo, otras fuentes aseguraron que un reciente informe de la Policía entrerriana marcaba el mismo perímetro como un lugar puente o de tránsito de droga debido a su cercanía con la ruta nacional 12, el río Uruguay y la afluencia de barcazas en el Paraná.
Ayer por la tarde, el operativo de rastreo se consideraba terminado, aunque no se descarta que aparezca, en algún bañado, restos del cargamento disperso a lo largo del monte. Todo, un día después de que el ministro de Salud y Acción Social entrerriano, Jorge Krenz, advirtiera sobre el preocupante aumento del consumo de drogas en Entre Ríos.

 

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