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DIANA KRALL LLEGA A BUENOS AIRES 
Fácil de ser amada 

Más de 30.000 discos vendidos sólo en Argentina hablan de un fenómeno que excede el mundo del jazz. La excelente cantante y pianista dará tres recitales en el Gran Rex a partir de mañana.

Diana Krall actuará aquí mañana, viernes y sábado.
Lleva vendidos más de 30.000 discos, sólo en Argentina.


Por Diego Fischerman

t.gif (862 bytes) Resulta fácil amar a Diana Krall por las razones incorrectas. Y resulta más fácil aún odiarla. Los motivos, claro, son los mismos: la imagen de rubia aplicada, que hizo bien todos los deberes en Berklee (la famosa escuela de jazz de Boston), sus ropas de Donna Karam, el repertorio clásico, sin riesgos y absolutamente probado. Cada una de estas variables pueden lograr que un público no demasiado exigente en materia musical compre el producto: juventud, buena voz, dominio del piano, belleza y glamour, todo eso unido a la total ausencia de conflicto estético. Pero, también, pueden lograr que al público exigente se le pasen de largo algunas de las condiciones que hacen que Diana Krall sea una de las cantantes más importantes del jazz actual. Ni su fraseo, ni la precisión de orfebre con que diseña sus acompañamientos en el piano, ni la manera en que trabaja el texto de las canciones ni, por supuesto, la particular veladura del timbre de su voz tienen nada que ver (aunque le sirvan) con las operaciones que el mercado hace con ella. Los vestidos de diseño y su aire de niña porrista podrían desaparecer, pero su voz seguiría allí.
Nacida en Nanaimo, en la Columbia Británica (Canadá), Krall confiesa que su primer maestro fue su padre. �No él, en realidad, sino su colección de discos. Creo que tiene todo lo que Fats Waller tocó alguna vez y yo quería, a mi vez, tocar cada una de las notas que allí se escuchaban�, dice la cantante y pianista. A los cuatro años había empezado a estudiar piano, en la secundaria empezó a cantar jazz y, siendo todavía adolescente, la contrataron en un club de Nanaimo para que actuara los fines de semana. Una beca del Berklee School of Music, el regreso a su país y el padrinazgo fortuito del contrabajista Ray Brown, que la escuchó mientras estaba de gira por Canadá y quedó impresionado por sus condiciones, marcaron el despegue. Krall se instaló más tarde en Los Angeles y el pianista Jimmy Rowles funcionó como nuevo mentor. En 1993 llegó el primer disco solista, Steppin Out, en el sello canadiense Justin Time. En 1996 vino el primero en un sello grande: Only Trust Your Heart, en el entonces independiente GRP. 
All For You (un notable homenaje a Nat King Cole) y Love Scenes, ambos en trío junto al guitarrista Rusell Malone, la catapultaron a la fama y a los Grammys. Pero When I Look In Your Eyes, con arreglos de Johnny Mandel y una canción compuesta para ella por Clint Eastwood fue, en algún sentido, el álbum que la hizo cruzar los límites estrictos del mundo del jazz. Los más de 30.000 discos vendidos sólo en Argentina prueban que su popularidad, en todo caso, supera a la de cualquiera de sus colegas. Ni Shirley Horn, ni Dee Dee Bridgewater, ni Abbey Lincoln ni Cassandra Wilson (como tampoco Ella Fitzgerald, Sarah Vaughan o Billie Holiday en el pasado) llegaron jamás a arañar números semejantes. Algo que podrá verificarse cuando mañana ella suba al escenario del teatro Gran Rex para dar la primera de sus tres funciones en Buenos Aires. La única actuación programada originariamente en abril y postergada a causa de la enfermedad de su madre debió convertirse en estas tres (jueves, viernes y sábado) debido a la demanda de entradas. La cantante argentina Helena Uriburu en las dos primeras funciones y, en la tercera, Joao Bosco, uno de los compositores de música de tradición popular más importantes del Brasil, harán las veces de número soporte.

 

 

Versión corregida

Luis Salinas grabó hace años un disco en Estados Unidos. Todo bien, todo prolijo. Lo único que faltaba era esa cierta cuota de salvajismo y de imprevisibilidad que caracteriza a su estilo. Ahora, el guitarrista se dará el gusto de presentar en vivo la versión corregida. El concierto de hoy a las 21 en el Coliseo girará alrededor del material de Salinas (su CD en GRP), pero sonando como el disco debería haber sonado. Por eso esta vez, en lugar de aquellos acompañantes descafeinados, estará una pequeña selección uruguaya: Hugo Fattorusso en teclados, Matín Ibarburu en batería, Nicolás Arnicho en percusión y Daniel Mazza en bajo.

 

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