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EL PRESIDENTE FERNANDO DE LA RUA, EN LA CUMBRE DEL MILENIO
Encuentro para codearse con el poder

El presidente Fernando de la Rúa llegó a Estados Unidos y tampoco quiso hablar de la crisis desatada por los sobornos en el Senado. Prefirió regodearse en los diálogos furtivos con su par norteamericano, Bill Clinton, y otros mandatarios. Le adelantó al británico Tony Blair que hoy en su discurso incluirá el tema de la soberanía en Malvinas. 

En la foto de la Cumbre del Milenio, los presidentes se amontonaron para no quedar fuera de foco.  �Madeleine me ha contado lo fructífero que fue su viaje a la Argentina�, dijo Clinton a De la Rúa.

Por Sergio Moreno
Desde Nueva York

t.gif (862 bytes) �No, no voy a hablar de eso. Ustedes me preguntan, yo tengo que ver qué está pasando allá y no puedo decir cosas apresuradas. Además, me esperan acá enfrente.� Fernando de la Rúa no se anduvo con rodeos, ayer a la mañana en la misión argentina en las Naciones Unidas, para evitar cualquier respuesta o apreciación sobre la crisis desatada a partir de supuestos pagos de sobornos en el Senado. Esa fue su actitud desde que comenzó esta gira, el lunes, en México. El Presidente, metido en sus compromisos por la Cumbre del Milenio de la ONU, ha esquivado el tema ante la prensa y ante parte de su comitiva �no toda� más dada a comentar las novedades que llegan de Buenos Aires. Mientras, De la Rúa disfruta del roce que dan estos encuentros internacionales con los jefes de Estado de los países más poderosos. Por ejemplo, el Presidente pudo cruzar un par de palabras con Bill Clinton y almorzó flanqueado por el ruso Vladimir Putin y el británico Tony Blair. A este último le adelantó que hoy en su discurso ante la Asamblea incluirá el tema Malvinas. 
�Parece muy tranquilo. En realidad, la única vez que lo vi nervioso fue cuando firmó el decreto del ajuste. Pero acá transmite tranquilidad�, fue la descripción que hizo un miembro de la comitiva a Página/12 sobre el estado de ánimo del Presidente. Desde el inicio del viaje, De la Rúa viene cumpliendo una agenda muy ajustada, que se ha intensificado en Nueva York. Tanto él como los diplomáticos que lo asisten y asesoran en este tramo del viaje se muestran ensimismados en la agenda y el protocolo. De la Rúa parece disfrutar.
A su alrededor, en cambio, los miembros de la comitiva buscan información de Buenos Aires. No es que el Presidente no lo haga, todo lo contrario. Mantiene conversaciones con el secretario de Medios y Cultura, Darío Lopérfido, y ha hablado varias veces con el vicepresidente Carlos �Chacho� Alvarez.
Además del canciller, Adalberto Rodríguez Giavarini �que tiene una cargada agenda paralela�, en la comitiva está el secretario de Turismo, Hernán Lombardi; los gobernadores de Tucumán y Entre Ríos, Julio Miranda (PJ) y Sergio Montiel (Alianza), respectivamente; el senador santacruceño, Juan Ignacio Melgarejo (Alianza); y los diputados Carlos Maestro y Nilda Garré. Todos siguen los acontecimientos de Buenos Aires con fruición, todos dicen que la crisis es gravísima; y todos �los aliancistas� sostienen que, a pesar de eso, la Alianza ha dado muestras de estar sólida. Es más que comprensible atender los reclamos de información de cada uno de estos políticos que, además de preguntar �naturalmente� a los periodistas y leer las síntesis de prensa que reparten los funcionarios argentinos, llaman al país para que los mantengan al tanto de todo cuanto pasa, y devuelven opiniones sobre cómo está el Presidente.
En tanto, el Presidente se ha dado algunos gustos. Luego de escuchar el discurso de Clinton, hubo un break donde se les sirvió un refrigerio a los casi 190 jefes de Estado que convivieron ayer en Nueva York. La secretaria de Estado norteamericano, Madeleine Albright, se acercó a saludarlo. De la Rúa estaba con Rodríguez Giavarini. Inmediatamente, un hombre alto, canoso, jovial y satisfecho interrumpió la conversación: William Jefferson Clinton esparció miel a los oídos de los argentinos. Dijo: �Madeleine me ha contado lo valioso y fructífero que fue su viaje a la Argentina�. Los argentinos agradecieron y Clinton, en el centro de la atención de la mañana de ayer en la ONU, se despidió hablándole a De la Rúa. �Nos vemos esta noche�, le dijo.
La noche a la que hizo referencia el presidente norteamericano fue la de ayer, cuando �al cierre de esta edición� Clinton ofreció una cena en el Museo Metropolitano de Nueva York (el Met) a los jefes de Estado que conforman el grupo Sherpas, o sea, quienes comulguen o han dicho comulgarcon ese espacio de (difuso) pensamiento político denominado Tercera Vía. Allí, además de Clinton, De la Rúa iba a cenar con el chileno Ricardo Lagos, Tony Blair, el francés Lionel Jospin, el italiano Giulio Amato, el alemán Gerard Schröeder, entre otros. (El brasileño Fernando Henrique Cardoso no pudo viajar a Nueva York; de haber podido, hubiese estado en el Met.)
Pero volvamos a la mañana. De la Rúa se saludó en el coffee break con Lagos, con Jacques Chirac e incluso con Fidel Castro, en lo que constituyó el primer contacto directo entre ambos, muy cordial, por cierto. Luego, el aliancista se entregó a su agenda: se reunió con el presidente de Rumania y la primera ministra de Bangladesh (país con el que la Argentina mantiene un intercambio comercial de doscientos millones de dólares y la balanza es favorable a nuestro país por ciento noventa y cinco millones de dólares).
Llegado el mediodía, Koffi Annan, secretario general de la ONU, ofreció un almuerzo para todos los jefes de Estado. De la Rúa, una vez más, tuvo suerte en el reparto de asientos: lo flanquearon Blair y el ruso Vladimir Putin. El presidente argentino pudo así conversar amigablemente con dos de los hombres más poderosos de la Tierra. A Blair le adelantó que, en su discurso de hoy, ante la Asamblea de la ONU, hará mención a los derechos argentinos sobre las islas Malvinas. Así, De la Rúa mantiene la política de previsibilidad que se ha propuesto mantener en sus relaciones con el Reino Unido, particularmente, con el issue de las islas.
Luego del almuerzo, todos los jefes de Estado se sacaron la foto oficial, esa que recorre el mundo, que no permite ver en realidad quién es quién, y que cuando los presidentes se jubilan cuelgan en sus estudios.
Al cierre de esta edición, los miembros de la misión argentina ante la ONU buscaban cerrar una serie de encuentros para el Presidente: con el rey de Jordania, a fin de que De la Rúa exponga el problema de Mariana Arias Uriburu (cuyo marido es jordano, se fue a vivir a su país con los tres hijos de ambos y no le permite a la argentina verlos); con Yasser Arafat y con Ehud Barak, el primer ministro israelí. El rey jordano �hijo del fallecido Hussein� no estaba respondiendo, y la agenda de Arafat y Barak estaba más que requerida. Los diplomáticos argentinos seguían insistiendo.
De la Rúa estuvo poniendo su cuerpo ayer en todas estas reuniones, también se dio tiempo para seguir los sucesos de Buenos Aires. Pero supo disimularlo, contrariamente a su comitiva y a los periodistas argentinos que siguen este viaje.

 

 

La �nena� en el anonimato

En la nómina de integrantes de la comitiva que acompaña a Fernando de la Rúa en su gira por el exterior aparece como la número 24 y con su apellido de casada. �Sra. Agustina de Petracchi�, dice la lista pero en realidad la omisión de apellido apunta a ocultar que se trata de la hija del Presidente. �Viajó como acompañante�, fue la única explicación que ofrecieron a propósito de su presencia y la de su esposo, Juan Petracchi, voceros de la Secretaría de Comunicación, que tampoco pudieron precisar cuánto costará el viaje del primer mandatario.
De la Rúa salió de Buenos Aires el domingo pasado a bordo del Tango 01 y regresará el viernes de la semana que viene. La gira empezó en México y siguió en Nueva York, donde se está celebrando la Cumbre del Milenio de las Naciones Unidas en la cual participan casi 150 jefes de Estado. De ahí, el Presidente seguirá a Canadá y después a China, su última escala antes de volver a la Argentina.
Con De la Rúa y su esposa Inés Pertiné viajó una comitiva de 27 personas. Los 11 días de gira presidencial costarán, según trascendió, poco más de 850 mil pesos. En la Casa Rosada no dieron por cierta esa cifra, pero tampoco precisaron cuánto totalizarán los gastos.
Las vaguedades también dominaron las explicaciones sobre la integración de la comitiva. Sobre Bárbara Hume, a quien todos señalan como dama de compañía de Pertiné, la Secretaría de Comunicación aseguró que �se trata de una funcionaria de Ceremonial del Ministerio de Relaciones Exteriores�. Sobre el viaje de la vicejefa de gobierno porteño, Cecilia Felgueras, hasta México �después abandonó la gira� se dijo que �fue a ver algunos temas de la ciudad, cuestiones bilaterales entre el DF y la Capital�.
�Acompañantes� fue la categoría que se les confirió a la hija y el yerno de De la Rúa, quienes participarán de todo el itinerario. Víctor Eugenio García Laredo y su esposa cierran la nómina de miembros de la comitiva presidencial. Se trata del titular de Fiat, un empresario �con muchas relaciones en China�. Tantas, que le permitieron también asegurarse dos asientos a bordo del Tango 01.

 

 

GIAVARINI CON SU PAR BRITANICO
Un té de futuros negocios

Por S.M.
Desde Nueva York

El canciller Adalberto Rodríguez Giavarini mantuvo ayer una reunión de trabajo durante cincuenta minutos con su par británico, Robin Cooke, que le dio una grata sorpresa: a partir de la entrada en vigencia de la desregulación telefónica los ingleses tendrán una �fuerte presencia� en el proceso de inversiones. Cooke, también, le propuso �trabajar juntos� en todos los temas vinculados con la apertura económica mundial y la globalización, lo que le permitiría tener a la Argentina otra puerta de acceso a la Unión Europea. Después, pasaron a temas menos dulces: Malvinas.
En la conversación, ambos cancilleres abordaron los siguientes temas:
Teléfonos: A partir de la desregulación, Cooke anunció que los empresarios del ramo de su país están muy interesados en participar en el mercado argentino. Sus palabras fueron que �van a tener una fuerte presencia en dicho proceso�.
Antártida: La Argentina quiere que la sede del Tratado Antártico se establezca en Buenos Aires. Gran Bretaña se opone a ello. Pero ayer, Cooke y Rodríguez Giavarini coincidieron en que hubo algunos avances, aunque la negociación no está destrabada, no obstante, para la próxima campaña antártica Cooke anunció que un buque inglés podría participar de la misma. Un gesto.
Malvinas: Ambos insistieron en las posiciones históricas de cada uno; Cooke en respetar �los deseos� de los kelpers; Giavarini, en la apertura del gobierno de la Alianza, de reivindicar los derechos históricos de la Argentina. También hablaron de la realización del monumento en el cementerio argentino de Darwin �cuya construcción fue pautada en el mismo acuerdo por el cual se reinstalaron los vuelos entre Argentina y las islas�. Cooke sostuvo que había que hacer algunos ajustes al proyecto del monumento. Giavarini dijo que el Gobierno quiere mantener la frecuencia de vuelos entre Río Gallegos y Malvinas.
Al fin, el canciller invitó al británico a visitar Buenos Aires, insistiéndole en lo importante que sería esta visita. Cooke esperará a que pasen las elecciones en su país y luego podría llegarse a las pampas.

 

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