Por Mariana Carbajal
 La mayoría de los políticos argentinos cree que el nivel de violencia contra las mujeres en la actualidad es mayor que hace cinco años, y casi la mitad supone que la situación empeorará en el próximo lustro. Los datos surgen de una encuesta de opinión realizada por el Instituto Social y Político de la Mujer entre legisladores nacionales, gobernadores y ministros. El titular de la cartera de Interior, Federico Storani, los senadores Antonio Cafiero, Augusto Alasino, Leopoldo Moreau, Silvia Sapag y Pedro Del Piero, y los diputados Marcela Bordenave y Miguel Angel Toma fueron algunos de políticos que respondieron la consulta. Los resultados del relevamiento serán presentados hoy durante el lanzamiento de una campaña contra la violencia hacia las mujeres �financiada por el Fondo de Naciones Unidas para la Mujer (Unifem)�, que tendrá como �madrinas� a 20 mujeres de destacada trayectoria en diversos ámbitos de la vida política y cultural del país (ver aparte).
�Además de conocer la opinión de los políticos, la encuesta busca instalar el tema en la agenda pública. En la Argentina, la violencia de género es una epidemia social, de la envergadura del sida�, señaló a Página/12 María José Lubertino, directora de la campaña y titular del ISPM.
El 54 por ciento de los encuestados cree que el nivel de violencia contra las mujeres en la actualidad es mayor que hace cinco años, el 26 por ciento igual, y apenas el 9 por ciento menor. Cuando se les preguntó cómo evolucionará el tema en un lustro, el 46 por ciento se mostró pesimista: respondió que �se incrementará�. Sólo el 32 por ciento consideró que �se reducirá�. Los más pesimistas señalaron que el maltrato hacia las mujeres irá en aumento por la problemática social actual, la existencia de la cultura de la violencia, la falta de medidas que aborden el tema, la débil conciencia respecto de los derechos de la mujer, y la existencia intrínseca de la desigualdad de los géneros.
�Irá in crescendo porque aún se minimiza como si fuera una cuestión de sábanas... Cuando el maltrato sea observado como un fenómeno social y no familiar únicamente, la historia de muchas mujeres podrá ser diferente�, contestó el encargado de responder por el gobierno de Chaco. �Aunque se realicen tareas eficaces, no se observarán los resultados en un plazo de 5 años�, opinó el vocero del gobierno de la provincia de Corrientes. �Se ha establecido una relación entre el incremento de la violencia y el desempleo y la inestabilidad económica... O sea que la violencia se ha incrementado y lo seguirá haciendo si no cambian las condiciones socieconómicas�, evaluó la senadora Sapag, del Movimiento Popular Neuquino. �El hecho de que un grupo mayoritario sea pesimista es muy notable, significa que ni los políticos creen en su supuesta capacidad para transformar la realidad�, observó Lubertino. Si bien el cuestionario de la encuesta fue remitido a la totalidad de los diputados (257), senadores (72), gobernadores (23) y a cinco ministros vinculados con la temática (Educación, Salud, Desarrollo Social, Interior y Justicia), sólo contestó el 17 por ciento. �Según la consultora Analogías, que hizo la encuesta, es el porcentaje de efectividad de relevamientos a líderes de opinión y funcionarios. Pero lo que es preocupante es el bajo interés mostrado por las mujeres: sólo respondió el 8 por ciento de las diputadas, frente a un 14 por ciento de sus pares varones�, sostuvo Lubertino.
El problema de la violencia hacia las mujeres no es menor. De acuerdo con un relevamiento del ISPM, el 25 por ciento de las argentinas ha padecido alguna forma de maltrato. Las estadísticas oficiales también revelan la gravedad del cuadro. El teléfono del Programa de Prevención y Asistencia de la violencia hacia las mujeres del Gobierno porteño recibió 25.630 pedidos de ayuda a lo largo de 1999. Dos de cada diez víctimas eran profesionales. Un 35 por ciento hacía más de 6 años que soportaba golpizas.
Para prevenir la violencia, la mayoría de los encuestados consideró necesarias �políticas educativas�. �Informar, realizar talleres, educar y desarrollar políticas públicas�, sugirió la diputada Bordenave. �Mejorar la calidad de vida, mayor acceso a la educación y la difusión del tema�, coincidió el senador Alasino.
| Madrinas
Defensoras de los derechos humanos como Estela Carlotto, Nora Cortiñas y la hermana Martha Pelloni, y artistas como Eleonora Cassano, Marta Minujín y Julia Zenko se convertirán a partir de hoy en �madrinas� de una campaña para combatir la violencia contra las mujeres, impulsada por el Instituto Social y Político de la Mujer. La campaña será lanzada a las 18.30 en el Centro Cultural Recoleta. �Cada una de las mujeres elegidas se comprometió a llevar adelante acciones para difundir la campaña�, explicó María José Lubertino, titular del ISPM. La dirigente sindical Marta Maffei, la escritora María Esther de Miguel, la científica Eugenia Lusting, la subsecretaria de Coordinación del gabinete porteño, Liliana Chiernajowsky, las actrices Gabriela Acher y Marta Bianchi, la empresaria María Eugenia Estenssoro, la campeona nacional de judo Carolina Mariani, la ex diputada Florentina Gómez Miranda, la legisladora porteña Juliana Marino, la psicoanalista Ana María Fernández y las periodistas Mónica Gutiérrez y María Laura Santillán completan la lista de las veinte �madrinas�. |
CUPO DEL 50 POR CIENTO PARA MUJERES EN SANTIAGO
El peso de Nina se hizo sentir
La Legislatura de Santiago del Estero aprobó ayer la ley que lleva al cupo femenino para cargos electivos del 30 al 50 por ciento. La iniciativa fue aprobada por mayoría arrasadora, después de un largo debate de cuatro horas y media, durante el que los escasos legisladores de la oposición apenas si pudieron pedir la palabra, ante la rechifla y los insultos de la rama femenina, que ocupó hasta el tope el Parlamento.
Aunque Carlos Juárez es el jefe de gobierno santiagueño, y el Partido Juarista hace alusión al nombre del número uno, todos saben que la relación de poderes en Santiago del Estero responde a la variante más aproximada al matriarcado que puede ofrecer el rompecabezas político argentino. Mercedes Marina Aragonés, ex secretaria de Desarrollo Social, ex diputada y ex senadora nacional por Santiago, actual vicegobernadora de esa provincia, actual y desde siempre líder de las juaristas de la rama femenina, de las humildes y las descamisadas, autoritaria, temida mujer del gobernador y propulsora entre bambalinas de la censura de la obra teatral El cartero, dueña del poder real con un gobierno paralelo o, simplemente, Nina, es la autora del proyecto presentado hace dos meses y que en tiempo record fue aprobado con fuerza de ley.
En términos técnicos, el proyecto proponía modificar el artículo 18 de la Ley Electoral de la provincia: �Con esta iniciativa, se trata de arribar a un justo equilibrio y garantizar por la vía legislativa la sanción de una ley que permite un cupo femenino no inferior al 50 por ciento en las listas electorales (...), garantizando que, cualquiera fuere el resultado electoral, procedan a los cargos manteniendo la proporción asignada�. El nuevo artículo agrega que �sólo serán oficializadas las listas que cumplan con el requisito del cupo femenino�.
En términos reales, todos los santiagueños sabían que un proyecto de Nina tiene fuerza de ley antes de ingresar a la mesa de entradas de la Legislatura. Ayer, desde las 10 hasta las 14.30, la rama femenina rebasó las galerías del recinto y aplaudió a rabiar cada uno de los discursos de las 10 diputadas juaristas y de los 25 del sector masculino. �Vamos a llegar al 80 y al 90 por ciento�, prometió una de las legisladoras y ninguno de los 15 diputados opositores se animó a desmentirlo. Sólo un tibio intento por mostrar diferencias surgió de boca de la radical Lidia Sander de Rodríguez o de alguno de los diputados del frepasista Movimiento Viable. No hubo caso. Las mujeres de Nina, desde la galería, interrumpieron sus discursos.
Lo demás fue un trámite. �Esto hay que agradecérselo a la señora vicegobernadora...�, concluía, zalamera, la exposición de cada diputada. Después, hubo festejo por la ley de Nina, o del cupo santiagueño.
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