Después del inocultable fracaso en Camp David, la Cumbre del Milenio terminaría sin ser siquiera un premio consuelo para los esfuerzos del presidente Bill Clinton por lograr un acuerdo entre israelíes y palestinos. Al no estar programado ningún encuentro tripartito entre el presidente norteamericano, el premier israelí Ehud Barak y el líder palestino Yasser Arafat, las tibias esperanzas se concentraron en las reuniones bilaterales al margen de la cumbre y en un pequeño incidente de pasillo entre los líderes de Medio Oriente: Barak y Arafat se encontraron por casualidad antes de entrar en el recinto de las Naciones Unidas donde los demás mandatarios daban sus discursos y sólo allí hablaron unos minutos sobre el futuro siempre negro de la paz en la región. Según Radio Israelí, en el inesperado y brevísimo encuentro, Arafat se acercó a la esposa de Barak y le preguntó sonriendo: �¿Quién es ese hombre que está a su lado?�. Una vez adentro, las gracias dieron paso a los habituales reclamos y a los intentos por terminar con ellos de parte de Clinton. De todos modos, al no tratarse de una cumbre específica sobre la situación en Medio Oriente �y al no estar en juego la necesidad de llegar a un acuerdo�, ambos líderes se mostraron más flexibles ante sus pares que lo que demostraron en julio en Camp David. �Continuaremos haciendo lo mejor que podamos en el corto período que se acerca para llegar a un acuerdo final entre Palestina e Israel e invitamos al gobierno israelí a hacer lo propio�, declaró Arafat, inflexible sobre Jerusalén, la �capital de nuestro Estado y refugio de nuestros sitios sagrados�. �En lo que respecta a la sagrada Jerusalén, hemos acordado compartir la ciudad, en contraste con los intentos de monopolizarla, en respuesta a la exclusividad y el rechazo de nuestros derechos.� Arafat se refirió además a la postergación de la declaración unilateral de un Estado palestino fijada para el 13 de este mes: �El Consejo Central Palestino decidirá este asunto en los próximos días�. Más precisamente el sábado, cuando se realice una sesión a la que fueron invitados los grupos terroristas Hamas y Yihad Islámica, opuestos a las negociaciones. A su turno, Barak �sin mayoría parlamentaria en su país y bajo la amenaza de elecciones anticipadas por parte de los partidos que rechazan todo acuerdo con los palestinos� pidió a los miembros de la ONU que no permitan �ninguna medida unilateral, que podría provocar un nuevo ciclo de violencia y malograr las perspectivas de paz�. Pero presionado para dar una señal de buena voluntad, el premier israelí explicó que �reconocemos que Jerusalén también es sagrada para los musulmanes y los cristianos de todo el mundo, y que es entrañable para nuestros vecinos palestinos�. Sin embargo, a la hora de las negociaciones concretas, el negociador israelí encargado del tema Jerusalén, Chaim Ramon, declaró que la futura soberanía de la ciudad debe ser excluida de las conversaciones de paz. El discurso de Clinton no se alejó de sus habituales exhortaciones a llegar a un acuerdo definitivo, pero dejó en evidencia que el tiempo para alcanzarlo bajo su auspicio se acorta (las elecciones presidenciales en Estados Unidos son en noviembre). �A aquellos que defienden el derecho de Israel a vivir en paz y con seguridad, a aquellos que defienden la causa palestina, déjenme decirles que necesitamos de su apoyo ahora más que nunca para asumir el difícil riesgo de la paz �arengó ante la audiencia�. Tienen la oportunidad de hacerlo, pero como todas las últimas oportunidades, es breve y está a punto de perderse.� Sus encuentros por separado con Barak y Arafat se realizaron ayer por la noche, sin que hubiese el mínimo atisbo de una reunión conjunta. Según Ghassan al-Jatib, director del Centro de Medios y Comunicaciones de Jerusalén, la Autoridad Palestina había preparado a su pueblo para esa frustración sobre la cumbre de Nueva York: �No hay ninguna esperanza; no aguardamos nada�.
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