Por Raúl Dellatorre
 La noticia es que ayer no aumentaron los combustibles, pero nada indica que esta conducta prudente de las petroleras que operan localmente se mantenga durante los próximos días y ni siquiera durante la jornada de hoy. Al nivel alcanzado por la cotización del crudo ayer en los mercados internacionales, record desde la Guerra del Golfo (1990), voceros de las empresas refinadoras indicaron que �no podemos aguantar los precios�, adelantando así la inminencia de un ajuste de valores en surtidor. Las expectativas a nivel internacional no son más alentadoras: este fin de semana se inicia la reunión de la OPEP (países exportadores), con el precedente de un aparente fracaso de Estados Unidos en persuadir a sus miembros de aumentar la producción para descomprimir el mercado.
El barril de crudo de referencia para la producción argentina, WTI, cerró ayer en Nueva York a un precio de 35,39 dólares, valor que supera en más de un 100 por ciento a los niveles de poco más de un año atrás. Las reservas estadounidenses de petróleo se encuentran en su nivel más bajo en 24 años y las de combustibles líquidos son inferiores en casi un 40 por ciento a las de hace un año. Las previsiones de las agencias internacionales de información energética prevén que el nivel de precios se mantendrá por encima de los 30 dólares por lo menos durante los dos próximos inviernos boreales (hasta principios de 2002).
Bajo estos condicionamientos, se inicia mañana la reunión de la OPEP en Viena, en la que salvo Arabia Saudí no existiría una voluntad manifiesta de los demás miembros de elevar la producción en un millón de barriles diarios, como reclamó Bill Clinton, o en 500 mil barriles, como esperarían los países de la Unión Europea. El incremento de la renta petrolera les permitirá a Venezuela y los países exportadores de Africa salir de las profundas crisis que padecen, resolviendo sus problemas inmediatos de endeudamiento. Pero el mantenimiento de altos precios del petróleo podría derivar en políticas que alienten la devaluación del euro con respecto del dólar �para compensar las pérdidas en la balanza comercial de los europeos� y de las monedas del sudeste asiático, también fuertes importadores de crudo.
Las repercusiones, a nivel local, se harían sentir a corto plazo en los surtidores. Por ahora, la actitud de las petroleras que controlan el mercado de combustibles �Repsol YPF, Esso y Shell� parece ser la de esperar la resolución de la OPEP antes de definir nuevos aumentos. Pero no se descarta que, si se mantiene la presión en los mercados internacionales, se produzcan algunos miniajustes de uno o dos centavos por litro de nafta en el fin de semana, tal como aconteció a principios de la presente.
Según cálculos de institutos privados locales, el más que moderado descenso del precio de los combustibles cuando las cotizaciones del crudo alcanzaron un piso de 11-12 dólares por barril les permitió a las petroleras hacer un �colchón� de rentabilidad que ahora están absorbiendo parcialmente. Dichos análisis indican que contra una rentabilidad neta de 25 a 30 por ciento que alcanzaron un año y medio atrás, hoy mantienen un margen del 5 al 8 por ciento, en un mercado sin competencia y en el que el gobierno nacional ha tomado una amplia distancia de cualquier conducta regulatoria.
Débora Giorgi, desde hace poco más de una semana secretaria de Energía, destacó ayer que �la actitud de las empresas ha sido tratar de mantener una disciplina de precios y no estar siguiendo la volatilidad del mercado�. También respondió a la consulta si las petroleras estaban estudiando un aumento, que �a mí no me han informado, y hasta ahora la información que tenía es que íbamos a esperar que terminara la reunión de la OPEP�. En tanto, el vicepresidente de Shell, Juan José Aranguren, advirtió que �las empresas no podemos aguantar el precio� e indicó que las que no tienen producción propia de petróleo �hoy pierden dinero�.
| �Políticas inocentes�
Ante la nueva crisis provocada por la suba del petróleo, �la Secretaría de Energía copió las recetas que ya fracasaron en el área�, señaló Rubén Maltoni, ex subsecretario de Combustibles, a Página/12. �No se discute que es un mercado imperfecto, que requiere de políticas activas para morigerar los precios; no propongo precios máximos o regulados, sino controlar el mercado conociendo y publicando los márgenes de ganancia, obligar a que las empresas vendan en puerta de refinería los combustibles a precios internacionales antes de impuestos y bajar la carga del ITC (impuesto a la transferencia) sobre el precio final; el sacrificio fiscal se recuperaría a través del IVA por aumento de ventas�, agregó. En cambio, sostuvo que �es inocente desafiar a las petroleras con la importación, porque no hay instalaciones y el producto internacional hoy entra más caro que el local: es la misma utopía inviable que se planteó en los últimos ocho meses�.
�Seguirán aumentando�
El titular de la Federación de Expendedores de Combustibles, Carlos Calabró, aseguró que �los precios de las naftas van a seguir aumentando, mucho más del cinco al siete por ciento de que se habla; el Gobierno se tiene que meter (en el mercado) y fuerte, porque este mercado no es competitivo sino oligopólico, y si no lo hace le va a estallar el problema como está pasando en Europa�, dijo en referencia al conflicto protagonizado por transportistas y agricultores. Sugirió �una rebaja de los precios vía impositiva, pero no para que las petroleras, como tienen precio libre, puedan aumentarlo; tiene que haber un compromiso de las petroleras para que ellas también aporten en la baja de precios�. �En un país donde todos los precios bajan, hay deflación �agregó�y todas las industrias y comercios hacen ajustes, las compañías petroleras ganan dos millones de dólares más por día con respecto al año pasado, con precios que siguen subiendo en los surtidores�, apuntó Calabró. Según explicó el representante de los expendedores, �hoy la importación de combustibles tampoco es una solución, porque el precio está por las nubes�. |
PLAN DE LOS TRABAJADORES PARA AA
Ofensiva de los gremios
Los gremios aeronáuticos presentarán formalmente hoy ante el ministro de Infraestructura, Nicolás Gallo, su propia propuesta de salvataje de Aerolíneas Argentinas. La iniciativa, que ayer fue explicada por los sindicatos ante el secretario de Transporte, Jorge Kogan, postula que los trabajadores compren el paquete accionario que hoy está en manos de accionistas privados, fundamentalmente españoles.
Los directivos de varios sindicatos aeronáuticos anunciaron ayer en conferencia de prensa la ingeniería financiera de la propuesta, que incluye un préstamo puente de entre 250 y 300 millones de dólares, a otorgar por una entidad financiera internacional. Para garantizar esta operación, los trabajadores caucionarían las acciones que se disponen a comprar. El voluminoso pasivo de Aerolíneas, superior a los 600 millones de dólares, sería refinanciado: gracias a un nuevo plan operativo, la empresa conseguiría rentabilidad y, por consiguiente, capacidad de repago en el futuro.
Para aumentar su actual participación accionaria del actual 10 al 95 por ciento �el Estado conservaría el 5 por ciento�, los trabajadores no necesitarían desembolsar dinero fresco, ya que parten de la discutible base de que la empresa hoy no tiene valor. El nuevo plan de operación y administración promoverá un proyectado aumento en los ingresos y un recorte de gastos. Sin embargo, este ajuste no entrañaría ni rebajas salariales ni expulsión de personal, tal como postulan los accionistas españoles en su plan de salvataje.
La propuesta de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales tiene como punto central el recorte de los gastos en personal, algo a lo que los gremios se oponen. Hasta el momento, la SEPI sólo se comprometió a hacer aportes irrevocables de capital, con los que resignaría recuperar el dinero que está aportando cada mes para que Aerolíneas siga funcionando.
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