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Un suicidio sospechoso en el caso del represor detenido en México

Ramos Tercero fue uno de los funcionarios que firmó el contrato del represor Cavallo en México. Apareció degollado en una ruta.

Raúl Ramos Tercero, subsecretario de Comercio y Fomento Industrial.
Fue encontrado en una ruta, al lado de su auto. Dejó seis cartas.


Por Miguel Bonasso

t.gif (862 bytes) La realidad política mexicana, igual que la argentina, parece decidida a dejar sin trabajo a los escritores de novelas policiales: ayer apareció muerto el subsecretario de Comercio y Fomento Industrial (SECOFI), Raúl Ramos Tercero, uno de los funcionarios que concesionaron el Registro Nacional de Vehículos (RENAVE) al consorcio integrado por la empresa argentina Talsud, que dirigía el represor de la ESMA Ricardo Miguel Cavallo (alias Marcelo). La trágica muerte del subsecretario, que el gobierno mexicano caratuló rápidamente como �suicidio�, realimentó el escándalo en torno del marino argentino, que lleva dos semanas sin abandonar la primera plana de los diarios. 
El hallazgo del cadáver, que presentaba heridas cortantes en el cuello y en una pierna, coincidió con la virtual defunción del cuestionado RENAVE, que está por ser disuelto por el Congreso. Por si faltara algo, en la mañana de ayer, en la misma carretera, se encontró un segundo cadáver, correspondiente a otro funcionario público que había recibido un balazo en la cabeza. En la Argentina de los últimos años también proliferaron suicidas y �suicidados�, entre ellos un ex jefe de Cavallo en la ESMA: el capitán de fragata Horacio Estrada, vinculado al escándalo de la venta de armas. 
El pasado miércoles por la noche la policía fue alertada por una llamada anónima: en el paraje conocido como El Conejo, en la carretera Tenango-La Marquesa, que atraviesa los majestuosos valles que rodean al Distrito Federal, había un cadáver que yacía en el piso, con un �cortante� ensangrentado en su mano derecha. El cuerpo yacía a unos doscientos metros del auto Chrysler Cirrus que le había pertenecido en vida. Pronto el poder político fue sacudido cuando se comprobó que el �occiso� era Raúl Ramos Tercero, subsecretario de Normatividad y Servicios a la Industria y el Comercio Exterior de la SECOFI. Un personaje clave en la privatización del registro de vehículos y su entrega al consorcio integrado por el magnate Henry Davis, la firma francesa Gemplus y la argentina Talsud, de la que era director y accionista Ricardo Miguel Cavallo. 
Antes de que se realizara la autopsia y fueran practicadas pericias caligráficas sobre las cartas del presunto suicida que se hallaron en el auto, el procurador local se apresuró a señalar que se trataba de un suicidio. Tesis que hasta el cierre de esta edición manejaba el sacudido gobierno de Ernesto Zedillo y varios medios, incluyendo al propio Reforma que destapó hace unos días el escándalo RENAVE-Cavallo y a cuyo director iba dirigida una carta, llena de reproches, del presunto suicida. Luz Tercero, prima del funcionario muerto, se escandalizó ante una radio por la velocidad con que parece descartarse un posible homicidio.
El subsecretario de Normatividad, que había tenido trato frecuente con Cavallo cuando el marino dirigía el RENAVE, fue sacudido hace dos semanas por la denuncia de Reforma, que vino a sumarse a las múltiples críticas que había recibido el RENAVE por sus altos costos y por la forma irregular en que fue reglamentado. Uno de los críticos más duros fue el procurador del Distrito Federal, Samuel del Villar. Ramos, en aquel momento, salió a �desmarcar� a la SECOFI del represor argentino, argumentando que esa secretaría había seleccionado al consorcio ganador de la concesión y no �al señor Cavallo�, contratado �por los accionistas de la concesionaria�. Defensa que ocultaba dos cosas: que el propio Cavallo era accionista de Talsud y que no se había investigado a los principales directivos de una empresa extranjera que iba a manejar información confidencial sobre los compradores de autos nuevos y usados en México.
En las altas esferas de México argumentaban ayer que Ramos Tercero, un tecnócrata de 45 años educado en Stanford, que había participado activamente junto a su jefe Herminio Blanco en la elaboración del famosoTLC o NAFTA con Estados Unidos y Canadá, era un hombre poco acostumbrado a los golpes de la política y no resistió verse atacado en la mayoría de los medios. Las seis cartas halladas en su auto, que constituyen hasta ahora el indicio más fuerte para sostener la tesis del suicidio, apuntan en esa dirección y acusan indirectamente a los medios por �la histeria� que habrían generado en torno del RENAVE. En todas destaca su honestidad y �apego a la ley�, su angustia por aparecer injustamente sospechado como �criminal� y su negativa a huir como �un facineroso�. En una de las cartas le ruega a su mujer que lo perdone y le explique su decisión a los hijos.
A su jefe, Herminio Blanco, le escribió que no soportaba más �la presión�. No era el mejor interlocutor para mencionarle el tema: en México no se para de hablar desde hace quince días de una posible renuncia del titular de la SECOFI. Curiosamente el hombre que no resistió la presión nunca estuvo en la mira pública, como sí lo está su jefe, que sigue vivo y en su despacho. En la carta al director de Reforma, Alejandro Junco, Ramos incorpora una sugestiva reflexión que intensifica la atmósfera de novela negra: su convicción de que ahora estarán contentos los misteriosos seres que estarían �sedientos de sangre�. 
Para rematar este capítulo, la novela de la realidad hizo que pocas horas después apareciera en la misma carretera un segundo cadáver: el de Raúl Piña Ceja, también alto funcionario público, en este caso de la Comisión Nacional del Agua. Con Ceja no hay dudas: fue asesinado de un balazo en la cabeza. Al cierre de esta edición nadie podía afirmar que esas dos muertes estaban vinculadas, pero cualquiera podía decir que la sangre y el misterio que inauguraron la era Zedillo volvían a presentarse, tercas y oscuras, en su despedida del poder.

 


 

LE PIDEN QUE ABRA SUS ARCHIVOS
Carta del CELS a la Iglesia

El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) pidió a la Conferencia Episcopal que dispusiera la apertura de los archivos que existan en poder de la Iglesia Católica con información sobre los capellanes asignados a las Fuerzas Armadas y de Seguridad durante la dictadura. El organismo de derechos humanos solicitó también que la Conferencia gestionara la publicidad de los documentos del Vaticano sobre el mismo tema. 
�Estas acciones contribuirían tanto o más que las declaraciones de propósitos a verificar el repudio de la institución a las graves violaciones a los derechos humanos�, escribió el director ejecutivo del CELS, Martín Abregú, en una carta dirigida a monseñor Estanislao Karlic.
El pedido del CELS se produjo a raíz de la realización del Encuentro Eucarístico Nacional, que comenzará a sesionar hoy en Córdoba. Se prevé que allí la Iglesia concretará un histórico pedido de perdón público que comprenderá la actuación de la institución durante la última dictadura militar. El CELS recordó que numerosos testimonios señalan �el estrecho conocimiento que los capellanes tenían sobre lo que estaba sucediendo y la tarea que muchos cumplieron, apaciguando la conciencia de quienes dudaban de la moralidad de los que estaban haciendo y presionando a los prisioneros a colaborar con sus captores�. 

 

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