The Guardian de Gran Bretaña
Por Ewen Mac Askill y Suzanne Goldenberg
Desde Nueva York y Jerusalén
Las posibilidades de que el presidente norteamericano Bill Clinton consiguiera un acuerdo de paz para Medio Oriente se redujeron ayer después de que la Casa Blanca admitiera que fracasó a la hora de hacer cualquier tipo de progreso en las conversaciones durante la Cumbre del Milenio de la ONU. Clinton sólo mantuvo encuentros por separado con el primer ministro israelí, Ehud Barak, y el líder palestino Yasser Arafat, al margen de la cumbre. El vocero de la Casa Blanca, Joe Lockhart, declaró que no podía informar de ningún progreso en el conflictivo tema de Jerusalén y que no están planeados nuevos encuentros.
El tiempo se acaba para Clinton a sólo dos meses de las elecciones presidenciales en Estados Unidos y con la coalición de Barak enfrentando un colapso el próximo mes. En forma más apremiante, Arafat y sus aliados deberán decidir este fin de semana si declaran unilateralmente un Estado palestino el 13 de septiembre, como amenazan si no se llega a un acuerdo. La delegación palestina asegura que la declaración podría ser postergada.
Clinton se ha desesperado por cerrar un acuerdo para Medio Oriente como el principal legado de su presidencia. Se reunió con Barak y Arafat en el último piso del hotel Waldorf Astoria en un intento por sellar un compromiso que complete el acuerdo casi alcanzado en julio en Camp David. Pero funcionarios de la Casa Blanca aseguran que las posiciones se han distanciado desde entonces. �No sé si tendremos alguna reunión más mientras estemos aquí. Ambos desean mucho un acuerdo y entienden que disponen de un tiempo limitado para conseguirlo. ¿Una cumbre? No hablamos de eso�, declaró Clinton.
En su discurso en la Cumbre del Milenio, Arafat adoptó una postura inflexible al declarar que la Autoridad Palestina debe tener soberanía sobre la zona este (árabe) de Jerusalén, eludiendo la posibilidad de un compromiso que deje a la ciudad bajo una soberanía compartida o bajo control internacional. Arafat aclaró en la cumbre que los palestinos ya han hecho demasiados sacrificios dolorosos por la paz.
Un funcionario israelí explicó que nada ocurrirá en las negociaciones de paz hasta que Arafat demuestre que está listo para discutir las ideas presentadas en y desde Camp David. El estado de ánimo en Israel giró ayer de la expectativa al desaliento después de que Clinton fracasara para destrabar el estancamiento. Y el ministro israelí del Exterior, Shlomo Ben Ami, puso un freno al exceso de optimismo sobre la perspectiva de alcanzar un acuerdo de paz antes de que Clinton abandone el poder. Los ánimos se oscurecieron perceptiblemente cuando los negociadores israelíes reconocieron que ya no hay margen de maniobra con los palestinos. �No podemos ser más flexibles en nuestra postura sobre Jerusalén�, explicó Gilead Sher, un negociador, a la radio militar de Israel.
A pesar de que el foco de las negociaciones desde el colapso de la cumbre de Camp David en julio ha sido el status de Jerusalén, Ben Ami subrayó que hubo amplias diferencias entre ambas partes sobre el tema de los refugiados, así como sobre cuestiones menos problemáticas como las fronteras y los asentamientos. �No deberíamos cometer el error de pensar que un compromiso simbólico de Arafat sobre la Explanada del Templo vaya a resolver los demás problemas�, explicó. Sin embargo, Barak se refirió al sitio sagrado para judíos y musulmanes como �el único lugar en disputa� con los palestinos. De todos modos, aclaró que �hasta ahora no hemos encontrado un socio receptivo en la otra parte�. Y puso como ejemplo que Arafat rechazó en Camp David una propuesta de Washington para posponer por 15 años la cuestión de la soberanía sobre Jerusalén. �Tras dolorosas dudas, nosotros estábamos dispuestos a pensarlo, pero los palestinos lo rechazaron.� De todos modos, confirmó que las esperanzas de acercar posturas en Nueva York son mínimas: �No puedo decir que vea un avance, pero los contactos seguirán otras 24 horas�.
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