Por Martín Pérez
Odia bañarse, ama los huevos crudos por la mañana y está obsesionado con los platos voladores. Pero lo que a Rud más le divierte es ir en busca de Toshiro Mifune al sótano de su casa. ¡Mifune!, grita su hermano Kresten, que se zambulle escalera abajo sólo para hacer ruidos extraños y jugar al samurai para deleite de Rud, un simpático retrasado mental que ha vivido librado a su suerte en una descuidada casa del campo danés hasta la súbita muerte de su padre. Después de diez años de ausencia, el exitoso Kresten se ha visto obligado a alejarse por unos días de su nueva vida en Copenhague para enterrar a su padre. Y para reencontrarse con Rud, que escucha a su hermano aullar el nombre del japonés desde el sótano, y se asusta y se ríe. Rud es un fanático de Valerian �un comic francés de ciencia ficción� pero es más fanático de Mifune, que según él es �el séptimo samovar�. Y no deja de reír.
Tercer opus de El Dogma 95, el ascético movimiento cinematográfico liderado por Lars Von Trier que impactó fuerte hace un par de años en Cannes, Secretos en familia �originalmente bautizada Mifune, y ganadora del Oso de Plata en Berlín� es un nuevo drama familiar sin luces artificiales o efectos especiales. Es que, aunque El Dogma condene a las películas de género, este tercer opus no hace más que confirmar que el único género que obsesiona a los dogmáticos dinamarqueses �y también al dogmático de facto Harmony Korine� es el de los dramas de las familias en descomposición. Que deben incluir, de ser posible, algo de sexo (Secretos... tiene el orgasmo cinematográfico con más decibeles desde Cuando Harry conoció a Sally) y al menos un retardado mental. Papel que aquí cumple el Jesper Asholt, interpretando al querible Rud.
Tan ostentosa en sus carencias como una megaproducción de Hollywood en el volumen de su presupuesto, Secretos... cuenta la historia de Kresten, un joven exitoso que se ha hecho a sí mismo prácticamente de la nada y celebra al comienzo del film su casamiento con la hija de su jefe. Su luna de miel, sin embargo, se ve rápidamente frustrada por la noticia de la muerte de su padre, suceso que lo saca de su nuevo mundo para llevarlo de regreso al paisaje rural de Lolland, del que está tan avergonzado como para no haberle dicho nada de él a su flamante familia política. A partir de entonces no habrá regreso: aún a su pesar, Kresten se sumergirá en su pasado y su nueva vida seguirá de largo. Será ocupada por una cotidianidad que gira alrededor del cuidado de su hermano Rud, para el que recurrirá a la ayuda de Liva (Iben Hjejle, a la que se verá también en la inminente Alta Fidelidad junto a John Cusack), una prostituta que llegará a Lolland huyendo de un psicópata telefónico.
El juego de los secretos develados y la formación de una familia atípica forma parte de la trama del film, una suerte de versión libre de La Celebración pero más contemporizadora para con el espectador. Y aquí esdonde un film como Secretos... sirve para redefinir al Dogma poniéndolo al servicio de una trama previsible pero no por eso incapaz de crear una puesta en escena que atrape. Recurso artístico antes que corset experimental, El Dogma para Secretos.. es un arma más �tanto artística como de marketing� para acercar al público a una historia que es parte versión danesa y contemporánea de Tenesee Williams, parte Rain Man pasado por los reglas de Von Triers.
�Felicidades� en Venecia
La película argentina Felicidades, ópera prima del realizador Lucho Bender, tuvo un auspicioso debut internacional al ser exhibida ayer con gran repercusión en la Mostra de Cine de Venecia. Bender, que hace su primera incursión en el cine después de años de trabajar en el campo publicitario, parecía convencido después de la ovación que coronó el fin de la proyección de que su film puede seguir los pasos de Mundo grúa, de Pablo Trapero, que el año pasado triunfó en esa sección. Producida en un 70 por ciento por el cineasta, mientras que el equipo y los actores se asociaron para financiar el resto, la película fue vista en Venecia el mismo día que se estrenó en Buenos Aires, con notoria aceptación de la crítica. En la jornada de ayer se presentarán en la competencia oficial veneciana tres películas de orígenes bien distintos: la china Liulian Piao Piao, la italiana La lingua del Santo y la portuguesa O fantasma. La dureza de la temática del filme del chino Fruit Chan, sobre el oscuro mundo de la prostitución, contrasta con la comicidad de la película italiana, interpretada por el humorista Antonio Albanese, en una historia de pícaros en la que no faltan ni el robo ni la fuga de Carlo Mazzacurati. Particularísima y polémica, a tenor de la fama de la que viene precedida, resultó la película del luso Joao Pedro Rodrigues, la historia de un barrendero gay y de sus aventuras sexuales. |
Un clásico del suspenso, en una
remake llena de citas y homenajes
El holandés Paul Verhoeven hizo de �El hombre sin sombra� un desafiante
tributo a otros films del género, contando otra vez la historia de �El hombre invisible�.
�El hombre sin sombra�
tiene un reparto excelente y una producción que no midió gastos ni efectos. |
|
Por M. P.
�No sabés las cosas que uno es capaz de hacer cuando ya no tiene que mirarse más la cara�, salmodia el doctor Sebastian Caine hacia el final de la morbosa El hombre sin sombra, el nuevo exceso el holandés Paul Verhoeven financiado por Hollywood. Por entonces Caine ya ha llevado su megalomanía y su voyeurismo más allá de lo imaginable, pero aún le quedan cosas por hacer. Como, por ejemplo, hacer que las citas a La Mosca en este hombre invisible de Verhoeven apunten hacia Alien. Porque, decididamente, poco tiene Caine de científico condenado por su experimento, y mucho de monstruo atrapado junto a otros científicos en la trampa de su profesión. Uno de sus colegas lo sabía aún antes de que la locura se desatase: �Por un lado está la naturaleza humana, y por el otro la naturaleza de Sebastian�.
Tan excesivo y desafiante como Sebastian en su trabajo, Verhoeven ha demostrado también ser un devoto de la ciencia ficción, al punto de llevar a la pantalla con todo el despliegue de presupuesto �e igual cantidad de ingenio y ferocidad� obras de los autores clásicos del género, como Philip K. Dick o Robert Heinlein. Todo ese indudable fanatismo por la CF se puede ver en acción en una de las escenas más impresionantes de El hombre sin sombra, en la que una gorila invisible (llamada Isabelle) es puesta sobre una mesa de operaciones e inyectada con un suero que debe volverla visible.
La forma en que esto sucede es sorprendente, y serviría para responder a la pregunta que más de un adolescente se debe haber formulado luego de leer cualquier libro dedicado al tema de la invisibilidad: ¿qué es lo que se vuelve invisible en un hombre invisible? Lo que hace Verhoeven con Isabelle �y luego lo repetirá con Kevin Bacon, que encarna a Sebastian Caine� es volverla visible capa por capa... primero se ve el líquido que penetra en sus venas, luego el corazón, más tarde los músculos y así, como un completo modelo en una clase de biología.
Pletórica en animales invisibles y crueldades a simple vista, El hombre... cuenta la historia de un brillante científico (Caine) que busca el don de la invisibilidad a cargo de su gobierno. Caine ha descubierto rápidamente que volver invisible a un animal no es el problema, el asunto es volverlo visible. Una madrugada, mirando ociosamente un cartel pegado al techo de su hogar en el que se lee �Deberías estar trabajando� Caine descubre la solución. Pero, lejos de suponer que allí termina su experimento, decide que las cosas recién comienzan y hace lo que todos los espectadores están esperando: ser el primer humano en probar la invisibilidad.
Desde aquel primer hombre invisible de Welles se sabe que semejante habilidad no mejora las cualidades humanas del sujeto sometido al experimento, sino todo lo contrario. Así Caine pasa a encarnar cada vez más el monstruo que realmente es, debajo de su chaqueta de cuero, su música rock y su Porsche último modelo. Sin embargo, lejos de soltar a su monstruo Bacon por el mundo, Verhoeven apenas si lo pone a descargar su desbocada megalomanía contra sus subordinados. De esta manera, un Kevin Bacon con la cara tapada por una máscara de látex desatará un gratuito infierno en sus subterráneos dominios de laboratorio, y los fanáticos se quedarán pensando en qué demonios estaría pensando el director de El Vengador del Futuro o Starship Troopers a la hora de quedarse atrapado en un film puro prólogo.
VUELVE EL CICLO �EL INDEPENDIENTE�
La zapada de Raúl Perrone
El ciclo fílmico �El Independiente�, que se dedica a la difusión de un nuevo cine argentino realizado al margen de la industria y de ciertas convenciones estéticas, se reanudará el lunes con el preestreno de Zapada, una comedia beat, de Raúl Perrone. La función será a las 22 en una de las salas del complejo Hoyts General Cinema del Abasto Shopping.Zapada... narra una anécdota ambientada en Ituzaingó, donde dos personajes esperan y buscan durante todo un día a su ex jefe, un tal Godotti, que les debe dinero. El ciclo tiene el auspicio de la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad. Además, estrenará en Internet algunos de los largometrajes y cortometrajes exhibidos en la pantalla del cine. Esta modalidad comenzará este mes con la video película Once, de Lilian Morello, que mezcla los géneros de ficción y documental, y La toma, un mediometraje de Sebastián Wainstein. Para ver esos trabajos los espectadores podrán visitar las páginas virtuales
www.haciendocine.com.ar (de la que organiza el ciclo) o www.miradores.com.
|