Por Cecilia Bembibre
�Los procesos de modernización tienen coletazos que no se pueden prever. En Internet, por ejemplo, están bien definidos y empiezan a hacerse visibles. Aparecen nuevas identidades sexuales. A mí me tiene fascinado la explosión de casados en los chats gays. Antes un hombre casado, si tenía fantasías con otro hombre y quería explorar esa sexualidad, tenía que enfrentar al otro, al cuerpo del otro. Ahora se mete en un chat y, bajo el anonimato, explora cualquier tipo de fantasías. Lo interesante es preguntarse, cuando desaparecen las identidades viejas, qué es lo que las reemplaza.� Jorge Salessi ubica a la tecnología como uno de los espacios clave para el análisis cultural de este tiempo. Cinco años después de publicar su provocador Médicos, maleantes y maricas �que acaba de reeditarse en Argentina�, sigue investigando los mecanismos de construcción de la identidad argentina, desde el siglo diecinueve hasta la actualidad. Radicado en Estados Unidos, Salessi expone algunas de sus ideas en el curso que dicta en la Universidad de Pennsylvania: liberalismo y neoliberalismo en América latina. De paso por Buenos Aires, dialogó con Página/12 acerca de la formación del ser nacional en la Argentina actual.
�¿Qué paralelos establece entre los dos fines de siglo en términos de identidad?
�Hay que tener en cuenta que gran parte de esa identidad es una cultura rioplatense que reemplaza metonímicamente �a través del tango y el Río de la Plata en general� a toda la cultura argentina y que es una construcción de los higienistas de fines del siglo pasado, para �vender� la Argentina. Al hablar de liberalismo se habla de una teoría económica �laissez faire�, a la que hay que sumarle otros factores, como la aparición de las tecnologías. Entre los dos procesos �liberalismo y neoliberalismo� se ven diferencias, por ejemplo, en el campo de la nueva inmigración. Antes a los inmigrantes se les ofrecía la nacionalidad, que era una zanahoria frente al burro de la tierra. Hoy, que todavía se sigue necesitando esa mano de obra barata, está bajo fuego. El racismo es el mismo, sigue funcionando �estos inmigrantes�, �estos bolitas�, �estos paraguayos�... Ahora son latinoamericanos.
�¿Qué mecanismos se utilizan para justificar esa exclusión?
�Probablemente hacia fines del siglo diecinueve el argumento era mucho mas genético... Pero qué interesante, estamos hablando de genoma también en este momento. El positivismo latinoamericano directamente propuso medidas como la castración. Ahora la pelea tiene un tinte que es mucho más económico. El de los bolivianos en San Fernando es un problema de quintas y en última instancia es una disputa por la tierra. Sin embargo, más allá de este ejemplo, la ciencia sigue teniendo un discurso de control social que continuará en el futuro. La identidad definida a partir de la historia clínica (�puede tener cáncer, así que quizás no sea bueno para determinado tipo de trabajo�) y la de crédito será un modo de control en el futuro.
�A la vez, usted identifica a la tecnología con un espacio de resistencia...
�Absolutamente. Estoy trabajando el tema de los chat. Después de observar la explosión que se da en este tipo de conversaciones, que son en su mayoría sexuales, me pregunto qué pasa con esas familias, con la infidelidad que deja de plantearse como tal. Aunque por supuesto, está también la diferencia de acceso a la tecnología entre hombres y mujeres. Otra posibilidad que abre la tecnología es la de explorar fantasías que antes no existía. Me parece importante ver qué pasa cuando estas cosas se empiecen a verbalizar, cómo van a afectar a la realidad, qué nociones de identidad construirán, especialmente en relación con el género.
�También trabaja sobre el lunfardo. ¿Cómo se articula en este marco de investigación?
�Junto con el proceso de globalización se da el opuesto, que es el mismo que aparece en la formación de la nación: el de reivindicación de ideas y símbolos nacionales. Y aquí aparece una resistencia. Hoy hacen una torre en Núñez y le ponen �Jacarandá�; se reinventa San Telmo en los últimos veinte años como un repositorio del imaginario, con los anticuarios y todo lo que sus objetos significan. Es una forma de construirle una historia al barrio. Pero esto sucede al mismo tiempo que la entrega total del país.
�¿Qué rol tiene hoy el idioma dentro de la identidad?
�Estoy trabajando la lengua en el fin de siglo pasado y ahora, porque mi idea de ver la historia es poder entender más mi presente. Es por eso que investigo el liberalismo para poder reflexionar sobre el neoliberalismo. Con el lunfardo sucede algo similar: trabajo sobre la popularización del lunfardo en nuestro tiempo y su utilización en Internet como medio de restablecer la identidad. Entro a un espacio en el que todos hablan en inglés, hablo en castellano, utilizo el lunfardo �para no sentirme cipayo, entregado�, pero a la vez hago uso de toda la tecnología. El lunfardo, o eventualmente, la utilización de una �y� pronunciada con exageración es una manera de decir: �Soy de esta cultura del Río de la Plata�, y en este momento en el que entro en un espacio tan sin fronteras en la lengua como es el chat, trato de definir una frontera. Me entrego, pero trato de resistir un poquito. Esa resistencia me da paz.
�Menciona la resistencia. ¿Dónde se la encuentra hoy?
�El lunfardo es, de alguna manera, una resistencia: un espacio donde todos los ladrones son policías y todos los policías son ladrones. Estoy muy interesado en la cultura del ladrón, como producto de un proyecto liberal o neoliberal. ¿Quiénes son los lunfardos? Un señor desempleado que un día tiene hambre o tiene que comprar un antibiótico para su hijo y roba una billetera. Son un intento de reacción a la apertura total. Fuera de esto, no veo resistencia.
Un libro para resistir
Hace diez años, Salessi comenzó a escribir Médicos, maleantes y maricas (Beatriz Viterbo editora). Aunque la investigación estuvo en un principio acotada a la homosexualidad y el travestismo en Argentina, husmear en los registros médicos y criminológicos lo enfrentó con otro tipo de historia. La de la Argentina liberal de fines de siglo diecinueve, con sus aspiraciones de modernidad y su obsesión por mantener una �identidad� que no se diluyera durante el proceso de apertura de mercados y fronteras. Esa identidad nacional que representaba a la Argentina moderna frente al mundo �y que en gran medida permanece� se definió en base a exclusiones: es clasista, racista, antisemita, sexista y xenófoba. Salessi describe la construcción del ser nacional, para hacer foco en los excluidos por ese modelo. La suya es, entonces, la historia de una resistencia. |
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