Pese a la política de ajuste permanente que decidió aplicar José Luis Machinea desde que llegó la Alianza al poder, la columna del �debe� en la contabilidad de los argentinos sigue engordando. Según un estudio realizado por la Fundación Capital, la deuda del sector público alcanzará a fin de año un nuevo record histórico: 127 mil millones de pesos. Esto representa 5 mil millones de pesos más que el año pasado. Peor aún, en un año notablemente recesivo, el crecimiento de la deuda duplicará la expasión del producto bruto, es decir, el fruto del trabajo de los argentinos. Así, se agravará la relación deuda/producto, uno de los indicadores clave que los inversores toman en cuenta para evaluar el riesgo-país. La Fundación Capital, que dirige el economista Martín Redrado, realizó un minucioso estudio sobre la deuda pública que, con la información disponible, permite proyectar las cifras con que cerrará el año. Los datos son los siguientes: Al concluir el primer año de gobierno de la Alianza, la deuda oficial ascenderá a 126.855 millones de dólares. Es decir: unos 5000 millones de dólares más que el año pasado. El incremento se explica por la consolidación de deudas (1400 millones), con jubilados y proveedores del Estado, el déficit fiscal (4.668 millones, si se le restan alrededor de 700 millones de ingresos por privatizaciones) y el colchón de prefinanciamiento para los primeros meses del año que salió a buscar en los mercados internacionales el equipo económico. En cambio, los factores que contribuyeron a reducir la deuda fueron: la apreciación del dólar frente a terceras monedas (que permitirá un �ahorro� de 2368 millones) y las operaciones de canje de títulos públicos, ya que tomarse préstamos a plazos más largos y mejores tasas implicarían una reducción del stock de deuda en 1412 millones. Sea como fuere, el aumento neto de 5000 millones en el endeudamiento, significa una suba del 4 por ciento en relación al año pasado. Dado que el crecimiento económico sería, en el mejor de los casos, apenas del 2 por ciento para este año, la relación deuda/producto se elevaría del 42,9 por ciento al 43,2 por ciento. A principio de año, cuando el equipo de José Luis Machinea dio a conocer el impuestazo y el posterior acuerdo con el Fondo Monetario, se dijo que uno de los objetivos de tanto ajuste fiscal era reducir la relación deuda/producto, ya que ése era uno de los indicadores que miraban con más atención los inversores internacionales a la hora de decidir si seguir dándole crédito al país. Sin embargo, como se ve, pese al �esfuerzo fiscal� realizado por los argentinos, ese objetivo no podrá cumplirse. Así las cosas, el Gobierno se encuentra ante un dilema casi imposible de resolver, al menos, siguiendo la estrategia planteada por Machinea. Por un lado, Argentina deberá pagar el año próximo más de 11 mil milllones de intereses de la deuda externa. Para tener una idea del peso de esa factura, representa casi un cuarto de todo el Presupuesto anual de la Nación y tres veces más de lo que se gasta por año en programas sociales. A eso se le suma el financiamiento que debe encontrar en el mercado internacional para renovar los vencimientos del capital de la deuda. Por otro lado, tanto ajuste fiscal para cumplir con los compromisos externos termina ahogando a la economía, lo cual a su turno debilita los ingresos fiscales y hace que el déficit fiscal se vuelva indomable. El propio equipo económico reconoció este dilema al aceptar mediante una renegociación con el Fondo Monetario, anunciada el jueves último, que el déficit de este año sería de 5300 millones, en lugar de los 4800 millones pautados originalmente. Para el año próximo, en tanto, se aceptó que el FMI aceptó que un déficit de 4100 millones �contra los 2800 del acuerdo original� lo cual evitará que el Gobierno tenga que anunciar en viernes próximo, cuando entre el Presupuesto 2001 al Congreso, otro fuerte ajuste fiscal. �Si el Gobierno sigue presionando para cumplir con una meta, secorre el riesgo de impedir que la economía se reactive�, admitió el secretario de Hacienda, Mario Vicens. El otro problema es que el Estado argentino tiene que pagar la deuda en dólares, mientras que sus ingresos, vía impuestos, son en pesos. Por eso, la relación intereses de la deuda/exportaciones (que se cobran en dólares) es otro de los indicadores que miran los inversores a la hora de evaluar la capacidad de repago del deudor. �La Argentina va a tener serias dificultades con el pago de los próximos vencimientos de la deuda debido a que no se generan divisas para hacer frente a estos compromisos�, afirmó el economista Raúl Cuello. Ciertamente, si se toma en cuenta este indicador, Argentina está en una situación mucho peor que otros países altamente endeudados, como México o Brasil.
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