The Guardian de Gran Bretaña
Por Suzanne Goldenberg Desde Gaza
Los líderes palestinos congelaron ayer el sueño de su pueblo de llegar al anhelado status de Estado nacional. Pero al mismo tiempo, y con la misma decisión de posponer la declaración de independencia que había sido prefijada para el miércoles, mantuvieron vivo al proceso de paz con Israel.
El comité central de la Organización para la Liberación Palestina (OLP) anunció que se reunirá nuevamente el 15 de noviembre para discutir otros modos de colocar a Palestina en el mapa, que no sean �o que sean apenas menos que�, declarar un Estado independiente. Estas promesas no disminuirán la amarga decepción que sufre la mayoría de los palestinos ante la decisión de postergar el Estado una vez más siete años después del comienzo del proceso de paz. La decisión da sin embargo aire a los negociadores que buscan un acuerdo final con Israel.
�Tenemos que ver qué es lo importante para nuestro pueblo aquí en la tierra palestina�, dijo el ministro de Finanzas palestino, Mohammed Nashashibi. �La fecha no es importante para el pueblo�, concluyó. Nashashibi anunció que funcionarios palestinos aprovecharían la dilación para presionar a Israel en las negociaciones que se reanudan hoy. Los principales objetivos son el control de las fronteras internacionales y los recursos naturales �en particular el agua� y el acceso a los mercados mundiales.
Para los palestinos, un Estado nacional es sinónimo de que Jerusalén Este sea su capital. Una concesión que los israelíes están maldispuestos a realizar, en especial porque significaría perder soberanía sobre lugares sagrados para la religión judía. La estatua al soldado palestino desconocido, en la plaza central de Gaza, hace visible y tangible la aspiración de su pueblo: su rifle apunta hacia la misma ciudad santa de tres religiones que está en el ojo de la tormenta.
Las perspectivas de que en las próximas cuatro semanas de conversaciones secretas se llegue a una solución parecen alejadas. Israelíes y palestinos están concentrados con exclusividad en la cuestión de Jerusalén. Varios miembros del comité central de la OLP proclamaron que abandonaban toda esperanza hasta después de que el presidente norteamericano, Bill Clinton, el principal sponsor del diálogo de paz, deje su cargo a su sucesor en enero.
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