Por Pablo Rodríguez El 11 de septiembre de 1973, un golpe militar incluyó el bombardeo de un Palacio presidencial (con presidente adentro) como garantía �simbólica� de éxito. Junto a la violencia factual y sistemática de la dictadura de Pinochet, siguió la simbólica: �el 11� fue declarado feriado nacional. Comenzó a ser un día violento cuando afloraron las resistencias efectivas a la dictadura. Siguió siendo así en democracia y por eso el feriado fue reemplazado hace dos años por el Día de la Unidad Nacional, el 4 de septiembre. Ahora que Pinochet está en el camino del primer juicio que deberá enfrentar, la derecha protesta en cualquiera de estos feriados o ex feriados por lo que pasa con su �Tata�. Ayer se celebró una misa en homenaje a Salvador Allende en La Moneda, con la presencia de su viuda y del presidente Ricardo Lagos, y 4 mil personas marcharon por Santiago para conmemorar su muerte. Para hoy se prevén otros actos, otras amenazas de incidentes. Es que la violencia simbólica sigue siendo enorme: el director de la Fundación Pinochet, Luis Cortés Villa, dijo que los militares no tienen que pedir perdón por nada. Ayer por la mañana, en la misa en La Moneda, estuvieron la familia de Allende (entre ellos, su viuda Hortensia Bussi y su hija Isabel, actual diputada socialista) y ex ministros del gobierno de la Unidad Popular. Por primera vez en mucho tiempo, Hortensia Bussi tuvo un motivo para estar contenta a pesar de lo que estaba conmemorando: �Hicimos grandes progresos, el solo hecho de que la Corte Suprema aprobó el desafuero de Augusto Pinochet es un gran paso, porque todos queremos conocer la verdad, la justicia y no la impunidad�. La ocasión también sirvió para que los sectores socialistas del gobierno hicieran un gran mea culpa por todo lo que no se hizo durante el gobierno de Allende para evitar el golpe. Este mea culpa había empezado el sábado, con una reunión del Partido Socialista. �No se hicieron las cosas bien. Cometimos errores. Pero la vesania, la estupidez humana, la incapacidad de los adversarios del gobierno popular, fueron más poderosos�, afirmó ayer el presidente del partido, el senador Ricardo Núñez. �Yo creo que me arrepiento sobre todo de no haber entendido a tiempo los riesgos que corría la democracia chilena. Felizmente no tengo ningún acto de violencia de qué arrepentirme�, sentenció por su parte el ministro del Interior, José Miguel Insulza. �Yo quisiera en cambio ver derramar a Pinochet una lágrima por todos mis hermanos muertos�. �Mi padre está a punto de cumplir 85 años y debería estar tranquilo en su casa. Y no se lo están permitiendo, porque lo insultan, tratan de humillarlo, lo tienen acosado�, dijo a modo de respuesta la hija de Pinochet, Lucía, en una entrevista publicada ayer por el diario El Mercurio. Por su parte, casi actuando de portavoz de los militares chilenos, el general (R) Luis Cortés Villa dijo que �pedir perdón, como ocurrió en Argentina, por las cosas que hicieron otros, antecesores, no tiene mucho sentido. Es muy fácil hacer eso, porque pido perdón por ellos, pero no asumo responsabilidad�. Lagos respondió a todas estas cuestiones desde Curicó �a 200 kilómetros de Santiago, donde asistió a un tedéum evangélico� con una fuga hacia adelante. �Quedan sólo 10 años para el bicentenario. Hace más de 27 años del momento en que se produjo ese tremendo desencuentro en Chile. Miremos mejor hacia adelante.� Con respecto a la remanida cuestión de la influencia del gobierno en la Justicia en el caso Pinochet, declaró que �acá las instituciones han trabajado normalmente con pleno respeto a otras instituciones� y pidió pensar �en los temas reales del país�. Al menos quedó la sensación de que el peso simbólico de �el 11� no se tradujo en violencia callejera, más allá de algunos incidentes que terminaron con dos detenidos. Quienes asistieron a la misa en La Moneda fueron más tarde a dejar flores en Morandé 80, la salida por donde fue retirado el cadáver de Allende y que fue tapada durante la dictadura. Allí también llegaron para dejar flores, por primera vez, los familiares dedesaparecidos y la Asamblea Nacional por los Derechos Humanos, que después pasaron por el monumento de Allende a un costado de La Moneda y luego llegaron hasta el Memorial de los Detenidos Desaparecidos, en el Cementerio General. La presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, Viviana Díaz, advirtió allí que �diez años han transcurrido desde que Chile inició su transición a la democracia y aún los avances son insuficientes�. A pesar de la general tranquilidad de ayer, los incidentes siempre pueden llegar a mayores. Hoy se hará una ofrenda floral en el monumento a Allende y los pinochetistas se reunirán en la Escuela Militar, a donde quizás asista el propio Pinochet, aunque su hija Lucía lo haya negado hoy. El gobierno ya dispuso el despliegue de 3 mil carabineros en los lugares considerados �sensibles�. Es que la violencia simbólica de �el 11� es tan grande que siempre puede trocarse en violencia efectiva.
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