Por Mariana Enríquez En agosto de 1999, apenas cinco meses después de su estreno en Japón (una celeridad inédita para casi cualquier producto de animación japonesa), y en pleno auge de �Pokémon�, se estrenó en Estados Unidos una serie de factura y temática similar, �Digimon�. En poco tiempo, los monstruos digitales lograron destronar en el rating a Pikachu, y el mes que viene se estrenará la película, Digimon Adventures (la segunda de una trilogía). En Argentina �Digimon� se emite por Fox Kids desde junio de este año a las 17.30 y 21.30 (con un doblaje directamente del japonés, a diferencia de Pokémon, que cuenta con un doblaje a partir de la versión norteamericana) y si bien por ahora sigue reinando entre el público el monstruito amarillo, las luchas contra los digimones malignos están entusiasmando cada vez más a los chicos. De la misma manera que Pokémon, Digimon fue en su primera encarnación una mascota virtual, como el Tamagotchi, pero que en este caso se llamaba Digital Monster. Una mascota virtual es una suerte de juego digital del tamaño de un llavero que tiene dentro un monstruito digital al que hay que cuidar (alimentándolo, por ejemplo, y de forma virtual, claro), y el juego podía además sincronizarse con el de otro para hacerlos pelear entre ellos, como un videogame de bolsillo. Lo cierto es que este juego/mascota virtual se creó bastante antes que Pokémon, a principios de los �90, por la poderosa empresa Bandai, pero nunca obtuvo un éxito importante en el mercado. Hasta que se estrenó el animé (dibujo animado) en abril del �99, con un éxito arrasador. La empresa responsable de la animación de �Digimon� es Toei Animation, que ya convirtió en éxitos increíbles a sus series más famosas: son los padres de �Dragon Ball�, �Caballeros del Zodíaco�, �Sailor Moon� y clásicos como �Mazinger�. El argumento de �Digimon� tiene algunas diferencias notables con el de �Pokémon�. Durante las vacaciones, siete chicos aparecen en una realidad paralela, el Digimundo, después de un desastre ambiental. Allí se encuentran con los digimones, a los que hacen luchar contra digimones malignos (y como en Pokémon, hay toda una didáctica explicación de cuánto hay que cuidar a los monstruitos y preocuparse por sus necesidades). Finalmente descubren que hay un Digimon maligno que está tratando de unir ambos mundos para destruirlos, y así los chicos continúan su lucha en el mundo real. Hasta ahí la primera parte de la serie, que es la que se está viendo en Argentina actualmente (continúa en una secuela que aún no fue estrenada). El atractivo de �Digimon�, al igual que en �Pokémon�, son las �evoluciones� de los monstruitos, o sus transformaciones cuando entran en las peleas. A medida que se van estrenando secuelas, films y demás, por supuesto que se lanza al mercado nuevo merchandising, es decir, nuevas y renovadas mascotas virtuales. Además de videogames al estilo Nintendo, que permiten conectarse con los dispositivos de las mascotas virtuales e iniciar nuevos juegos, existen obviamente muñecos, y dos juegos para Playstation. En fin, que se trata de una avanzada brutal que por lo menos en Estados Unidos está corriendo a �Pokémon� del mercado. El año que viene se doblará para Latinoamérica la segunda temporada de la serie, y probablemente se estrene inmediatamente. Mientras tanto, la avanzada de �Pokémon� continúa reinando en Argentina. En las vacaciones de verano se estrenará una nueva película, Pokémon:The Movie 2000, The Power of One, y ya se están haciendo torneos oficiales de Pokémon entre fans argentinos todos los domingos a las 14, en un local de Quilmes. De todas maneras, el éxito de �Pokémon� en Argentina no puede compararse con la enormidad de lo sucedido en Estados Unidos (o Japón, por supuesto) donde no se trata sólo de un animé muy popular, sino de un fenómeno: además del inevitable merchandising, se lanzaron al mercado vitaminas Pokémon, el cereal Pokémon (de Kellog�s, que se convirtió en su producto más vendedor) y para setiembre se estrenará el musical Pokémon en el Radio City Music Hall.
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