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CONDENARON A ZARATIEGUI POR INJURIAS
Desagravio al maestro

La Justicia condenó al almirante retirado Horacio Zaratiegui a pagar 40 mil pesos por haber injuriado a Alfredo Bravo. El marino había dicho que el diputado �nunca fue torturado� cuando fue secuestrado.

Por Victoria Ginzberg

t.gif (862 bytes)  El almirante retirado Horacio Zaratiegui deberá pagar al Estado cuarenta mil pesos por haber injuriado al diputado frepasista Alfredo Bravo, quien lo querelló por haber dicho, entre otras cosas, que “Bravo siempre ha mentido”, “no está probado que haya sido torturado” y que “fue colaborador de la Armada”. Si el juez lo condenaba a prisión, el marino, que actúa como vocero de los sectores más recalcitrantes de la fuerza, debía cumplir su sentencia de manera efectiva, ya que tenía una pena en suspenso. Pero el magistrado le aplicó una multa, ya que evaluó, entre otras cosas, que el encierro no iba a servir para resocializar al marino.
Bravo querelló a Zaratiegui por sus declaraciones en el programa “Polos opuestos”, transmitido por la cadena CBS el 1º de febrero de 1998. En esa emisión, el marino y el diputado Alfredo Villalba fueron convocados para debatir acerca de las repercusiones de la entrevista al represor Alfredo Astiz que había publicado la revista trespuntos y el proyecto de ley de anulación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final que habían presentado un grupo de legisladores frepasistas. Pero en medio del debate y sin que nadie lo hubiera mencionado, Zaratiegui sacó un recorte periodístico sobre Bravo y se despachó contra el diputado.
El juez Raúl García consideró ayer que el marino “obró dolosamente buscando deshonrar e injuriar a Bravo” y que se refirió a “hechos falsos” que eran “verdades demostradas judicialmente que provocaron condenas”. García desestimó el argumento del abogado defensor, Raúl Bednarz, quien había intentado impugnar el casete en el que estaba grabado el programa de televisión. Durante su alegato, Bednarz argumentó que la copia tenía defectos en la imagen y problemas auditivos. Para el magistrado estas objeciones fueron “inadmisibles”, ya que el propio imputado había reconocido ser la persona que aparece en el video y haber viajado a Estados Unidos para participar en el programa.
La defensa trató también de instalar las declaraciones de Zaratiegui como un ejercicio del “derecho de opinión” y mencionó que “los funcionarios públicos se exponen a un riesgo mayor a la crítica”. Pero García, al desestimar este razonamiento, aclaró que el ex colaborador del dictador Emilio Eduardo Massera no se había referido “a la actividad pública de Bravo como diputado, ni siquiera a sus ideas políticas”.
Para establecer la pena, el magistrado consideró como agravantes “el daño causado a Bravo, la falta de arrepentimiento de Zaratiegui, y la falta de acatamiento a fallos judiciales”. Pero el informe socioambiental y la entrevista que le realizaron los funcionarios judiciales lo ayudaron y en vez de ir a prisión, el marino fue condenado a pagar una multa.
En 1993, la Corte Suprema ratificó una sentencia de un año de prisión en suspenso contra el ex colaborador de Massera por haber mentido en el juicio a las Juntas acerca de las circunstancias del secuestro de Bravo. Por esa razón, el abogado del diputado, Juan María Ramos Padilla, que había solicitado la pena máxima (un año de prisión), manifestó que no estaba conforme con el fallo porque Zaratiegui “debía ir a la cárcel” para que su caso sea “ejemplificador”. Bravo, por su parte, consideró que era importante que el magistrado hubiera acreditado que el marino había mentido y lo había injuriado alevosamente.
Durante la emisión del programa “Polos opuestos”, Zaratiegui no sólo se refirió al diputado y copresidente de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos. Dijo también que “los terroristas tienen que decir dónde escondieron los cuerpos” y justificó las desapariciones, argumentando que “hubo una guerra” y “en toda guerra hay ejecuciones sumarias”. Además mencionó al hijo desaparecido de la ministra de Desarrollo Social, Graciela Fernández Meijide. “Murió en combate”, dijo, mientras el diputado Villalba le replicaba que fue secuestrado en su casa a los 17 años.
Ocho testigos, televidentes del programa –entre ellos Villalba, el abogado de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, Horacio Ravenna y la ama de casa Patricia Gilda Ruiz– confirmaron las palabras deZaratiegui. Por la defensa, acudieron los marinos retirados Gustavo Conde y Carlos Guillermo Cefaratti. Pero no habían visto la audición. Su intención era desacreditar a Bravo.
Ayer, antes de retirarse de la pequeña sala de audiencias, Zaratiegui estrechó la mano del juez y le hizo saber que no estaba conforme con el fallo. “Pero la Justicia es la Justicia”, afirmó. “Ahora se dio cuenta”, agregó ya fuera del juzgado un colaborador de Bravo, que escuchó la conversación.

 

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