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COMO FUE LA RENUNCIA DEL NUMERO TRES DE LA SIDE 
Un reconocimiento de culpas

La salida de Albornoz de la Secretaría de Inteligencia fue una derrota significativa de De Santibañes. El ministro Storani presentó pruebas contundentes de la participación del espía en una operación en su contra.

Fredi Storani fue categórico con sus pruebas y argumentaciones.

 

De Santibañes sólo alegó un patético �total desconocimiento�.


Por Eduardo Tagliaferro

t.gif (862 bytes) Para el jefe de la SIDE, Fernando de Santibañes, el desplazamiento de Román Albornoz de la Dirección Nacional de Reunión significa algo más que la pérdida de una importante pieza de su estructura. El corrimiento del tercer hombre de la Secretaría de Inteligencia representa un virtual reconocimiento de que los espías nativos intervinieron en operaciones políticas contra funcionarios de su mismo gobierno. Albornoz fue el vértice al que tanto el vicepresidente, Carlos Alvarez, como el ministro del Interior, Federico Storani, señalaron como responsable de haber ideado publicaciones destinadas a dañarlos en su imagen personal y política.
Cuando el pasado viernes Storani recibió una nota en la que se le comunicaba que el titular de la SIDE lo esperaba, no dudó en levantarse de la reunión de la que estaba participando. Las abrumadoras pruebas que el ministro le presentó a De Santibañes lo pusieron en el hecho ridículo de defenderse alegando �su total desconocimiento�. Por eso, el Señor 5 no dudó en ofrecer la renuncia de su subordinado.
�Para nosotros está renunciado�, dijo a este diario un funcionario del Gobierno cercano al ministro del Interior, que reconoció que el dato que comprometía a Albornoz con la movida no se conoció por una cuestión fortuita. El equipo de Storani comenzó a sospechar de la SIDE cuando una nota aparecida en el diario El Litoral de Corrientes, que indicaba que los recursos de los ATN podían ser la posible ruta del dinero utilizado en las supuestas coimas del Senado era generosamente difundida por una radio porteña sensible a los servicios de inteligencia.
La maniobra fue totalmente esclarecida por los hombres del Ministerio del Interior, cuando un periodista de la agencia Télam recibió un facsímil con la reproducción del artículo periodístico aparecido en la prensa correntina. El número telefónico desde el que había sido enviado correspondía a la oficina de Albornoz en la SIDE. 
Ayer la agencia Télam desmintió que hubiera publicado ningún cable noticioso en el que se hiciera referencia a los ATN como posible fuente de los presuntos sobornos. �Es cierto que la agencia no produjo ninguna noticia de ese tipo, porque la movida fue abortada. Pero el fax existió y llegó a las oficinas de Télam�, dijo a Página/12 un funcionario cercano a Storani.
Albornoz es desde 1994 un hombre cercano al presidente Fernando de la Rúa. Arribó al radicalismo luego de haber militado junto al vicepresidente, Carlos �Chacho� Alvarez, y al fallecido sindicalista de ATE, Germán Abdala, cuando el Grupo de los Ocho rompió con el peronismo, en los albores del largo reinado de Carlos Menem. Albornoz, un sociólogo que supo trabajar en el mundo de las encuestas, conoció a Fernando de Santibañes a través del presidente De la Rúa. Al poco tiempo De Santibañes lo incorporó a su círculo de confianza. En el entorno del jefe de la SIDE reconocen incluso que la actual secretaria de Política Criminal, Patricia Bullrich, le fue presentada por los buenos oficios de Albornoz.
La conflictiva relación de Fernando de Santibañes con los medios de prensa se vio coronada con el desplazamiento de Albornoz, ya que el asesor cumplía con la tarea de �analista de opinión pública�, y solía tener un fluido contacto con los medios de prensa. Quienes conocen los movimientos del agente caído en desgracia cuentan que era habitué de la confitería del Hotel City, donde acostumbraba a reunirse con destacados editorialistas.
Cuando Chacho denunció que la SIDE había realizado una operación política, que incluía difundir aspectos de su vida familiar con el claro propósito de perjudicarlo, puso la mira en su ex conmilitón. A través de investigaciones propias, el vicepresidente tenía fuertes sospechas de que Albornoz había participado de la maniobra, que curiosamente fue publicada en otro medio de la misma empresa que difundió la nota que perjudicaba a Storani.
Las denuncias del vicepresidente fueron desoídas porque el tema tenía una grave institucional que ningún funcionario gubernamental estabadispuesto a asumir. Sobre todo porque todavía estaban frescas las denuncias del ex presidente Carlos Menem, que había dicho que la SIDE estaba espiando su vida privada. En esa ocasión Menem centró sus cuestionamientos en otro subordinado de De Santibañes, el jefe de Contrainteligencia, el mayor retirado Alejandro Brousson.
Ayer en los pasillos de la SIDE se insistía en que Albornoz había renunciado a su puesto de director nacional pero no se alejó, por ahora, de la agencia estatal de espionaje. Agentes de inteligencia sostenían que cuando el presidente Fernando de la Rúa regrese de su periplo oriental aceptaría la renuncia de su amigo y asesor económico devenido en jefe de los espías.

 

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