La CGT le acercó a Raúl Alfonsín su preocupación por las sospechas de corrupción que envuelven al Senado. �Nosotros no queremos un Fujimori en la Argentina reclamando cerrar el Parlamento ni tampoco el mesianismo de Chávez�, le dijo el jefe cegetista Rodolfo Daer al ex presidente en clara alusión a Carlos �Chacho� Alvarez, a quienes los sindicalistas consideran su enemigo número uno. La reunión, que se extendió por una hora, se realizó el lunes en la casa que el titular del radicalismo posee en la calle Santa Fe. La semana pasada los jefes de la CGT oficial ya habían estado con el ex presidente Carlos Menem, a quien los une algo más que la amistad. Daer, quien dijo haber gestionado la reunión con la secretaria de Alfonsín, Margarita Ronco, llegó acompañado por el lucifuercista Oscar Lescano, el estatal Andrés Rodríguez y el gastronómico Luis Barrionuevo. El jefe radical los recibió en el living con Mario Brodersohn, uno de sus ex ministros, como testigo. �Hablamos de gobernabilidad, de que no se paralice el Congreso ni la política�, señaló Daer a Página/12. La CGT ya se había pautado la estrategia de recorrer el espinel político para contactarse con las máximas autoridades del PJ y la UCR. Como sus pares del justicialismo, los sindicalistas excluyen expresamente a la dirigencia del Frepaso. En particular a Chacho Alvarez, quien mantiene un encono con Enrique Nosiglia, amigo confeso de Luis Barrionuevo. El objetivo de los dirigentes gremiales es lograr la elaboración de un documento conjunto con los dos partidos mayoritarios, en el cual se haga hincapié en �defensa de las instituciones�. No son ajenos a estos movimientos la aparición de una pista sindical en la hipótesis de la Justicia que investiga los supuestos sobornos en el Senado. Consultado sobre si se había hablado de la posición asumida por Alvarez en el tema, Daer marcó sus diferencias: �Nosotros le transmitimos al doctor Alfonsín que es el presidente Fernando de la Rúa quien tiene los votos�. La CGT imagina en el corto plazo un encuentro institucional entre Alfonsín y Menem para garantizar �la gobernabilidad�. Aunque es poco probable que, de producirse el encuentro buscado por los popes gremiales, el jefe del radicalismo acepte ese item como razón del encuentro, sobre todo después de que el propio Fernando de la Rúa negó que peligren las instituciones a raíz del escándalo del Senado. Durante el encuentro, que se extendió por poco más de una hora un Alfonsín de pantalones sport y camisa de jean se mostró cauto en cada una de sus respuestas. Más bien se limitó a escuchar y en un momento entregó el documento que el Comité Nacional elaboró el viernes. El vocero del ex presidente, Raúl Borrás (h.), no quiso dar mayores precisiones. �La conversación versó sobre un temario general, donde se destacó la preocupación por defender la gobernabilidad y tener un comportamiento que afiance las instituciones�, dijo en tono con las declaraciones de los sindicalistas. Borrás negó que las versiones acerca de un inminente encuentro entre Alfonsín y Carlos Menem fueran �un tema central en las conversaciones� de ayer, aunque no descartó categóricamente esa posibilidad, al señalar que �si las circunstancias lo requieren, podría hacerse, como con otros dirigentes�.
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