Por Eduardo Videla
El cospel del subterráneo ya tiene firmado su certificado de defunción y en los próximos días comenzará a recorrer el camino hacia su desaparición: la empresa Metrovías pondrá en funcionamiento un nuevo sistema de tarjetas magnéticas y molinetes electrónicos, cuyo destino será destronar a las clásicas fichas de aluminio. En principio, habrá coexistencia entre los dos mecanismos, pero sólo en la línea E. Se trata de un período de prueba y de su éxito dependerá la celeridad con que las tarjetas de cartulina reemplacen a los cospeles.
Los nuevos molinetes electrónicos ya están instalados en todas las estaciones de la Línea E, que se extiende desde Bolívar �en Plaza de Mayo� hasta Plaza de los Virreyes, en Flores, y sólo esperan la orden de largada. Aunque la empresa Metrovías guarda celosamente la información para el anuncio público, Página/12 pudo saber que ya se están realizando pruebas y en los próximos días se hará el lanzamiento oficial. La nueva modalidad consistirá en introducir una tarjeta de cartulina con una banda magnética �similar a las utilizadas en las cabinas de peaje� en una ranura para que el molinete habilite el paso.
La tarjeta, que ya fue bautizada como �Subtepass�, será devuelta al usuario en una fracción de segundo, después de que la máquina haya leído la banda magnética. Una leyenda inscripta en el molinete sugiere al pasajero que conserve la tarjeta hasta finalizar su viaje. En principio, las primeras serán válidas sólo para un viaje y su costo será idéntico al del cospel. Para un futuro, se prevén tarjetas que habiliten para dos y para diez viajes.
Con el uso de tarjetas magnéticas, el subte porteño se pone a tono con los más avanzados del mundo, al menos en cuanto al sistema de molinetes: París, Londres, Tokio y Washington cuentan con lectores electrónicos en sus transportes subterráneos.
Además de ser más seguro para la empresa, pues permite eludir posibles robos o falsificación de cospeles, el sistema magnético será más cómodo para el usuario: en el futuro, ya no será necesario acumular fichas metálicas, pues se podrán adquirir tarjetas para viajes múltiples. Eso sí, habrá que tener cuidado para no quebrar la cartulina para no invalidar su carga.
Otra ventaja para la empresa es que se eliminará el conteo manual de los viajes realizados: los molinetes mecánicos cuentan con un numerador y para saber cuántos pasajeros viajaron durante el día hay que hacer el cálculo en cada uno de ellos. En cambio, los molinetes electrónicos están conectados mediante una red de fibra óptica con una computadora, desde donde se pueden seguir on line todos los movimientos y obtener datos estadísticos al instante.
Los molinetes electrónicos, que cuentan con un visor digital luminoso a la entrada y otro en la salida, fueron instalados a un costado de sus antecesores, con los que convivirán durante un tiempo, antes de reemplazarlos. En cuanto a los cospeles, en la actualidad hay en circulación unos 9 millones y se estima que cada día se utilizan entre 800 mil y un millón. Los actuales están en vigencia desde 1994, cuando Metrovías se hizo cargo de la concesión y modificó el tamaño y el diseño de las fichas.
UNA EMPRESA FUE DENUNCIADA POR DESTRUIR RAICES
Vecinos que defienden árboles
Un gran revuelo se produjo ayer en el barrio porteño de Belgrano, en la calle Vuelta de Obligado entre Sucre y Echeverría, cuando un grupo de vecinos denunció que los operarios de una empresa de comunicaciones estaban destrozando las raíces de varios árboles, mientras cavaban una zanja por la que debe pasar un cable de fibra de vidrio cuya instalación en la zona está a cargo de la empresa Elecnor de Argentina. Uno de los denunciantes fue el secretario de Justicia de la Nación, Jorge Pérez Delgado, quien solicitó la intervención de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires. Los trabajos quedaron interrumpidos en la tarde de ayer, pero podrían reiniciarse hoy por la mañana, salvo que prospere un pedido de la Defensoría para que intervenga de inmediato la Fiscalía porteña a fin de evitar que continúe un accionar que �puede configurar el delito de daño�, anticipó una fuente del organismo.
Lino Di Giorgio, administrativo de la Fiscalía, concurrió al lugar acompañado por personal de la división Delitos Ecológicos de la Policía Federal. Ellos se contactaron con el capataz de la obra, de apellido Cardozo, quien les exhibió una orden de la Dirección General de Obras Públicas del gobierno porteño mediante la cual se los autorizaba a realizar las excavaciones. Los funcionarios a cargo del procedimiento replicaron que tenían autorización �para concretar el tendido del cable, pero no para destrozar los árboles�.
La empresa Elecnor viene trabajando en la zona desde hace varios días y ya realizó excavaciones similares sobre la calle Cuba. �Pero en ese caso �aclaró Di Giorgio�, la zanja se hizo por el medio de la vereda, sin dañar los árboles ni ninguna de las otras instalaciones subterráneas que hay debajo.� Fuentes de la Fiscalía dijeron que el secretario Pérez Delgado intervino cuando vio a los operarios retirar del lugar �raíces grandes, anchas como el brazo de un hombre, que habían sido destruidas durante los trabajos de excavación�.
Los trabajadores de la empresa Elecnor, subsidiaria de la empresa de telecomunicaciones Insat, habrían dañado las raíces de por lo menos siete ejemplares de tipa, un árbol que puede desarrollar una altura de hasta 20 metros. Por lo que puede apreciarse a simple vista, se trata de árboles que en algunos casos podrían ser centenarios y cuya preservación es muy importante para los vecinas de la ciudad, dijeron voceros de la Fiscalía. En el caso se solicitó la intervención de la Fiscalía General de la ciudad a fin de impedir la continuidad de los trabajos.
En principio, las tareas de excavación deberían reanudarse hoy a partir de las 8, pero la defensora del Pueblo, Alicia Oliveira, solicitó a la división Delitos Económicos que intervenga para evitarlo.
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