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TONY BLAIR NO CEDE Y SE AGRAVA LA PROTESTA
Cuando digo no es porque no

Gran Bretaña estaba anoche a punto de quedarse sin nafta, 
en medio de la confrontación social más grave desde los �80.

Manifestantes ante la refinería de Stanlow, en Cheshire. Oyen el discurso de Tony Blair por radio. Y no les gusta nada.

Tony Blair llega a Downing Street para enfrentar la crisis.


Por Marcelo Justo
Desde Londres

t.gif (862 bytes) En medio de protestas que podrían paralizar Gran Bretaña en las próximas 24 horas, el gobierno laborista alcanzó un acuerdo con las compañías petroleras para poner fin al virtual desabastecimiento de nafta que se produjo en todo el país a raíz del bloqueo de las nueve refinerías británicas que lleva adelante una alianza de agricultores y camioneros. En una conferencia de prensa, el primer ministro británico Tony Blair indicó que en 24 horas la situación empezaría a normalizarse. Sin embargo, al cierre de esta edición, sólo había movimiento de gasoleros en una refinería en Essex, al sur del país, y los manifestantes reiteraban su compromiso con la lucha. 
El acuerdo se anunció a media tarde de ayer, cuando el impacto de la protesta se extendía al corazón mismo de Inglaterra: Londres. El primer ministro Tony Blair, que regresó de urgencia a la capital, sostuvo una reunión con las petroleras e invocó poderes especiales para reanudar el abastecimiento de nafta en todo el país. En la conferencia de prensa posterior, se mostró confiado en una pronta solución de la crisis. �Las compañías se han comprometido a reanudar la distribución de nafta, la policía se comprometió a garantizar la libre circulación de los vehículos y los sindicatos han exhortado a sus miembros a trabajar normalmente. De modo que tenemos todos los elementos necesarios para terminar con la crisis�, indicó el primer ministro laborista.
Los manifestantes reaccionaron con indignación a las palabras de Blair y en especial a su negativa a abrir todo tipo de negociación sobre el punto principal de la protesta: el alto precio de la nafta. �El gobierno tiene que entender que nosotros vamos a seguir con las protestas porque lo que está en juego es la supervivencia de nuestros trabajos�, indicó a la televisión británica Andrew Scott, representante de los agricultores. El espíritu era igualmente beligerante entre las filas de camiones, camionetas y tractores que montan guardia alrededor de otras refinerías. Los manifestantes exigen que el gobierno reduzca el impuesto que constituye un 75 por ciento del precio del producto y que hace de Gran Bretaña el país de la Unión Europea que paga más por el litro de nafta. Según el portavoz de los camioneros del noroeste del país, Roy Masterson, el resultado de esta situación es que Gran Bretaña tiene el costo de transporte más alto del mundo. �Esto está hiriendo de muerte nuestra competitividad en Europa y en otros lugares del planeta�, señaló.
Anoche la mitad de las bocas de expendio de Gran Bretaña tenían carteles de �run out� (agotado) y, según las compañías petroleras, el resto del país se quedaría sin nafta hoy si no se renovaba la distribución de inmediato. En zonas enteras, como el noroeste del país, Gales, el sur de Escocia, y una buena parte del sur de Inglaterra, el panorama era desolador y recordaba la famosa crisis de los años �70: calles vacías, luces apagadas y silencio. Durante el día las protestas se extendieron a las carreteras y las zonas céntricas de varias ciudades, en las que taxistas y camioneros paralizaron las arterias principales para exigir un cambio de política del gobierno. �Tony Blair le echa la culpa a la OPEP. Pero el gobierno puede bajar el precio de la nafta reduciendo los impuestos. Está en sus manos�, dijo uno de los manifestantes. 
El impacto de las protestas, que se iniciaron frente a una refinería el jueves pasado, se potenció gracias a la reacción de pánico de los consumidores. La incontenible bola de nieve del desabastecimiento alcanzó su pico máximo el fin de semana cuando se vendió un 30% más de nafta de lo normal. A partir de ese momento, las largas colas de coches frente a las bocas de expendio y la difusión televisiva del fenómeno corrieron comoreguero de pólvora, multiplicando el pánico y el desabastecimiento. El anuncio de la OPEP de que aumentaría en 800 mil barriles diarios la producción no tuvo ningún impacto en esta situación de virtual histeria colectiva. La decisión de Tony Blair de adoptar una postura dura, que lo diferencia claramente del primer ministro francés Lionel Jospin, que decidió negociar ante una protesta similar, constituye una jugada de alto voltaje político y de resultado incierto, aunque Blair buscaría capitalizar una imagen de firmeza a la Winston Churchill y Margaret Thatcher. 

 

 

Claves

La crisis surgió de los altos impuestos y altos precios del combustible en Europa. El ejemplo de los bloqueos en Francia, que forzó al gobierno a bajar el impuesto energético, causó su propagación por toda la región. 
Ayer los focos eran Bélgica y especialmente Gran Bretaña. Se estima que hoy hasta el 90 por ciento de las surtidoras británicas podrían agotar el combustible. En Alemania se planea una campaña nacional con marcha sobre Berlín.

 

 

ALEMANIA, BELGICA Y HOLANDA ENTRE LOS MAS AFECTADOS
El conflicto se derrama a toda Europa

The Guardian de Gran Bretaña
Por Ian Black
Desde Bruselas

Rutas cortadas, protestas espontáneas y nervios de punta siguen agotando la paciencia de viajeros y consumidores en Europa continental en tanto que se extiende la furia por el precio del combustible. Ayer los bloqueos llegaron por primera vez a Alemania. En el centro de la capital belga, Bruselas, los camiones sellaron la plaza Rond Point Schuman, considerado el corazón simbólico de Europa, mientras que las negociaciones con el gobierno se dilataban por segundo día consecutivo. Hacia el este, se informó que en Polonia los conductores y pescadores estaban considerando aislar depósitos de combustible, refinerías y puertos. La Comisión Europea, el ejecutivo de la Unión Europea (UE), advirtió ayer que no podrá actuar contra los bloqueos a menos que resulte afectado el flujo de bienes a través de las fronteras nacionales. Pero los 15 países miembros convocaron para la semana que viene una reunión de emergencia de sus ministros de Transporte. 
La polémica decisión del gobierno francés de otorgar rebajas en los impuestos energéticos �luego de seis días de bloqueos por camioneros y granjeros� hace muy difícil que los otros países europeos se mantengan firmes sobre el tema. En Bruselas, organizaciones de conductores provenientes de cinco países, incluyendo la británica RAC, presentaron dos alternativas: a) que los gobiernos negocien con la OPEP, cuyo anuncio la semana pasada de que aumentará la producción de petróleo no disminuyó las protestas; b) que se rebajen los impuestos al combustible en Europa. �Los gobiernos no deberían darles beneficios impositivos a grupos minoritarios que realizan acciones directas; deberían defender el interés público y garantizar el derecho a la movilidad a un precio aceptable�, enfatizó un comunicado de la RAC. 
La actual intransigencia oficial no ha logrado detener la propagación de la crisis. Las protestas continuaron ayer en Holanda, donde los bloqueos entorpecían el tránsito por las carreteras que llevan a la capital Rotterdam y su aeropuerto de Schipol. En Alemania, los camioneros amenazaron con dislocar la red de transporte nacional a partir de mañana. Según el periódico B.z., se planea una marcha concéntrica a Berlín por cerca de 3000 vehículos de todo el país. Los granjeros en Hamburgo aseguraron que se plegarían al paro para presionar al gobierno a que rebaje los impuestos al diésel y posponga su decisión de imponer un gravamen ecológico al combustible. Pero ayer ya se veían protestas locales. Cien camiones realizaron una manifestación en Saarbrücken junto con los conductores de taxis y autobuses. 
Por ahora uno de los focos de los bloqueos en el continente está en Bélgica. Allí los camioneros entraban ayer en su tercer día de bloqueos, y juraron que no se moverían hasta que el gobierno cumpla sus exigencias de reducir el precio del combustible. El puerto de Wandre, que abastece a Alemania y Luxemburgo, resultó especialmente afectado. Las acciones se extendieron además a las ciudades sureñas de Charleroi y Nivelles. Una carretera a Alemania estaba completamente cortada por 15 camiones. �Una semana, 15 días, tres semanas: ningún problema�, prometió el camionero Jean Bury. Los camioneros en Irlanda aseguraron por su parte que iniciarían acciones el viernes, mientras que el gobierno de Dublín afirma que no saldrá de su actual esquema impositivo. En España, los granjeros estarían planeando una serie de protestas luego de que las negociaciones con Madrid no produjeran un acuerdo para compensarlos por el alza en los costos de transporte.

 

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