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El punto de vista de un pianista que en los �60 revolucionó el jazz

Herbie Hancock grabó, entre 1961 y 1969, un conjunto de discos excepcionales. Hoy se consiguen en una magnífica caja de 6 CDs.

Herbie Hancock se juntó con los mejores músicos posibles.


Por Diego Fischerman

t.gif (862 bytes) Pocos músicos y pocos períodos tienen tal capacidad de nuclear la historia reciente del jazz como las grabaciones de Herbie Hancock en los �60. Seis discos publicados por el sello Blue Note y registrados entre 1961 y 1969. Varios de ellos anteriores al histórico quinteto de Miles Davis del que formó parte. Algunos de ellos simultáneos y otros posteriores. Lo curioso es cómo esa música (y esos músicos) herederos del Kind of Blue que Davis había publicado en 1959 fue capaz de influir al propio Davis y, después, de ser influida nuevamente por él. Entre Takin� off y My Point of View por un lado y Speak Like a Child y The Prisioner por el otro se teje, en realidad, una historia paralela al quinteto de Miles. 
En 1961, justamente, Hancock conoció a Miles. �La primera vez que lo vi personalmente fue porque Donald Byrd me llevó a su casa. Por ese entonces eran pocos los músicos de jazz que tenían su propia casa en Manhattan. Fuimos a un cuarto en el que había discos y un piano y Miles dijo �tocá algo�y yo toqué �Stella by Starlight� y él dijo �lindo sonido�. Si nunca lo hubiera vuelto a ver, siempre me hubiese acordado de eso: �toqué para Miles y me dijo que tenía un lindo sonido��. Ese año, Hancock entraba al estudio Van Gelder con el trompetista Donald Byrd �el mismo que le había presentado a Davis� para participar del genial Free Form, junto a Wayne Shorter en saxo tenor, Butch Warren en contrabajo y Billy Higgins en batería. En mayo del �62 volvió al mismo estudio con la misma base pero para grabar un disco propio, Takin� off. 
El trompetista era un joven de virtuosismo poco común, Freddie Hubbard, y el saxofonista se llamaba Dexter Gordon. Graham Monchur III en el trombón, Hank Mobley, Wayne Shorter o Joe Henderson como saxofonistas, Tony Williams o Mikey Roker en la batería, Ron Carter, Regie Workman y Chuck Israels entre los contrabajistas, estuvieron en esa serie de discos memorables, en los que se armaba una tesis acerca del jazz modal o, como el mismo Hancock lo explicaba hablando del inspirador Kind of Blue: �El disco que le dio vuelta la oreja al mundo del jazz con improvisaciones en las que se usaban escalas en vez de acordes�. Un tema como �Cantaloupe Island� (que mucho después se hizo famoso en versión acid) o el perfecto �Maiden Voyage�, no son ni más ni menos que eso. La etapa superior del �So What� de Davis, Bill Evans y John Coltrane.
La caja que acaba de publicar Blue Note �que se consigue en Buenos Aires en alguna cadena de venta discográfica y en negocios especializados� agrupa los seis discos editados por Hancock para ese sello durante los �60: Takin� off, My Point of View, Inventions & Dimensions, Empyrean Isles, Maiden Voyage, Speak Like a Child y The Prisioner. E incluye, además, versiones no incluidas en las ediciones originales de algunos discos en los que Hancock estuvo como sideman: Free Form de Donald Byrd, Vertigo de Jackie McLean, The Collector y Adam�s Apple de Wayne Shorter y Happenings y Oblique del vibrafonista Bobby Hutcherson. La técnica imbatible de Hancock es uno de los atractivos. Pero el mayor es el sonido y la particular interacción de esos grupos que supieron patentar un lenguaje propio e inconfundible.

 

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