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EL PAIS SE QUEDA SIN NAFTA Y LAS PROXIMAS 48 HORAS SON CRUCIALES
El día que paralizaron Inglaterra

La alianza de agricultores y camioneros y el temor de los choferes a enfrentar los piquetes puede llevar a Tony Blair a asumir poderes especiales contra la movilización, lo que no pasaba desde 1979.

Ejército: El primer ministro Tony Blair no descartó que se utilice el ejército para normalizar la situación. �La intimidación es inaceptable�, dijo.

Algo inusual: el céntrico Strand londinense sin tráfico.


Por Marcelo Justo
Desde Londres

t.gif (862 bytes) Lejos de solucionarse en 24 horas, como predijo el martes el primer ministro Tony Blair, la crisis de la nafta se agrava a cada hora. El Servicio Nacional de Salud se encuentra en estado de alerta roja, el pánico consumista se extendió de las estaciones de servicio a los supermercados, y regiones enteras regresaron a un mundo sin coches ni petróleo. Mientras las protestas continúan en todo el país y el gobierno estudia la posibilidad de utilizar los draconianos poderes de emergencia, el laborismo, las compañías petroleras, los choferes de los gasoleros y la alianza de agricultores y camioneros que bloquean las nueve principales refinerías de Gran Bretaña jugaron a lo largo de ayer al juego del Gran Bonete, responsabilizándose sucesivamente de la situación. 
En medio de un torbellino de rumores, el primer ministro se reunió por segunda vez en dos días con los jefes de las dos máximas compañías petroleras del país, British Petroleum y Shell. A la salida de la reunión, los máximos jefes de las dos compañías dieron un blando comunicado conjunto, en el que elogiaron la colaboración de la policía, pero se negaron a contestar preguntas de la prensa. Aun en el breve comunicado que dieron, quedó en claro que no responsabilizaban del desabastecimiento a los manifestantes, que reclaman una reducción del impuesto a la nafta, que conforma un 75% del precio del producto. Por su parte, el primer ministro Tony Blair, en una conferencia de prensa posterior, no descartó que se utilizara el ejército para normalizar la situación. �La intimidación y el bloqueo de las refinerías es inaceptable. Se está jugando con la vida de mucha gente que necesita tener acceso a servicios básicos�, dijo Blair. 
El gran interrogante es por qué después de la primera reunión que sostuvo Blair con las petroleras y que concluyó el martes con un acuerdo para normalizar la situación, sólo salieron unos 650 gasoleros cuando normalmente hay unos 8000 en circulación. Los manifestantes negaron que estuvieran bloqueando las refinerías, lo que sería un delito, y declararon que estaban realizando una protesta pacífica y legítima. �No somos nosotros los que impedimos que salgan los gasoleros. Son los mismos choferes de los tanques cisterna los que no quieren salir�, señaló uno de los manifestantes. Los choferes, que tienen que pasar por entre una doble hilera de camiones y tractores y una lluvia de silbidos o insultos, alegan que no tienen condiciones mínimas de seguridad, a pesar de que cuentan con escolta policial. Los sindicatos los han exhortado a volver al trabajo pero no parecería haber presión alguna de las petroleras mismas, según reconoció uno de los manifestantes, quien indicó abiertamente que �ellos nos están apoyando�. 
El impacto de las protestas es patente en las estaciones de servicio cerradas. La mitad de las 1620 estaciones de Esso, la más importante boca de expendio en Gran Bretaña, no tenía nafta anoche. Mil de las 1500 de British Petroleum se encontraban en la misma situación, mientras que en el caso de Shell sólo 30 de sus 1100 estaciones estaban abiertas al público. Esta generalizada ausencia de la nafta empieza a tener un claro impacto en algunos de los servicios más esenciales. El ministro de Salud, Allan Milburn, puso ayer al estatal Servicio Nacional de Salud, que cubre a todos los británicos, en estado de alerta roja (por el cual los hospitales pueden reducir el servicio a operaciones de emergencia) y acusó a los manifestantes de poner en peligro la salud de la gente. �En este momento, los doctores, las enfermeras, los pacientes no pueden llegar a los hospitales. El servicio de ambulancias está sintiendo el impacto. Se están cancelando operaciones y servicios de urgencia�, indicó Milburn. 
El país entero empieza a parecerse a una luz a punto de apagarse. Algunas escuelas han cerrado sus puertas y otras han anunciado que lo harán si no se normaliza la situación. El pánico de los consumidores, que vació las bocas de expendio de nafta, se está trasladando a los supermercados ante el temor de una ruptura de la cadena de distribución de alimentos. Los bancos sostuvieron ayer una reunión de emergencia para buscar una estrategia que garantice el normal funcionamiento de los cajeros automáticos. Hasta los servicios fúnebres están sintiendo el impacto. �Tenemos suficiente nafta para los compromisos contraídos, pero si la situación no mejora, no podremos seguir ofreciendo nuestros servicios�, indicó con lúgubre formalidad el director de una compañía. Según la Cámara de Comercio, las pérdidas de la creciente parálisis se calculan en unos 250 millones de libras diarias (400 millones de dólares).
Las próximas 48 horas serán cruciales. Ayer hubo manifestaciones de camiones en el centro de Londres, Aberdeen y varias carreteras, y en las refinerías nadie pareció dispuesto a moverse. De modo que la pelota está picando del lado del gobierno y de las compañías petroleras. Si éstas no presionan a sus choferes para que reanuden la distribución de nafta, Tony Blair deberá intervenir y hacer uso de los poderes de emergencia que le concedió formalmente la reina Isabel II el martes, dentro del marco constitucional monárquico de Gran Bretaña. Dicha legislación fue aprobada en 1976 por el gobierno laborista de James Callagham a raíz de una crisis energética similar. La ley estipula que el gobierno puede declarar una emergencia �si existe o es inminente una amenaza a la provisión de energía que haga necesario que adopte poderes especiales para controlar todas las fuentes de energía�.

 


 

�SI BLAIR NO CEDE, LA PROXIMA ES DE VIDA O MUERTE�
Guerra en el microcentro de Londres

Ayer, la policía actuó para evitar que un convoy de camiones paralizara el centro de Londres. Los camioneros habían planeado conducir a través de la capital, congestionando calles y causando embotellamientos. Pero Scotland Yard encerró a los camiones en un trecho de media milla desde Park Lane hasta Hyde Park Corner, y no les permitió dirigirse a la Plaza del Parlamento donde querían hacer una manifestación. Los líderes de la manifestación dijeron que 200 camiones participaron, la policía redujo la cifra a 60. 
Los conductores habían estado planificando sus tácticas desde el mediodía del martes, utilizando celulares para organizar los puntos de encuentro. Uno de los líderes, Terry Rogers, amenazó con mayores medidas de fuerza si el gobierno no acataba sus demandas: �Si quisiéramos paralizar Londres, lo podríamos hacer�. �La idea hoy es causar desorganización. Si Blair es inflexible, la próxima será de vida o muerte, paralizaremos Londres y bloquearemos cada ruta.� Rogers dice que quería una rebaja de 2p (0.03 de dólar) en el precio por litro de combustible, pero el gobierno dice que esto costaría mil millones de libras (mil quinientos millones de dólares). Como otros camioneros, Paul Davie dice que no sabía que otros servicios públicos sufrirían el resultado de los recortes de gastos. Davie, un camionero propietario, dice que el incremento en el precio del combustible significa que a él le cuesta 200 libras (300 dólares) llenar el tanque con diesel comparado a 130 libras (195 dólares) hace dos años: �Me está costando 300 libras (450 dólares) por semana. Nos está crucificando�. Dijo que lleva a su casa 450 libras (675 dólares) por una semana de 75 horas, lo mismo que hace dos años.

 

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