Por Eduardo Febbro
Desde Sydney
La Argentina llegó a Sydney con una de las delegaciones más numerosas de su historia. Un total de 143 atletas representan las esperanzas de llevarse de las antípodas del Pacífico una cosecha de medallas que supere las mejores marcas nacionales en la historia de los Juegos Olímpicos. Con una delegación de 251 atletas, Argentina ganó en los Juegos de Londres, en 1948, siete medallas, tres de ellas de oro. En 1928, en Amsterdam, los 102 atletas que participaron conquistaron una cifra similar, mientras que en Berlín, en 1936, la canasta se llenó también con 7 medallas, tres de ellas de oro. En aquel entonces la delegación estaba compuesta por apenas 55 atletas. En los Juegos de Atlanta, hace cuatro años, la Argentina llevó 179 atletas que apenas que lograron un modesto palmarés: tres medallas y ninguna de oro.
En esta última edición del milenio de los Juegos Olímpicos, la Argentina trajo, junto a Brasil, una de las delegaciones latinoamericanas más concurridas. El presupuesto sigue siendo modesto comparado con los cientos de miles de dólares aportados al olimpismo por países como Alemania, EE.UU. o Francia. Las esperanzas argentinas se cifran más en el talento individual y las ganas de los atletas que en los escasos 22 millones de dólares aportados para el presupuesto olímpico.
Pero el entusiasmo y la disciplina no faltan. El oro olímpico es un sueño que mueve montañas. Las mejores chances argentinas hay que buscarlas en hombres como el windsurfista Carlos Mauricio Espínola, los hermanos ciclistas Juan y Gabriel Curuchet y en disciplinas donde la Argentina salió siempre bien parada: sobre todo boxeo y hockey femenino.
Detrás de ellos, las posibilidades de quedar entre el cuarto y el octavo lugar son más numerosas: el taekwondista Alejandro Hernando, la garrochista Alejandra García o el boxeador chubutense Omar Narváez, que logró la primera medalla argentina en un mundial aficionado al ganar la medalla de bronce en Hungría en la categoría de hasta 51 kilos. Zurdo y rápido como la luz, Narváez podría incluso subir al limbo de un podio.
En la lista también figuran el pesista Darío Lecman, las remeras María Julia Garisain y Marisa Pegueri, la yudoca Carolina Mariani y el timonel Serena Amato en la clase Europa.
En Sydney 2000 falta la apuesta más segura de la Argentina para una medalla: el equipo de fútbol que no pudo clasificarse. Desde la creación de los Juegos Olímpicos y de la primera participación argentina, en 1924, el país totalizó 51 medallas ganadas: 13 de oro, 22 de plata y 16 de bronce. Sin política deportiva y sin dinero, la cuenta revela una voluntad y una ambición personales de aquellos que ganaron las medallas por encima de la ceguera olímpica de quienes gestionaron los pocos intentos de llevar a la práctica y financiar una política deportiva acorde con los talentos.
Sydneylandia |
Los australianos no inauguraron aún los Juegos y sus representaciones futbolísticas, tanto la masculina como la femenina, ya perdieron sus primeros compromisos. La Selección masculina de Australia cayó 1-0 ante Italia, que conquistó su tanto a 9 minutos del final. En tanto, el combinado femenino perdió 3-0 con Alemania.
Honduras dio la sorpresa futbolística al empatar 3-3 con el campeón olímpico Nigeria luego de ir ganando 3-1. Estados Unidos y la República Checa igualaron 2-2 y Camerún venció 3-2 a Kuwait. Hoy debutan Brasil (ante Eslovaquia) y Chile (con Marruecos). Entre las mujeres, Brasil venció 2-0 a Suecia.
La Selección de básquetbol de Yugoslavia venció ayer por 89-64 a Francia, en un encuentro de preparación. Mientras, el seleccionado brasileño entrenó por primera vez en el nuevo estadio The Dome.
Los primeros controles antidóping ya dieron respuesta positiva. Los tres primeros casos fueron de un taiwanés, un kazajo y una búlgara, quienes fueron examinados antes de sus competencias.
El transporte también trajo problemas: 50 conductores de autobuses renunciaron a sus puestos quejándose por el trato recibido por sus empleadores.
Una jugadora homosexual enfrentará a su pareja el lunes, en el primer partido del torneo de handball femenino en los Juegos de Sydney. El duelo entre la capitana del equipo danés (actual campeón olímpico), Camilla Anderson, tendrá lugar cuando su equipo enfrente a Noruega, donde actúa su pareja, Mia Hundvin.
El polémico Damir Dokic deberá comprar entradas como cualquier espectador si aspira a ver jugar a su hija Jelena, en el torneo de tenis. �El señor Dokic no es un miembro de nuestro equipo olímpico, y deberá comprar los tickets�, dijo ayer Peter Montgomery, subjefe de la misión australiana.
El triatleta español Iván Raña fue inscrito por la organización de los Juegos Olímpicos en la prueba femenina. �En mi acreditación me llaman Eva Raña, y como tenía el pelo largo cuando me hice la foto, no debieron dudar mucho�, explicó el triatleta.
A un día del comienzo oficial de los Juegos Olímpicos, sólo queda un veinte por ciento de las localidades en venta, aunque ello incluye entradas para la totalidad de los deportes. |
NOTICIERO |
Liga. La Champions League 2001 empezó ayer en Europa con los siguientes resultados: Milan 5, Besiktas 1 (foto); Manchester United 5, Anderlecht 1; PSV Eindhoven 2, Dínamo Kiev 1; Hamburgo 4, Juventus 4; Panathinaikos 1, La Coruña 1; Rosenborg 3, París Saint Germain 1; Helsingborgs 1, Bayern Munich 3; Sporting Lisboa 2, Real Madrid 2; Spartak Moscú 2, Bayer Leverkusen 0; Lazio 3, Shajtor Donetsk 0; Sparta Praga 0, Arsenal 1; Valencia 2, Olympiakos 1; Lyon 3, Heerenveen 1; Glasgow 5, Sturm Graz 0; Galatasaray 2, Monaco 2; Barcelona 4, Leeds 0.
Tenis. Treinta escribanos pusieron la firma, veinticinco funcionarios de la Justicia de la Nación cambiaron el martillo por la raqueta, diez médicos anestesistas metieron mano, quince farmacéuticos apelaron a pastillitas rejuvenecedoras y otros tantos arquitectos construyeron algunos sets interesantes, durante el inicio del Primer Torneo Intermutual de tenis. El certamen, que continuará hasta el domingo, está conformado por la Asociación Notarial Argentina, la de Magistrados y funcionarios de la Justicia nacional y las mutuales de anestesistas, farmacéuticos y bioquímicos, y de la Central de Arquitectos. |
EN SYDNEY TEMEN AL VIENTO Y A LOS ATENTADOS
Los protagonistas indeseados
Por E. F.
Desde Sydney
El capitán de un velero estaría feliz pero para los atletas que participan en las distintas competencias de los Juegos Olímpicos de Sydney el viento que sopla en casi todos los rincones de la bahía es un tema que saca el sueño. El majestuoso estadio olímpico de Sydney es un colador a donde se agolpan vientos al más puro estilo patagónico. Muchos especialistas se preguntan incluso si el viento no será ese protagonista indeseado que con cada edición de los Juegos genera escándalos, tanto más cuanto que los australianos tienen miedo de hacer el ridículo frente a la mirada del mundo.
En los Juegos de Atlanta �96 los norteamericanos pasaron un mal rato con los problemas en los medios de transporte, el atentado de Atlanta y, sobre todo, luego del desperfecto generalizado que afectó el anuncio de los resultados de los Juegos, a cargo de IBM. En los Juegos de Invierno de Nagano, la nevada que cayó en plena celebración puso en ridículo a los japoneses. En Sydney, el miedo a los atentados y a hacer un papelón universal conducen a excesos curiosos.
Los periodistas que cubren el acontecimiento están obligados a pasar decenas de controles y barreras policiales por día. La obsesión es tal que, a menudo, los controles están distantes apenas por 25 metros. Incluso aunque el segundo control sepa, por haberlo visto, que las personas que pasaron el precedente fueron controladas hay que volver a vaciarse los bolsillos en busca de la más mínima moneda para evitar que los detectores se pongan en marcha. Las colas son inmensas y la espera demasiado larga.
Para evitar problemas, los australianos agruparon casi todo el dispositivo en un mismo lugar: el estadio olímpico, la piscina, la villa de los atletas y de los periodistas están situadas en Homebush Bay, un gigantesco parque donde los trenes llegan cada cuarto de hora. Pero el problema radica en que, al haber puesto todo bajo un mismo techo, los sistemas de transportes construidos no son capaces de dar abasto para recibir al poco más de medio millón de personas que cada día vendrá a ver los Juegos.
El windsurfista argentino Carlos Mauricio Espínola, subcampeón olímpico de la especialidad y abanderado de la delegación que desfilará este viernes en el Estadio Olímpico, decidió no vivir en la Villa debido al tiempo que hace falta para viajar desde allí hasta la marina olímpica. �Es muy estresante �confiesa�. Viajar en esas condiciones resulta difícil porque hace falta más de una hora para ir de un lugar a otro�.
Muchas delegaciones, incluida la argentina, tuvieron que cambiar sus métodos de entrenamiento para adaptarse a las condiciones climáticas, es decir, el viento. Los atletas que saben aproximadamente a qué hora les tocará salir a la pista se entrenan regularmente a esas horas integrando un dato constante capaz de modificar sus resultados: el viento.
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