Por Martín Granovsky
Fernando ama a Chacho. Chacho mima a Fernando. Los dos lo dejaron en claro ayer, uno desde Beijing y otro en Buenos Aires. Pero si Fernando de la Rúa cree que Carlos �Chacho� Alvarez frenará su embestida política, podría equivocarse de diagnóstico. Página/12 pudo saber que el vicepresidente no firmó el proyecto de presupuesto para el 2001 no porque hubiera disidencias en el gabinete sino, simplemente, para no dejar estampada su firma en ese acto importante de gobierno. De la Rúa �que hoy cumple 63 años� regresa esta tarde de China. La decisión de Alvarez no va a figurar hoy en el centro de la discusión política, pero sirve para armar mejor el cuadro que espera al Presidente cuando aterrice y recoja la ansiedad reinante sobre la pregunta número uno: ¿habrá cambio de gabinete?
Hasta ayer, la versión imperante señalaba que Alvarez evitó autografiar el proyecto de ley como un gesto de delicadeza hacia De la Rúa. Como habían trascendido diferencias, decía la interpretación dominante, el vice dejaba que el Presidente en persona saldara cualquier conflicto.
Los funcionarios consultados no desmintieron que la delicadeza pudiera haber pesado en la decisión del jefe del Frepaso. Pero agregaron que antes la relación con De la Rúa no se basaba en la cortesía sino en la simbiosis.
Este diario está en condiciones de asegurar que Alvarez o cualquiera de sus asesores insistirá en público con la versión de la delicadeza, y naturalmente agregará que las relaciones entre Presidente y vice son inmejorables. Además, ni el vicepresidente quiere imponer un choque explícito con De la Rúa ni el ministro de Economía, José Luis Machinea, está interesado en magnificar una fricción que podría perjudicarlo. En el caso de Alvarez, su estrategia desde que se desató el escándalo del Senado consistió siempre en elogiar a De la Rúa, sumarlo, y luego seguir presionando públicamente. Por ejemplo, contra las autoridades del Senado.
En Beijing, durante la conferencia de prensa que ofreció antes de volver, De la Rúa dijo sobre Alvarez: �Tenemos coincidencias completas. A veces se buscan diferencias donde no las hay. Trabajamos en completa identidad de causas y objetivos�. Sobre las coimas afirmó que si a Alvarez �le tocó hablar más del tema fue porque ocurrió en el Senado�.
Su visión sobre los posibles cambios en el gabinete fue igual de escueta.
�He dejado en claro que no hay cambios previstos �dijo, con lo cual dejó la puerta abierta para los imprevistos.
De paso, se diferenció de Raúl Alfonsín y aclaró que a él es a quien le �corresponde determinar las oportunidades�, porque �tengo mis propios tiempos�.
Los periodistas le preguntaron por la renuncia de Román Albornoz en la Secretaría de Inteligencia del Estado.
�No pude confirmarla, porque se trata de un funcionario de tercer nivel �dijo.
En rigor, era cierto. Hombre de suma confianza de Fernando de Santibañes, Albornoz funcionaba de hecho como el número tres de la SIDE, luego del número dos, Darío Richarte. Su remoción y el paso a un puesto decorativo se produjo luego de que el ministro del Interior, Federico Storani, protestara porque supuestamente desde un teléfono de Albornoz se envió a la agencia Télam un fax sembrando sospechas sobre el uso de Adelantos del Tesoro Nacional para pagar las presuntas coimas a los senadores.
El episodio es (y a la vez no es) uno más entre los chisporroteos protagonizados por el equipo de De Santibañes. Lo es porque añade un litigio nuevo a la ya desgastada relación del Señor Cinco con sus colegas de un gabinete a cuyas reuniones no suele concurrir. Y no lo es porque la novedad reside en el contrincante: el radical puro Storani, y no el frepasista Alvarez.
Es obvio que De la Rúa no quiere desprenderse de su amigo De Santibañes, y menos aún liquidarlo como al fusible que salta para impedir el estallido del Gobierno. A menor nivel, le ocurre algo similar con Alberto Flamarique, el ministro de Trabajo, quien acaba de señalar a Gente que su relación política con Alvarez es buena �Flamarique subrayó �política�� y dijo que como ministro de De la Rúa él debe gozar de la confianza del Presidente y no de la de Chacho.
Hasta ahora, De la Rúa desestimó la tesis de los fusibles con la explicación de que si alguien sale del Gobierno sospechado de culpable, después las acusaciones apuntarán al Presidente. Viene confiando, también, en que la crisis del Senado se disolverá, cosa que no ha sucedido. Las relaciones entre Alvarez y los senadores están peor que nunca, y el vicepresidente no parece decidido a volver a presidir las sesiones. Es público, además, que quiere la renuncia de José Genoud a la presidencia provisional del Senado. Tan público como que Genoud sólo le renunciará a De la Rúa. O que, por el momento, De la Rúa no ha querido humillar al antiguo balbinista mendocino.
Una variante de transición en el Senado sería renovar la presidencia de las comisiones, para superar el escándalo que se produjo el miércoles, cuando la neuquina Silvia Sapag debió pedirle al salteño Emilio Cantarero que abandonase la presidencia de la Comisión de Combustibles. Cantarero reaccionó con la misma lógica contraria a los fusibles. Dijo que, mientras fuese senador, conservaría todas sus facultades.
El Plan B del Presidente a las renuncias selectivas �Plan B, conviene recordarlo, en la mente de los otros� se dirigiría a un cambio de gabinete que diluya el peso de la ida de Flamarique, quien según publicó el domingo este diario podría ser reemplazado por Juan Pablo Cafiero, y, eventualmente, de De Santibañes. ¿Es posible? Cuando era jefe del Gobierno porteño, De la Rúa cambió casi todo su equipo, pero sólo en dosis homeopáticas. Nadie asegura que repetirá el estilo, pero nadie garantiza, tampoco, que evitará repetirlo.
Quien abogó ayer por ese Plan B fue Leopoldo Moreau, el presidente del poderoso comité provincial del radicalismo. La situación, según el senador, �merece una respuesta precisamente política que a mi juicio se traduce en la necesidad de introducir algunos cambios, transformar la crisis en una oportunidad y poner en marcha una nueva etapa�.
Moreau es un viejo enemigo de De Santibañes y su camino hacia De la Rúa es ripioso, pero como es de los pocos que dicen en público lo que otros piensan en privado, en este caso puede concluirse que sintetiza el pensamiento de los dirigentes radicales, más allá del delarruismo puro.
El enigma, igual, sigue siendo el plan de Alvarez. Desvela a ministros y legisladores, y acaso sea aun un misterio para el propio vicepresidente. Sin embargo, ningún dato de la realidad autoriza a pronosticar que Chacho se enfriará en la cuestión del Senado, en buena medida porque podría quedar atrás del juez Carlos Liporaci, obligado por razones inmobiliarias a huir hacia adelante, y detrás también de las investigaciones periodísticas.
En esa situación se inscribe su falta de firma en el proyecto de presupuesto. La firma, es verdad, no hubiera entrañado ningún efecto concreto. Lo que vale, porque tiene consecuencias directas sobre el gasto, es la promulgación de la ley de Presupuesto tras la media sanción de los diputados y los senadores. Firmar el envío del proyecto es, simplemente, un trámite de rutina. No tiene, por ejemplo, el valor que tuvo la promulgación del decreto sobre desregulación de obras sociales que firmó Alvarez con De la Rúa en el exterior. Y esa diferencia es la sustanciosa: si aquella vez Alvarez pudo firmar una medida de fondo y esta vez se abstuvo en una de forma, algo ha cambiado en la disposición del vicepresidente hacia el Gobierno. Algo ha hecho que, en la más benévola de la hipótesis, Alvarez quisiera ser formal y cortés con De la Rúa.
Funcionarios del Gobierno que pidieron reserva de su identidad indicaban anoche que la falta de firma no significa necesariamente una diferencia en las políticas que lleva adelante el Ejecutivo.
�Sólo es una señal de que Alvarez no hace ahora cosas que hizo antes -dijo uno de ellos.
Bienvenido a casa, señor Presidente.
Las definiciones del Presidente |
�Con el vicepresidente de la República (Carlos �Chacho� Alvarez) tenemos un entendimiento perfecto. A él le tocó hablar más porque ésta situación ocurrió en el Senado, pero tenemos coincidencias completas�, dijo el presidente Fernando de la Rúa antes de partir de China. Acotó, sin embargo, que Alvarez participará del diálogo político �si tiene ganas� pues �no está obligado�, en relación a su enemistad con Carlos Menem.
De la Rúa dijo que no implementará en el futuro inmediato modificaciones en el elenco del ministros y secretarios de Estado. �Yo tengo mis propios tiempos, o más que tener mis tiempos, es a mí a quien me corresponde determinar las oportunidades�, advirtió. �Lo que he dejado claro es que no hay cambios previstos�, remarcó.
Acerca de la supuesta reunión con Menem el domingo 3 de septiembre, señaló: �Cada uno verá si es tanta la información que hay sobre algo que he dicho que no existió�.
�En los próximos días, a mi regreso, invitaré a una reunión como parte del diálogo político a los presidentes de partidos y ex presidentes de la República�, Menem y Alfonsín, sostuvo De la Rúa. �Esto estaba anunciado desde hace mucho tiempo. Siempre dije que después de dialogar con otros sectores lo haría con ellos�, dijo poco antes de emprender su regreso.
También adelantó que firmaría el proyecto de ley de Presupuesto Nacional 2001 al llegar a Buenos Aires, en el mismo aeropuerto de Ezeiza. |
Los jóvenes delarruistas quieren
cambios no sólo en el gabinete
Algunos los llaman Grupo Sushi. También los bautizaron como �Juventud Antoniana�. Los jóvenes radicales,
encabezados por Antonio de la Rúa, apuestan a que el Presidente modifique la
composición del Gobierno y eleve el tono de su administración. |
|
Agulla, Antonio de la Rúa y Lopérfido. El hijo del Presidente está un poco alejado de la política.
No obstante apuesta a una renovación del gobierno aliancista. Así lo transmiten sus laderos. |
Por José Natanson
Los hombres de mayor confianza de Fernando de la Rúa creen que ha llegado el momento de adoptar una actitud más decidida como la única salida a la crisis política generada por los sobornos en el Senado. La idea, que implica cambios en el Gabinete y un nuevo tono en la gestión, fue defendida por tres integrantes del influyente Grupo Sushi, el núcleo de funcionarios jóvenes cercano al Presidente.
Cuando, diez días atrás, De la Rúa inició la gira, dejó al Gobierno en un momento complicado: el escándalo del Senado crecía día a día, los rumores sobre cambios en el Gabinete se multiplicaban y su relación con Carlos �Chacho� Alvarez, a pesar de los gestos de concordia, atravesaba por uno de sus peores momentos.
A diez días de aquellos hechos, algunos de sus hombres más cercanos coinciden en que ha llegado el momento de apurar con gestos rápidos y contundentes una salida política a la crisis. La teoría no se limita a defender cambios en el Gabinete, sino que va más allá: modificar algunos aspectos centrales de la gestión. Tres dirigentes de diálogo habitual con el Presidente, que integran o integraron el Grupo Sushi �también bautizado como �Juventud Antoniana��, apoyan esta hipótesis.
�Se viene un nuevo De la Rúa. Sabe que es el momento de tomar la iniciativa, de modificar las cosas�, sostuvo a Página/12 un joven funcionario. �No se trata sólo de cambios en el Gabinete, sino también de medidas concretas�, agregó. El funcionario suele expresar los pensamientos de Antonio de la Rúa. Según sostuvo ayer uno de los interlocutores habituales de Antonio, el hijo del Presidente comparte esta opinión, a pesar de que en los últimos meses se ha alejado bastante de los vaivenes políticos de la Argentina (el jueves, por ejemplo, estuvo en Los Angeles junto a su novia Shakira para la entrega de los premios Grammy).
Cecilia Felgueras integró desde un principio el grupo de jóvenes dirigentes que se acercaron a De la Rúa de la mano de su hijo Antonio. Es, además, una de las voces más escuchadas por el Presidente, al que acompañó durante el primer tramo de su gira. Conversaron mucho. Y la vicejefa del Gobierno de la Ciudad le sugirió �relanzar� la gestión, lo que implicaría algo más que el cambio de un par de ministros.
Un consultor que suele ser escuchado con atención por el Presidente �y de diálogo fluido con Antonio� le mandó a De la Rúa un paper en el que recomienda actuar en la misma dirección. Las encuestas �sostuvo� indican que llegó el momento.
Hay un dato interno de relevancia en estas tres opiniones. Las tres fueron expresadas por delarruistas puros. Y, curiosamente, coinciden con las de dirigentes que provienen de constelaciones políticas alejadas a las del Presidente.
El ministro del Interior, Federico Storani, comparte los planteos y fue el primero en asegurar que es �probable� que se produzca un recambio ministerial cuando concluya la gira. Raúl Alfonsín coincide y el jueves sostuvo que él haría �no uno, no dos, sino varios cambios� en el Gobierno. Y lo mismo opina en privado Chacho Alvarez. En medio de estos reacomodamientos no fue casual la reunión que Felgueras y Alvarez mantuvieron ayer por la tarde para hablar del futuro del Gobierno.
Claro que los alineamientos no son automáticos. Y no todos opinan igual. Entre quienes prefieren que las cosas no sean modificadas están, naturalmente, los dos funcionarios más cuestionados �Alberto Flamarique y Fernando de Santibañes� pero también otros, desvinculados del affaire del Senado, como el secretario de Comunicación Darío Lopérfido.
Finalmente, todo dependerá de la decisión de De la Rúa, que hoy �además de festejar su cumpleaños� llegará en el Tango 01 desde China. En este punto, las opiniones se dividen. �Los timonazos no son su estilo. Va a pensarlo varios días, va a hacer cambios muy graduales. Siempre fue así y no tiene por qué cambiar�, señaló a Página/12 un dirigente que acompaña al Presidente desde hace años. �Sabe que es el momento de las decisiones. Es una cuestión de supervivencia�, sostuvo otro, que conversó telefónicamente dos veces con De la Rúa durante la última semana.
DE LA RUA DESMIENTE UN ENCUENTRO CON MENEM
Pero el futuro está abierto
A partir de las versiones sobre una reunión secreta con Carlos Menem en Olivos, el presidente Fernando de la Rúa anticipó ayer desde China un relanzamiento del diálogo político en el que los primeros convocados serán Raúl Alfonsín y, justamente, Menem. Eso sí, eximió al vice Carlos �Chacho� Alvarez de participar del encuentro, debido al enfrentamiento que mantiene con el ex presidente justicialista. Por primera vez en esta semana, Alvarez evitó las declaraciones para no tener que opinar sobre el encuentro que todos desmienten pero del que todos sospechan y que agrega una espina más a la difícil relación de la dupla presidencial durante los días de la gira.
�Sobre esto yo dije lo que tenía que decir�, respondió el Presidente cuando lo consultaron sobre las versiones de su encuentro con Menem. Desde principios de semana, versiones periodísticas dan cuenta de esa reunión que se habría producido el domingo 3 de setiembre a las 7 de la mañana en la quinta de Olivos. Tanto De la Rúa como Menem desmintieron varias veces la existencia del encuentro aunque sí concedieron haber conversado en forma telefónica. �Cada uno verá si es tanta la información que hay sobre algo que he dicho que no existió�, desafió el Presidente.
De movida, Chacho Alvarez comenzó enterrando la posibilidad de una reunión de ese tipo. �Yo me hubiera enterado. Además, con Menem no hay nada de qué hablar�, opinó. También dijo que una reunión así hay que hacerla a la luz del día, sin esconderla. Algo que recién ahora propuso De la Rúa. Con el crecimiento del rumor, Chacho esquivó la cuestión. Es más, ayer se quedó hasta el mediodía en su casa para gambetear la guardia que los movileros radiales comenzaron a hacer cada mañana en su vereda, en un remedo de aquella costumbre que hiciera popular el ex ministro Carlos Corach durante el menemismo. Hacia el mediodía, Alvarez emprendió una sigilosa salida hacia la Rosada, en donde permaneció hasta la noche.
Según comentaban cerca suyo, Alvarez siempre estuvo convencido de que la reunión no se había hecho, por lo que ni siquiera se preocupó en averiguar sobre la cuestión. Pero, después, a medida que llegaron a sus oídos nuevos rumores aportando detalles, se convenció de que podía ser cierto. Un dato que agregaría un granito más a la complicada relación con el Presidente durante la gira.
En su ausencia, Alvarez pidió renuncias de senadores y advirtió que con �inmovilismo� no se saldría de la crisis política producida por los sobornos en la Cámara Alta, con lo que pareció también reclamar cambios en el Ejecutivo. Desde Beijing, De la Rúa lo cruzó y negó la necesidad de renuncias en tanto la Justicia no haga imputaciones concretas. Como en los días previos hizo Alvarez, ayer De la Rúa negó divergencias entre ellos (ver página 3) y anticipó la nueva etapa del diálogo.
�En los próximos días, a mi regreso, invitaré a una reunión como parte del diálogo político a los presidentes de partidos de partidos y ex presidentes de la República�, destacó De la Rúa. Y agregó: �Esto está anunciado desde hace mucho tiempo. Siempre dije que después de dialogar con otros sectores lo haría con ellos. Así que es cuanto puedo decir al respecto�. Pocas veces el retorno de un Presidente generó tantas expectativas como el que hoy a las 16 concretará De la Rúa. Tiene previsto firmar el proyecto de Presupuesto y de ahí seguir derecho a Olivos: lo espera su familia para festejar su cumpleaños número 63.
|