Por Marcelo Justo
Desde Londres
 El primer ministro, Tony Blair, respiró aliviado. Ayer por la madrugada, el principal dirigente de los piquetes anunció la suspensión del bloqueo de las nueve principales refinerías de Gran Bretaña que durante casi una semana mantuvo en vilo al gobierno laborista. La primera respuesta de dos compañías petroleras fue alzar el precio de la nafta, citando oscuras �razones de mercado�, aunque por la tarde el clamor público y una nueva reunión de emergencia con el primer ministro las forzó a revertir la medida. Anoche los tanques cisterna trabajaban a destajo para reabastecer las estaciones de servicio, pero, según las mismas compañías, se necesitarán dos semanas más para restablecer la normalidad.
El anuncio se realizó en el mismo lugar donde se inició el conflicto hace una semana. A las cinco y media de la mañana, en la refinería de Stanlow, al oeste del país, una de las pocas cabezas visibles del conflicto, el agricultor Byrne Williams, indicó que habían entregado al gobierno una lista de recomendaciones y que en 60 días esperaban una reducción del impuesto a la nafta. �Creo que quedó en claro qué es lo que queremos. Ahora esperamos que el gobierno escuche y haga algo para cambiar este injusto impuesto a la nafta�, señaló Williams. El agricultor enfatizó que no estaba amenazando a nadie, pero se reservó el derecho de reiniciar la protesta si el gobierno no satisfacía sus demandas.
El mensaje del primer ministro a las petroleras debió ser lo suficientemente fuerte como para que la poderosa Esso anunciara poco después que revertiría su decisión de aumentar el precio de la nafta. En el mismo sentido se pronunció Total-Fina-Elf, mientras que Shell, British Petroleum, Texaco y Asda indicaron que no tenían planes de subir el costo del combustible. Sin embargo, la confusión que sembró el anuncio hecho por la mañana estuvo a punto de revertir la decisión de los manifestantes de suspender la protesta. En algunos casos, los camiones y tractores volvieron a bloquear las refinerías hasta que, a media tarde, después de la reunión con el primer ministro, se anunció la contramarcha de las petroleras. En Purfleet, Essex, en el sur de Inglaterra, los manifestantes, que se habían marchado por la mañana, se encontraban nuevamente bloqueando la refinería.
El papel de las petroleras en el conflicto sigue en discusión. Las compañías mantuvieron un hermético silencio durante toda la semana y se mostraron impotentes para reanudar los servicios. El secretario general de la GMB, John Edmonds, las acusó de una maniobra deliberada, cuyo objetivo era generar más demanda y las condiciones para un alza de los precios. La otra teoría que circulaba ayer era que las petroleras no controlaban a los choferes, cuya negativa a distribuir nafta fue fundamental en el conflicto, porque habían subcontratado el servicio a compañías transportistas durante la fiebre de reducción de costos de la década pasada. �La lealtad de los choferes es a las transportistas, sus jefes directos, no hacia las petroleras�, señaló uno de los manifestantes.
Anoche la situación seguía siendo precaria y las colas en las estaciones de servicio abiertas eran de varias cuadras. No todos tenían la misma suerte. De las 12 mil estaciones que hay en el país, sólo unas 300 tenían nafta. En Yorkshire, el pánico de los consumidores, que jugó un papel fundamental en el inicio de la crisis, terminó en unas siete horas con los 25 mil litros de nafta que había recibido una estación de servicio. En una medida simbólica de la gravedad de la crisis, el ejército sacó a la calle 80 de sus camiones cisternas, fundamentales para algunos servicios de emergencia, pero una gota en el océano para la sed de nafta que provocó eldesabastecimiento. Según las mismas compañías petroleras, se necesitarán dos días para restaurar el 20 por ciento de la red nacional de distribución y hasta dos semanas para volver a la situación previa al conflicto.
LOS BLOQUEOS SE SIGUEN EXTENDIENDO POR EUROPA
La crisis como mancha de aceite
The Guardian de Gran Bretaña
Desde Bruselas
Por Ian Black
La crisis del petróleo sigue empeorando. El caos está llegando a Bélgica, las protestas se expanden en Alemania y ya suenan voces pidiendo manifestaciones desde España hasta Hungría. Mientras tanto, los gobiernos se mantienen firmes en su rechazo a rebajar los impuestos a los combustibles. Las refinerías alemanas fueron las principales golpeadas. Más de 1000 camioneros y granjeros cortaron el tráfico en la ciudad norteña de Hanover. Pero el canciller Gerhard Schroeder dijo claramente que no iba a ceder de ningún modo a las demandas, como sí hizo el gobierno francés para el lamento del resto de los países de la Unión Europea. Las protestas también ardieron en Suecia, Grecia y los Países Bajos. Los comentadores políticos describieron la situación como una �armonización� de las manifestaciones a lo largo y ancho de la Unión Europea. Para hoy, los problemas llegarán a Irlanda.
El premier belga Guy Verhofstadt advirtió seriamente a los huelguistas para que terminen una medida de fuerza que ya lleva cinco días y que convirtió a Bruselas en una ciudad fantasma. �El gobierno no tolerará que una minoría de camioneros exponga a nuestro país, nuestra economía y nuestra industria a un daño mayor�, declaró. Pero uno de los líderes sindicales rechazó enojado las palabras de Verhofstadt, tanto como el paquete de compensaciones ideado por el gobierno belga por un monto de casi 85 millones de dólares. �El dice que somos una minoría, pero llevamos a Bélgica a un parate total. Nos trata como si fuéramos payasos�, bramó Serge Adriaens, de la UTPR, en la barricada ubicada frente al Ministerio de Transporte, en el corazón de la capital de la Unión Europea. La policía belga informó que hubo dos muertos entre sus filas, quienes buscaban rodear los bloqueos de calles circulando en sentido contrario.
Los camioneros también cortaron las rutas en Alemania, los Países Bajos y Francia. En Zeebrugge, los conductores británicos evitaron sacar sus vehículos de los ferries que cruzan a diario el Canal de la Mancha. En el otro lado del mapa, en Budapest, los camioneros anunciaron medidas de protesta luego del anuncio de la compañía petrolera y gasífera húngara, MOL, sobre un aumento de los precios de la nafta y el gasoil. En Madrid, la Asociación de Granjeros Españoles llamaron a realizar manifestaciones la semana que viene.
Mientras tanto, los irlandeses se apuraban para llenar los tanques de sus automóviles antes del comienzo del paro de 24 horas que iniciarán los camioneros a la medianoche de hoy.
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