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Como es Dock Sud, el lugar desde donde saldria el mal olor
Los que viven en medio del vaho

Las oleadas de mal olor que en los 
últimos días invadieron la Capital vendrían, según todos los indicios, de Dock Sud. Página/12 recorrió esa zona, un polo industrial donde una gran cantidad de vecinos sufre afecciones respiratorias. A algunos los médicos les recomendaron mudarse, pero no pudieron.


Por Alejandra Dandan

t.gif (862 bytes) �Diagnóstico presuntivo: intoxicación por inhalación de ácido�, dice la historia clínica de Camila Brite. Hace tres años nació acá, en la tierra donde el polo petroquímico se mete en Dock Sud. Cuando nació, a Camila le diagnosticaron una falla en la vista que más tarde se convirtió en ese síndrome letal que se va tragando, a través de baños de olor, la vida de la gente del Dock. Son 4000 los que cada día soportan ese vaho químico que ahora altera la paz porteña. El polo industrial ocupa 220 hectáreas a 27 cuadras de Casa de Gobierno. Hasta ahora todos suponen, pero nadie confirma, que desde allí hayan escapado los gases olidos en la Capital. Dock Sud no duda: �Esto �dicen� es una película de terror�.
No hay ficción entre los tanques donde flotan algo más de siete millones de litros de combustible. �Sólo basta una chispa para que vuele todo en pedazos�, dice Osvaldo Ramírez, uno de los vecinos más viejos. Fue técnico químico de una trasnacional acusada de contaminación. Ahora la denuncia: �Porque conocí esto cuando con mi viejo sacábamos pescados gordísimos del canal�. Osvaldo tiene sesenta años y el canal tiene todo, menos peces y oxígeno.
El polo industrial es una península que fue ganando espacio al río. Hay calles internas entre las fábricas y los recortes de tierra con lagunas de petróleo. Ahí se metieron, tras el exilio porteño, algunas familias de la Villa 31. Dicen que ahora se reiteran las muertes en Dock Sud: �En 15 días murieron acá tres criaturas: una de año y medio, otro de dos meses y otra de cinco�, cuenta ahora María Fernanda Graves. Los tres nenes tuvieron problemas respiratorios, afirman. Para Fernanda los mató la intoxicación. Lo mismo que hace unos meses descubrieron en su hija de dos años. 
Tamara tiene broncoespasmo, dice Fernanda. Los médicos le ordenaron dejar el barrio. Igual que a su papá. Hace años Ricardo Graves contrajo una afección respiratoria: �Se me taparon los bronquios�. La casa está sobre Canalejas, una de las calles internas del Polo. �Se sufre mucho �cuenta Fernanda�: dormís con los ojos abiertos, por miedo a lo que les puede pasar a las nenas, no pueden respirar bien.�
A medida que se avanza por el barrio, una sensación se afirma: el olor de Dock Sud es tan sólido como las escaras que atraviesan la piel del hermano de Camila. �Las llaman impacto ambiental�, dice su mamá que levanta el pelo del nene, mostrando grietas moradas en la cabeza. 
Camila es otra de sus hijas, la novena. Nació con diez por ciento de visión: �Con los nervios ópticos estrangulados�, cuenta María del Carmen Brite. La nena tiene la historia clínica 24.337/2 del Hospital Fiorito. En el informe, el diagnóstico presuntivo prescribe �sufrimiento fetal crónico: intoxicación por inhalación de ácido�. 
Toda la documentación está archivada en la casa. Entre los papeles, María encuentra una receta del 18/8/99. Está el nombre de su hija y el de un vecino, Alan Gay. Ambos con insuficiencia respiratoria crónica. En el formulario, Silvina González, médica de la Unidad Sanitaria receta un saturador de oxígeno. María nunca lo consiguió. 
La mancha en el pulmón de su hija empezó una noche de escape tóxico. Un mes antes del parto, a María se le hincharon las manos. �Pensé que era la única �explica� pero en la guardia del Fiorito me encontré con otros vecinos.� La inflamación se produjo por un escape de ácidos: �Se usa para ponerles a las pinturas� dice.
Hay otros vecinos rodeándola. Juan Carlos Longui apunta: �Isocianato de metilo, eso era. Unión Carbide, la planta que está acá, mató en India a miles con ese mismo producto para pilas. Es el efecto naranja: el desfoliante de Vietnam�. 
Fuera de la casa de María, se activa una nueva chimenea. Es la planta de coque, la que estimuló hace unos años en Dock Sud, la revuelta más fuerte de los vecinos. 
El complejo industrial empezó a expandirse hace unos veinte años. Hasta mediados de la década del ochenta nadie hablaba de lluvias ácidas. �Es que lo veíamos como fuente de laburo, era así�, explica el viejo Osvaldo Ramírez. En el �86 explotó en el puerto un buque carguero de Japón. En Dock Sud no entendían por qué los bomberos en vez de apuntar las mangueras al barco, descargaban agua contra los tanques de gas: �Mucho tiempo después supimos que si los tanques se recalentaban explotaba todo�. Longui echa un vistazo a la hilera de tanques que todavía tiene enfrente. La historia del barco quemado pasó, quedaron los restos de carcaza a un costado del río. Los tanques de gas siguen ahí, intactos. Y los vecinos a partir de ese momento empezaron una pelea que, a veces, se vuelve tan etérea como ese pedazo de aire oloroso que llega a la Capital y se va.

 


 

IBARRA DIJO QUE LA PROVINCIA DESECHO UN AVISO
Una polémica con mal olor

Con menor insistencia que en días anteriores, ayer se recibieron nuevas denuncias sobre la persistencia del mal olor que afecta a distintos barrios porteños y que agobia a los pobladores de Dock Sud, Avellaneda, convertido en escenario de una puja política para saber quién debe ponerle el cascabel al gato. La Secretaría de Política Ambiental bonaerense, a cargo del peronista Ricardo Rodríguez, ofreció transferir a la Intendencia de Avellaneda el poder de policía sobre el Polo Petroquímico de Dock Sud. Como réplica, tras anticipar que aceptará el convite, el intendente aliancista de Avellaneda, Oscar Laborde, dijo a Página/12 que había reclamado participación a poco de asumir, el año pasado, y que recién ayer �a las 17.33� le hicieron la oferta �incluyendo sólo a las empresas de segunda categoría y no a las de tercera, que son las que manejan sustancias más peligrosas�. El jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, terció en la polémica acusando a las autoridades bonaerenses de haber desechado un informe de la Prefectura Naval, alertando sobre �malos olores� en esa zona. 
Las nuevas quejas por el mal olor fueron recibidas tanto en la Dirección de Defensa Civil de la ciudad de Buenos Aires como en la Central de Alarmas de Bomberos de la Policía Federal. Ayer, durante toda la tarde y parte de la noche, estuvieron reunidos los miembros del Comité de Emergencia (COE) del Gobierno porteño, con participación de todas las áreas que participan de las tareas que se realizan para determinar el origen del mal olor. Trascendió que habría una pista firme para poder determinar dónde está ubicado el elemento emisor de los olores que provocan molestias a los vecinos. 
Una de las puntas más concretas es un informe, elevado a las autoridades bonaerenses por la Prefectura Naval Argentina, que indica que desde hace unos días vienen advirtiéndose �olores característicos del mercaptano�, la sustancia que se utiliza para odorizar el gas natural. El personal de la Prefectura también observó �emisiones gaseosas de diversas coloraciones provenientes de la Central Dock Sud (Polo Petroquímico)� y requirió a la Secretaría de Política Ambiental bonaerense la realización de testeos para determinar las concentraciones de �gases nocivos� en la zona. 
Tal comunicación, como pudo determinar este diario, fue notificada a la secretaría el miércoles. El titular de esa dependencia del gobierno bonaerense, Ricardo Rodríguez, sostuvo ayer que el intendente Laborde �nunca reclamó el traspaso� de los controles y aseguró que �dieron resultados negativos� las mediciones realizadas en los últimos días, por personal bajo su dependencia, en la zona de Dock Sud, lo que se da de palos con el informe de la Prefectura Naval. 
�Nos extraña que la provincia de Buenos Aires no nos haya avisado, ni siquiera a los medios, de que Prefectura le solicitaba una rápida intervención porque le habían advertido sobre la existencia de olores raros en Dock Sud�, aseguró Ibarra. También anunció un convenio con la Universidad de Buenos Aires y el gobierno de Avellaneda para generar �fuentes de control permanente� en la zona.

 

 

La catadora de olores

Por A.D.
Doña Rosario tiene su casa contra el muro que en esta zona divide el polo industrial. Desde allí aprendió algo del oficio de los catadores. Pero Rosario Ferreira no huele vinos sino síntomas de un peligro concentrado en cada porción de ese aire que se obstina en colársele en casa. �Hay diferentes tipos de olores y vienen todos de distintas maneras.� Los olores de Dock Sud pueden saber a podrido o a quemado, dice. Cuando la fábrica de coque se activa, el aire aparece plagado de pis de gato. �Eso sí, gato viejo de esos que saben pillar�, aclara otro vecino de zona. También los síntomas están catalogados. �Se te puede venir una somnolencia �dice Rosario�, uno se viene como tonto y no es porque uno tiene sueño: son los gases.� Alguien pregunta a la vieja Rosario si no se acostumbran a tanto olor. �No �determina� nunca. Siempre seguimos oliendo.� Afuera las chimeneas están semidesactivadas. Hay una sola columna de humo en la planta de Trieco, de tratamiento de residuos patológicos. 
�Y sabe qué vergüenza cuando viene gente a casa.
Dice la mujer.
�Es como si la mugre, uno, la tuviera adentro. 

Perfil del polo industrial

Por A.D.
Aseguran que la agonía los mata lentamente. No hay metáfora. Esta idea se vuelve real detrás de los números denunciados por los habitantes del Dock Sud. Dentro del eje industrial circulan cada día 400 camiones de carga de gas o combustible bajo un cableado que transporta 132 mil voltios. �Póngalo bien clarito �pide una mujer�: si acá pasa una desgracia, una chispita nomás no queda ni la Casa de Gobierno, que lo vayan sabiendo.�
Hay 4000 personas dentro de la zona industrial y 70 mil habitan los alrededores, en Dock Sud. Desde hace años un grupo de vecinos denuncian ausencia de control en ese sector que está bajo jurisdicción de la Provincia. Hay 36 industrias: químicas, destilerías de petróleo, almacenadoras de sustancias químicas, productoras de hormigón y refinerías. Entre las empresas está Shell y Central Dock Sud, las dos compañías que entre los pobladores se vuelven blanco de ataque. �Ahí tenés un depósito al descubierto de coque�, va explicando Osvaldo Ramírez uno de los legendarios del barrio. �El coque está sobre una tierra que fue rellenada con hidrocarburos, desechos que quedan cargados con productos químicos.� A ese reclamo, en la travesía por el polo se van sumando cientos. Hay silos usados como depósitos que �dicen� deberían estar alejados para evitar efectos en cadena en caso de accidentes. 

 

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