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Gane el Congreso peruano poniendo dólares en mano

En Perú acaba de estallar una aparente réplica aumentada del escándalo de sobornos argentino: un video muestra al hombre fuerte del régimen de Fujimori en el acto de comprar a un opositor.

Montesinos hizo filmar esta escena para comprometer a los legisladores comprados.


Por Carlos Noriega
Desde Lima

t.gif (862 bytes) La imagen de Vladimiro Montesinos, asesor del presidente Alberto Fujimori y jefe de facto del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), entra y sale del encuadre de la cámara fija �y oculta� según se mueve en el sillón en el que está sentado. Mira a su interlocutor, el entonces recién electo congresista Alberto Kouri, que está frontal a la cámara, y le pregunta �¿Cuánto?, aquí hay diez�, al tiempo que mete la mano en su bolsillo derecho y saca un sobre del que extrae un grueso fajo de dólares. Mientras los cuenta escucha la respuesta: �Hablemos de 15, 20�. �Bueno�, acepta. �Quince�, dice, finalmente, el flamante nuevo parlamentario. Montesinos mete la mano en el bolsillo izquierdo del pantalón y saca un nuevo fajo de billetes: �Diez más cinco, quince�, dice y le entrega el dinero. 
Esta escena, divulgada en una conferencia de prensa, ha convulsionado al Perú y arrinconado al ya debilitado gobierno de Fujimori. Es la prueba irrefutable de una certidumbre que circulaba en todo el país desde las elecciones del nueve de abril pasado: que el gobierno de Fujimori compró a más de una decena de congresistas electos en listas de la oposición para lograr la mayoría que no obtuvo en las urnas. El gobierno negó siempre esas acusaciones y exigió pruebas contundentes. Este video que el país vio con estupor �aunque no con sorpresa� en la noche del jueves, es esa prueba. El fujimorismo obtuvo 52 curules de los 120 que forman el Parlamento unicameral. Pero 12 congresistas dejaron oficialmente la oposición y le dieron mayoría al gobierno, dando origen a una nueva especie política: �los tránsfugas�. 
Con el pago de 15.000 dólares se selló el traspaso de Kouri de la bancada parlamentaria de Perú Posible, el partido político de Alejandro Toledo, a la mayoría fujimorista. En la conversación Montesinos le asegura a Kouri que ya se pondrán de acuerdo sobre la mecánica a seguir para los futuros pagos mensuales del soborno. Antes de recibir el dinero, Kouri tuvo que firmar y estampar su huella digital en una carta de sujeción al gobierno de Fujimori. Compromiso que Montesinos le recordó era �ad infinitum�. En un momento, un patético Kouri le pregunta a su nuevo jefe si en alguna ocasión podría votar en el Congreso según sus convicciones. �No, no, no�, fue la tajante respuesta. 
El propio Montesinos ordenó la grabación del video que ahora lo ha puesto en evidencia. Una cámara oculta en su oficina del SIN captó la escena del soborno. Según el congresista opositor Fernando Olivera, quien hizo público el explosivo video, Montesinos tendría una videoteca de más de 1500 cintas de sus reuniones con distintos personajes de la política, la prensa y la fuerzas armadas. Cintas que, según la denuncia de Olivera, son usadas por el inescrupuloso hombre fuerte de los servicios de inteligencia para mantener bajo su control a quienes desfilaron por su oficina para realizar turbias negociaciones. Pero esta vez, Montesinos se convirtió en la víctima de sus métodos de intriga y chantaje. El hecho de que la grabación haya salido de las muy bien custodiadas oficinas del SIN para llegar a las manos de Olivera ponen en evidencia las gruesas grietas al interior de la inteligencia peruana y la existencia de divisiones y enemistades en el círculo supuestamente de confianza de Montesinos. El asesor de Fujimori decidió ponerse a disposición de la Fiscalía para una investigación, un gesto pour la gallerie más que otra cosa, teniendo en cuenta que es Montesinos quien controla esa institución. Cuando en diciembre de 1999 el diario Liberación denunció la existencia de una cuenta bancaria por más de dos millones de dólares a nombre de Montesinos,éste también se puso a disposición de la Fiscalía. La �investigación� sólo sirvió para exculparlo sin siquiera haberlo interrogado, y esta vez no se espera que las cosas sean diferentes.
Acorralado por la prensa, un nervioso Alberto Kouri arguyó que se trataba de un préstamo que le había dado Montesinos, a quien calificó como �un buen amigo� al que conocía hace unos dos años. Dijo que el préstamo estaba destinado a la compra de un camión para repartir alimentos en los sectores pobres de la ciudad. Al día siguiente, en declaraciones a una radio, Kouri prosiguió con su desesperada defensa, pero sólo logró enredarse más en su propia telaraña. A la compra del camión agregó el pago de sus deudas de campaña como razón de dicho préstamo. Kouri insistió que se trataba de un tema personal y no político, e intentó desprestigiar a Olivera acusándolo de ser �un drogadicto�. �No encuentro ningún acto de corrupción�, señaló, ante la incredulidad de su entrevistador. Pero esa incredulidad ya no tuvo límites cuando el congresista tránsfuga dijo muy seguro que no había ninguna relación entre la conversación de más de 50 minutos con Montesinos sobre las condiciones de su pase a la mayoría fujimorista y la entrega del dinero con la que culminó ese diálogo. �Son dos hechos diferentes, sin ninguna relación�, argumentó.
La noche del jueves, grupos de manifestantes llegaron hasta las puertas del Palacio de Gobierno para exigir la destitución y enjuiciamiento de Montesinos y la convocatoria a nuevas elecciones. El viernes continuaron las protestas. Frente al Palacio, los manifestantes gritaban �no hay presidente, hay un delincuente�, �por corrupto y asesino, juicio a Montesinos� y �nuevas elecciones�. Al momento del envío de este despacho seguían llegando los manifestantes a la Plaza Mayor. 

 

 

La oposición levanta su cabeza

Por C. N.
La revelación de la compra de congresistas llega en momentos en que Fujimori intentaba recomponer su imagen a través del diálogo promovido por la OEA. La oposición le había hecho un gran favor al gobierno abandonando las protestas en las calles �su principal capital político� para apostar por un diálogo que luego de un mes no había arrojado ningún resultado concreto. En realidad, fue desde el interior del propio gobierno de donde han salido los mayores golpes a la estabilidad de Fujimori. Primero fue la denuncia de un trafico de armas a las FARC con la que se pretendió lavar la enlodada imagen del asesor presidencial Vladimiro Montesinos. Pero el caso se le dio vuelta al gobierno y Montesinos comenzó a aparecer como involucrado en la venta de armas a las FARC antes que como su descubridor. Luego vino la anulación de la sentencia por un tribunal militar a cadena perpetua de la norteamericana Lori Berenson, acusada de ser militante del MRTA y su nuevo juicio en el fuero civil. Fujimori y todos los miembros de su gobierno habían jurado una y otra vez que ningún caso de terrorismo sería revisado. Entonces salió a la luz el video del soborno, en el que está involucrado Montesinos, el miembro más poderoso del régimen. Acusado de asesinatos, torturas y corrupción, Montesinos ha sido un intocable. El video ha golpeado al gobierno donde más le duele y ha revitalizado a la oposición, que ha comenzado a cuestionarse su participación en el diálogo promovido por la OEA. Desde el extranjero, Alejandro Toledo ha exigido la renuncia inmediata de Fujimori y la instalación de un gobierno de transición que convoque a nuevas elecciones. Una inicial primegenia que parecía abandonada y que la revelación del soborno ha vuelto a poner en el convulsionado escenario político.

 

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