Por Eduardo Febbro
Desde Sydney
 Tímidamente aplaudida antes de que cayera la ovación que saludó a Brasil, la Argentina fue la primera delegación latinoamericana que desfiló ayer en el Estadio Olímpico de Sydney durante la ceremonia de apertura de los vigesimoséptimos Juegos Olímpicos. Los argentinos dieron la vuelta al estadio al compás de una gigantesca �fanfarria olímpica� de cerca de mil músicos y con uno de los atletas de la delegación exhibiendo una camiseta de la Selección Nacional estampada con el número 10, mensaje para un Diego Maradona en emergencia. Los australianos llevaron a cabo lo que habían prometido: limpiar lo más posible la empañada imagen del olimpismo moderno presentando los juegos �más limpios de la historia�.
La ceremonia fue la representación práctica de esa promesa. En el majestuoso estadio olímpico no había una sola publicidad, ni la más mínima mención a las poderosas marcas de las multinacionales que auspician la bolsa de los millones celosamente custodiada por los anillos olímpicos. El espectáculo ofrecido tuvo como telón de fondo la historia australiana y un broche de oro en el momento en que la llama olímpica ingresó en el Estadio. Tal como había ocurrido a lo largo de la hora y media que duró el show, los aborígenes australianos obtuvieron al fin el gesto de reconciliación que las autoridades les deben desde hace varios siglos: la encargada de encender la antorcha olímpica fue la atleta aborigen australiana y campeona del mundo de los 400 metros, Cathy Freeman. La principal rival de la francesa Marie José Perec en esta distancia (Perec es doble campeona olímpica en los 200 y 400 metros) es la portavoz de un pueblo minoritario castigado por el desempleo, el desprecio racial y todas las marginaciones posibles e imaginables que acechan al hombre. Los 390 mil aborígenes australianos han puesto todas sus esperanzas en esta mujer para que el mundo conozca su existencia y sus hondos problemas. Freeman asegura que hoy sólo quiere pensar en los juegos, preparándolos �únicamente como una atleta�. Sin abandonar la causa de sus orígenes, su discurso y sus gestos son más medidos que en el pasado. Cuando ganó en los campeonatos mundiales de Sevilla y Atenas, Freeman dio la vuelta a los estadios con la bandera aborigen en la mano. Hasta el mismísimo e impermeable al tiempo y a las críticas presidente del Comité Olímpico Internacional, Juan Antonio Samaranch, rindió un homenaje en su discurso a los aborígenes australianos. El �detalle� puede parecer de poca importancia para los millones de telespectadores que presenciaron la apertura de los juegos por televisión. Sin embargo, está lejos de carecer de importancia frente a la realidad de la situación. Los aborígenes forman una comunidad extremadamente desfavorecida en campos tan esenciales como la educación, la vivienda, el sistema judicial, la salud y el trabajo. En comparación con el resto de la población, la esperanza de vida de los aborígenes es entre 15 y 20 años menor, la mortalidad es entre tres y cinco veces mayor. Según estadísticas oficiales, por cada dólar gastado por el Estado en un australiano que no es aborigen sólo se gastan 27 centavos en un habitante autóctono. En materia de educación se repite el mismo esquema: apenas un 33% de los niños aborígenes logran escolarizarse mientras que la media nacional asciende al 77%; el 2% de los aborígenes del país obtiene un diploma de enseñanza superior contra el 13% que constituye la media nacional. La escasa formación y la marginación hacen de los aborígenes las primeras víctimas del desempleo... A estas cifras se le agrega un problema político que los aborígenes consideran de suma importancia: hasta ahora ningún gobierno aceptó pedir disculpas por los maltratos infligidos en el pasado. A este hecho en la frontera de la política y el deporte se le sumó otro inédito: por primera vez en la historia de la segunda mitad del siglo las dos Coreas, del Sur y del Norte, desfilaron juntas bajo la misma bandera. Sydney parece querer cerrar el milenio bajo el signo de la reconciliación.
TIRO, TRIATLON FEMENINO, NATACION
Primeras medallas
Los primeros resultados que se registraron ayer fueron los siguientes:
 La primera medalla de oro de los Juegos Olímpicos de Sydney fue para la estadounidense Nancy Johnson, que se impuso en la prueba de carabina de aire comprimido a 10 metros. La coreana del sur Kang Cho-hyun consiguió la de plata y la china Jing Gao, la de bronce. La favorita y actual campeona del mundo de la especialidad, la alemana Sonya Pfeilschifter, sólo consiguió la quinta posición.
La suiza Brigitte McMahon obtuvo la medalla de oro en triatlón femenino, que por primera vez se disputa en unos Juegos Olímpicos. McMahon estableció un tiempo de 2h00m40s52/100 para la triple prueba de natación (1,5 kilómetros), ciclismo (40km) y carrera de fondo (10km).
La nadadora holandesa Inge De Bruijn logró una nueva record olímpico en la prueba de 100m mariposa, con un tiempo de 57s60/100 en la serie eliminatoria. El anterior record, de 58s62/100, había sido logrado por la china Quian Hong, en Barcelona �92.
En handball, la selección alemana masculina derrotó por 30-22 a Cuba (15-11 en el primer tiempo) en el partido inaugural del grupo A.
La selección cubana de vóley femenino venció por 3-0 a Alemania, en el primer partido correspondiente al Grupo B. Los parciales fueron de 25-17, 25-18 y 25-17.
Arrancan los argentinos en diferentes disciplinas
Debuta Espínola, esperanza cierta
El debut del abanderado de la delegación argentina, Carlos Espínola, quien intervendrá en la primera regata de la clase Mistral, y la participación del seleccionado de vóleibol ante Estados Unidos son los hechos más destacados que tendrán hoy los atletas argentinos.
Espínola pondrá en marcha la gran ilusión del deporte argentino de lograr una medalla dorada, algo que no se consigue desde 1952 en Helsinki, cuando a partir de las 19.30 largue la primera regata de la clase Mistral. El otro representante del yachting que competirá hoy será Santiago Lange, en la clase Tornado. En la madrugada, la selección de vóleibol se jugará la gran chance para obtener el pasaje a la segunda ronda cuando se enfrente a Estados Unidos, el equipo que aparece como el rival a vencer para lograr una plaza en los cuartos de final. El otro equipo que debutará hoy será el seleccionado de varones de hockey sobre césped, que a las 18.30 se medirá con India, en un primer paso hacia la clasificación que se le presenta muy difícil.
También esta tarde se iniciará la actividad del remo. A partir de las 18.30 correrán el dos largos sin timonel integrado por Damián Ordaz y Diego Aguirregomezcorta, el siglista Sergio Fernández y la singlista Paola López. En gimnasia artística comenzará a participar Melina Sidolli, mientras que en individuales de tenis de mesa Song Liu tomará parte en la serie clasificatoria. En judo, harán su presentación Carolina Mariani (52 kilos) y Martín Ríos (66 kilos).
Los otros representantes argentinos serán el cordobés Oscar Galíndez, campeón sudamericano en Triatlón, y los nadadores Eduardo Otero (100 metros espalda), Sergio Ferreyra (200 metros pecho) y María del Pilar Pereyra (200 metros mariposa).
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Sydneylandia |
La frase del presidente Fernando de la Rúa augurando la conquista de varias medallas doradas no pasó inadvertida en la delegación argentina. Con mucha diplomacia, el secretario de Deportes de la Nación, Marcelo Garraffo, expresó desde Sydney, que las declaraciones del Presidente son �una expresión de deseos�. �Cuando dice medallas, lo que quiere decir es que tengamos una actuación digna�, apuntó Garraffo. Un traductor a la derecha.
El gobierno uruguayo protestará ante su par argentino por haber usado el tango �La Cumparsita�, del autor uruguayo Gerardo Mattos Rodríguez, como música de fondo para el ingreso de la delegación de Argentina en la ceremonia inaugural. �Lo ocurrido nos molesta y nos preocupa. No es la primera vez que sucede, y así se lo expresaremos al gobierno argentino�, afirmó el viceministro de Educación y Cultura, José Carlos Cardozo.
El equipo chileno vivió momentos de zozobra al perder a su abanderado, el tenista Marcelo Ríos, tres horas antes del comienzo de la ceremonia inaugural. El Chino se negó a desfilar si los dirigentes no conseguían que su hermana y su madre pudieran estar presente en el estadio. Como no lo lograron, el tenista abandonó la delegación y se duda de que participe en la competencia. Nicolás Massú lo reemplazo con la bandera.
En los diez días anteriores al comienzo de los Juegos, 19 atletas perdieron su oportunidad de competir por haber dado positivo en sus respectivos tests antidoping. A esta lista se suman los 27 atletas chinos excluidos.
Dos nadadores ruandeses están viviendo en estos Juegos Olímpicos nuevas experiencias, ya que están fuera de su país por primera vez en sus vidas y jamás habían nadado hasta ahora en una pileta de 50 metros. La pechista Pamela Girimbabazi y el velocista Samson Ndayishimiye incluso tienen que pagar a hoteles en su país, si quieren entrenar en sus piscinas de 20 metros de largo, señaló el entrenador jefe Jean Babtiste Tabaruka. |
EL HOCKEY FEMENINO FUE LO MEJOR EN EL PRIMER DIA
Gran triunfo sobre la hora
Por E. F.
Desde Sydney
La Argentina inauguró ayer los juegos olímpicos de Sydney siendo junto a Corea del Sur la primera selección en competir en deportes colectivos. A las ocho y media de la mañana la selección de hockey enfrentó a Corea en un partido del grupo C. Jugando casi todo el tiempo en defensa, la selección nacional empezó con el buen pie marcando el primer tanto a los 9 minutos. Masotta colocó un imparable tiro, pero las coreanas doblegaron rápidamente a una selección que jugó escondida en el fondo de su campo, agazapada para el contraataque. Al final del primer tiempo Corea ganaba por dos a uno. En el segundo la Argentina abrió el juego y se impuso en el marcador con dos tantos: a los 44 minutos Aymar consiguió el empate y a los 64 Rimoldi puso el triunfo del lado argentino.
También se iniciaron las competencias de natación. En 400 metros cuatro estilos, la argentina Georgina Bardach ganó su serie pero terminó 21ª en la general con un tiempo de 4m54s31, y quedó eliminada en una prueba en que la ucraniana Yana Klochkova marcó el mejor tiempo con 4m37s64. En 400 metros libres, Agustín Fiorilli quedó tercero en su serie, aunque finalizó 33º en la general con un registro de 3m59s44. En esta clasificación se destacó el astro australiano Ian Thorpe, que señaló el nuevo récord olímpico con 3m44s65. Tanto Bardach como Fiorilli mejoraron sus registros, y el santafesino marcó un nuevo récord argentino.
�Mejoré el récord nacional, que antes tenía en 3m59s76, y por ello estoy conforme, aunque entré tercero y uno siempre espera rebajar más el cronómetro�, dijo el nadador de Arroyo Seco. En los 100 metros mariposa, María del Pilar Pereira finalizó 44ª, luego de terminar cuarta en su seriecon un tiempo de 1m04s75. También muy lejos de las marcas clasificatorias quedó Sergio Ferreyra, último con 1m05s75 en la quinta serie de los 100 metros pecho.
En las eliminatorias femeninas de tiro con carabina de aire comprimido, diez metros, la argentina Amelia Rosa Fournel quedó en el camino tras terminar 28ª con 390 puntos.
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opinion
Por Diego Bonadeo |
| Halterofilia y balonvolea
Por estas horas, medios gráficos y audiovisuales ya están ametrallando con el habitual glosario olímpico, que cada cuatro años se instala en boca de quienes durante el lapso de cuatro años entre un juego olímpico y otro ignoran prolijamente todo cuanto tiene que ver con este léxico de circunstancias.
Evento, como si los juegos fuesen una eventualidad y no una previsión tomada con años de anterioridad y programada prolijamente por el Comité Olímpico Internacional, será uno de los más elegidos entre los disparates idiomáticos proferidos por quienes se especializan en comunicar obviedades y lugares comunes.
Pebetero aparece cuando se enciende la llama en la inauguración de los Juegos; como término ignoto y etimología desconocida, hace que jamás vuelva a ser pronunciada una vez en marcha las competencias.
Preseas es una mariconada supuestamente culta para sinonimizar �valga el barbarismo� las medallas, por quienes pretenden sacar chapa de cultos o de entendidos, reproduciendo términos de cables redactados con el mismo entusiasmo centroamericano con que tantas veces debemos soportar sobretitulados de películas norteamericanas. En la misma sintonía, en estas horas comenzaremos a soportar palabrejas como halterofilia, helenismo por levantamiento de pesas; o balonvolea, hispanismo por el vóleibol.
Varios informadores olímpicos enviarán sus despachos desde Sydney �y otros tantos los transmitirán entre nosotros�, detallando novedosos estilos para mejorar marcas olímpicas y mundiales por parte de lanzadores de jabalina escandinavos o mariposistas húngaros, cuyos nombres y apellidos serán olvidados al día siguiente, después de acelerados cursos de pronunciación en sendas consultas con los agregados culturales de cada país.
Es un poco el sueño ecuménico de menos de un mes de quienes, apenas terminados los Juegos, volverán a las cuestiones domésticas del deporte. Y prácticamente a nadie le interesará que algún garrochista orille los siete metros o que algún pechista baje el minuto en los cien metros. Volveremos a lo que dijo Chilavert o a lo que le contestó Gallego. O a las dos cosas. y si hay una tercera, mejor. |
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