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ENTREVISTA A VIRGINIA INNOCENTI, ACTRIZ (Y CANTANTE, CON COMPACT GRABADO)
�Las mujeres somos así... un poco raras�

A partir de �Confesiones de mujeres de 30� y de papeles televisivos como los de �El hombre� y la Azucena de �Campeones�, la actriz se siente dándoles cuerpo a mujeres diferentes de las habituales en teatro y televisión. Además, ahora cantará profesionalmente.


Por Julián Gorodischer

t.gif (862 bytes) Virginia Innocenti ha consolidado, en casi quince años de profesión, un perfil atípico. Acaso por eso no es raro que esta chica que fue �La Maga� en una puesta teatral de Rayuela, de Julio Cortázar, esté próxima a lanzar su primer compact como cantante profesional. De ella pueden esperarse muchas cosas. En los estudios de grabación que otros ligan a rutinas tediosas, esta mujer canta como si se tratara de un rito religioso. Es casi un milagro que haya podido filtrar sus temas en la usina de producción más serial que existe en el mercado de la TV: una tira diaria. Donde otros sólo recitan parlamentos aprendidos de memoria, limitados por el vértigo del �continuado�, Innocenti quiebra el tono. Su actuación no es superficial: en Azucena, su personaje en �Campeones�, hay pliegues y matices. Su duda es introspectiva: ¿amor o lealtad? Y cuando toca el turno a sus canciones (que interpreta porque la profesión de su personaje en �Campeones� se lo exige) convierte al estudio en un teatro. Por primera vez, las cumbias y boleros que escribe encuentran un público masivo. Distinto del que la vio durante cinco años en la exitosa puesta teatral de Confesiones de mujeres de 30.
¿Qué tiene esa chica? Varios de los �Campeones� ya cayeron en la redada. Y Azucena nunca se da por aludida. Primero un sí, después un no. Más tarde un puede ser y los va rebotando. Federico (Facundo Espinoza) le parece demasiado chico. Y Guevara (Osvaldo Laport) le gusta, aunque con demasiados reparos: después de todo está casado y la mujer (Soledad Silveyra) es una amiga. Hay cierto tufillo a histeria en tantas idas y venidas, en la acumulación de miradas masculinas sobre ella. Mientras tanto, el personaje perjura su inocencia: no se busca los problemas, dice, aunque esté todo el tiempo seduciendo. A Virginia esa acusación le suena injusta. �Azucena no es una histérica. Es el típico caso de persona vital, con mucha luz, que siempre tira para adelante. Su seducción no es dirigida, pero es inevitable que alguien que trabaja con sus sentimientos sea atractivo para la gente�, dice.
La está defendiendo como se hace con un alter ego. ¿Y acaso alguien podría dudar de que lo sea? Son casi dos caras de una moneda, actriz y personaje, fieles al último grito preferido por guionistas y dramaturgos de todo el mundo: el de solitarias mujeres de 30 que proclaman �Ya no hay hombres�. Se ha convertido en una muletilla, garantía de best sellers y éxitos de taquilla, asociada a las voces y rostros de Doris Dorrïe (en Alemania), Sarah Jessica Parker (por El sexo y la ciudad, en los Estados Unidos) y, por qué no, a Virginia Innocenti (desde Confesiones de mujeres de 30) en la Argentina. Lo cierto es que también Azucena podría sostener, como lo hace Virginia, efusiva: 
�Hombres y mujeres nos estamos dando cuenta de que los modelos anteriores no funcionan. Pero a los hombres les cuesta abandonar un lugar que les resultaba muy cómodo.
�A partir de su papel en Confesiones... se le pegaron los papeles de mujeres solas y contrariadas, como Violeta, la amante de Oscar Martínez en �El hombre�, o Azucena en �Campeones�. ¿Siente que está ayudando a instalar en la Argentina el reclamo de las mujeres de su generación?
�Es muy probable que esté llenando un imaginario. Yo tengo 34 y respondo al arquetipo de mujer que atraviesa los 30. Es un discurso de mujeres que no se había escuchado con claridad y tiene que ver con una gran crisis social. 
�¿En su vida personal se siente expresada por ese discurso?
�Una siempre tiene cariño alrededor, pero no es fácil encontrar un compañero.
Y es así como la mujer sola elige vivir bien acompañada por un ejército de mozos, guardias, porteros, que la rodean en su bellísima torre dedepartamentos. Ella se siente muy a gusto en ese mundo privado hecho a su medida, con las ventajas de la seguridad garantizada y la belleza del verde y el cielo abierto. Los domingos de verano se tira al borde de la pileta, junto con las parejas jóvenes y sus hijos, y les prodiga cortesía. Claro que nunca queda mucho tiempo para dedicar a la convivencia entre vecinos. 
�¿Cómo se lleva con los ritmos y exigencias de la tira?
�Si mi trabajo se convirtiera en algo rutinario, no lo soportaría. Mi desafío es lograr que mis personajes no sean lineales: lo intento aunque no me dejen. Igualmente, a veces, me enojo conmigo misma: �Me perdí una escena que podría haber aprovechado mejor�, me reprocho. Lo que pasa es que a las 8 de la mañana, cuando empiezo, no suelo estar muy lúcida.
�A pesar de la autocrítica, en su trabajo se percibe un quiebre de tono respecto de la actuación que predomina en �Campeones�.
�Yo trabajo con mis estados de ánimo: hace dos horas no estaba igual que ahora. Esas facetas tienen que estar al actuar. Es importante que se produzca una vibración ante el encuentro con el otro, que vaya más allá de lo que se verbalice.
Cuando se le pide que responda por qué canta, no contesta. Se queda pensando. Es un tema muy serio y necesita un par de minutos para meditarlo. Parece que cantar la conecta con lo mejor de sí misma y adula a Adrián Suar por haberla autorizado a estrenar sus candombes, salsas y hasta una chacarera en la TV. En sus temas, hay menciones a �la niñez desamparada� y también mucho romance. Pero eso sí, como corresponde a una de 30 en versión televisiva, son relaciones contrariadas. 
�¿No se está generando un peligroso endiosamiento de Pol-ka, como único oasis?
�Sí y es lamentable. Sería maravilloso que hubiera otras opciones, pero todo se está monopolizando demasiado. Hasta en Pol-ka piensan que sería mejor para todos que existiera competencia.
�¿Y cómo repercute en usted la crisis?
�He sido amenazada por dejar la estabilidad de un éxito como Confesiones... con frases como �Los demonios y la maldición caerán sobre ti�. Hay gente que no entiende que se piense más allá del lucro. 
�Pero su opción actual no está tan alejada del lucro. Se posicionó en el centro de la industria.
�Es una posición superadora en todo sentido. 
�¿Y no volvería a ocupar un lugar más off o experimental?
�La próxima vez que me suba a un escenario será para cantar. Muchas veces me financié un proyecto y no me da miedo asumir ese riesgo. Cantar me coloca en un estado casi religioso: me siento un instrumento de una energía mágica que me atraviesa. No va a existir otro riesgo más celebrado.
Se queda paladeando esa celebración del riesgo, como si fuera su secreto para diferenciarse, aunque muchas veces lo consiga a pesar de la trama. Porque queda la impresión de que, por momentos, la actriz debe forzar la cuerda para hacer creer lo inverosímil.
�¿A quién se le ocurre que una mujer como Azucena pueda enamorarse de Guevara? 
�No es tan extraño. Las mujeres somos así... un poco raras. Con frecuencia, una mira para atrás y dice, como seguramente le va a pasar a Azucena: ¿cómo pude? 

 

 

De �Antonella� a Marisa Monte

�¿Por qué su relación con la televisión es traumática?
�En un punto, creo, porque muchas veces recibí ofertas y las rechacé. Después de hacer �Antonella�, con Andrea Del Boca (donde interpretó a una mala memorable), dije �nunca más hago una tira�. Me agotó y lo consideré muy poco divertido. Se trabaja en un plano muy alejado de la realidad. Es un género y tiene sus propias reglas: hay que tomarlo o dejarlo, y yo vengo construyendo una carrera en otra dirección. Pero no hay demasiadas posibilidades en la televisión argentina de hacer otro tipo de trabajo de ficción, de contar algo que realmente den ganas de contar. 
�¿Hay algún programa que le parezca rescatable en ese sentido? 
�Todos aplaudimos la resistencia que generan los chicos de �Por ese palpitar�. Es maravilloso que puedan sostener ese espacio de experimentación y por eso los admiro.
�¿Nunca volvería a trabajar en una telenovela?
�No por ahora, mientras pueda elegir lo que hago.
�¿Y como cantante con quiénes se identifica?
�Escucho de todo, pero Marisa Monte y Caetano Veloso me conmueven profundamente. Me gustaría poder asumir un modelo parecido al de Ana Belén en España: que me vaya muy bien cantando, pero a la vez elegir con libertad buenos papeles en teatro y en cine. 

Boleros y chacareras

En principio, el primer disco de Virginia Innocenti �que combina baladas, tangos, salsa y candombe en un ecléctico cóctel� estaba listo para salir este mes. Pero, ya se sabe, una cosa son los deseos y otra, la realidad. La compañía discográfica argumenta que la baja en las ventas y el aumento de la piratería son motivos para no difundir a artistas nuevos y por eso su producción recién saldrá a la luz a comienzos del 2001. Ella, sin embargo, no está dispuesta a quedarse esperando: �Voy a salir a hacer presentaciones�, anticipa. Sabe que promoción no le faltará, porque tiene una vidriera privilegiada en �Campeones� para mostrar lo que hace y tentar a los que quieran seguir viéndola en vivo en pubes o teatros chicos de Buenos Aires. Sobre los criterios de armado de su repertorio, no hay ningún corset que privilegie o excluya géneros ni estilos musicales: �Canto lo que me gusta, lo que escribo, lo que me identifica, sin importar si es un bolero, un tango o una chacarera�.

A chatear con Madonna

El lunes, desde las 22, docenas de argentinos tendrán la posibilidad de chatear con Madonna. El privilegio será, sin embargo, de los usuarios argentinos de America On Line, la empresa estadounidense con mayor cantidad de abonados en su país de origen y que recientemente se ha instalado en la Argentina. Tipeando las palabras en vivo y luego clickeando sobre una foto de la cantante, se podrá acceder a un diálogo directo y virtual, justo en el día previo al lanzamiento mundial de su nuevo disco, Music. Además, tipeando la palabrita mágica Madonna podrá accederse a más detalles del disco, escuchar comentarios de la protagonista sobre su flamante obra, ver un fragmento del videoclip que dio nombre al disco �en donde coprotagoniza la estrella televisiva inglesa Ali G� y entrar a su página oficial, por más. Esta ronda de chats se inició con Alfredo Casero y continuará con Enrique Pinti el lunes (a las 20), y el miércoles 28 el �dialoguista� será Julio Bocca. Esta modalidad de comunicación, popularizada mundialmente desde la irrupción de Internet en la vida cotidiana, permite una suerte de diálogo espontáneo y muy veloz entre personas de todo el mundo. 

Los libros más antiguos

La muestra se llama Tesoros bibliográficos medievales, inaugurará hoy �permanecerá abierta hasta el domingo 12 de octubre� y es una de las ofertas culturales más extrañas y fascinantes de las que se amontonan por estos días en Buenos Aires. La muestra, en el Museo de Arte Español Enrique Larreta (Juramento 2291, todos los días menos los martes, de 15 a 20), presenta copias autenticadas de algunos de los libros más antiguos que existen, entre ellos joyas como el Libro del Caballero Zifar, con 242 miniaturas. Este libro, que data del siglo XV, está considerado la primera novela de caballería escrita en español. Es, además, una de las primeras obras en prosa escritas en la lengua de Cervantes. En ese nivel mide también el libro Beato de Liébana, cuyo origen se remonta al período comprendido entre los años 1210 y 1220. Otras de las 18 obras son el Libro de Horas de María de Navarra, de 1340, el Martirológico de Usuardo, acaso el mejor impreso del Renacimiento, una carta de Cristóbal Colón del año 1492, una Genealogía de Cristo del siglo XIV, y el llamado Libro del Tesoro, una enciclopedia de historia natural, astronomía y geografía del 1310-1320. Las obras originales �cuyos precios ascienden a millones de dólares� están resguardadas en distintos museos, bibliotecas, catedrales y monasterios europeos, como la Biblioteca Nacional de Francia, la Biblioteca Nacional Marciana de Venecia, la Biblioteca Casanatense de Roma, la Biblioteca Nacional de Rusia y el Monasterio Cisterciense de San Andrés de Arrollo. La editorial Moleiro de Barcelona, cuyas copias son calificadas como �casi originales� por los expertos, estuvo a cargo de la realización de las réplicas que por primera vez son expuestas aquí. Cada una de éstas insumió alrededor de dos años de trabajo a un equipo compuesto por 60 personas. Eso es poco tiempo si se lo compara con lo que tardaban los antiguos monjes en copiar y decorar los manuscritos. Se sabe que, en la antigüedad, la fabricación de cualquiera de estos libros, equivalía a largos años de trabajo, incluso décadas. 

 

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