Por Mariano Blejman
 El público quiere una televisión participativa, en que la �gente común� no aparezca sólo en las tribunas o sea objeto de burlas reiteradas. �La gente común� quiere que la televisión la tenga en cuenta y no sólo a la hora de hablar de los programas de mayor rating. Esta es la sensación que dejó flotando el último de los paneles de debate que el Comfer organizó en los estudios de Canal 7 para debatir sobre el tema �TV, ¿qué pantalla queremos?�. Los panelistas dieron varias vueltas al asunto, pero el tema caló hondo en la gente que había llenado el estudio 8 del canal y pidió participar en el debate una vez agotadas las ponencias. Fue lógico que se le diese participación, ya que el tema de esta charla era �Derecho a la información, pluralismo y TV�.
Rodolfo Hermida, director de producción de Canal 7, el periodista Pepe Eliaschev, el abogado experto en derecho de la información Damián Loretti y Eduardo Lauzán, presidente de la empresa de telemarketing Media Personalizada, aportaron ópticas marcadamente diferenciadas, en un debate coordinado por Carlos Polimeni. El proyecto de nueva ley de radiodifusión, hecho público por el Comfer, resultó la vedette del encuentro, incluso en las exposiciones de los espectadores, varios de los cuales parecían algo más que inocentes buscadores de conceptos bonitos.
Hermida utilizó su espacio para concretar una encendida defensa de la importancia de un canal estatal. Hermida recordó que �el noticiero no es más un house organ del Gobierno y en los programas no hay listas de prohibidos o recomendados�, marcando una tajante diferencia con anteriores administraciones. Por otro lado, Pepe Eliaschev resumió una sensación generalizada en el auditorio: �A pesar de que esta casa (Canal 7) está bastante decrépita, es realmente alentador el hecho de pensar que el Comfer se abra al debate y no pida carnet de filiación para discutir�.
Para Eduardo Lauzán, de Media Personalizada, los datos son más que suficientes para comprender la penetración de la televisión en el país. El presidente de la empresa de marketing informó que el Censo Nacional de Población del Indec arrojó una población proyectada hacia el año 2000 de 37 millones de habitantes, de los cuales el 90 por ciento es urbano y 10 por ciento, rural. El total de hogares es diez millones y medio y el total de hogares con televisión es de diez millones doscientos mil. Por lo tanto el porcentaje de posesión de televisión alcanza hoy al 97 por ciento. El total de hogares con televisión paga es de 5.500.000 hogares. �Se podría decir que nunca las personas han tenido tantas ofertas numerosas y diversas, por lo menos para el 60 por ciento de los hogares del país�, analizó Lauzán.
Loretti, titular de la Cátedra Unesco sobre Libertad de Expresión, propuso algunas ideas de cómo observar el cumplimiento de la ley desde el derecho. �La gente puede ser observatorio de los medios. El Comfer cumplió 20 años con la misma ley. En 1980 había 37 canales de televisión abierta, 62 radios y una previsión del Plan Nacional de Radiodifusión con 200 radios más. El mal plan del �99 hablaba ya de 2600 frecuencias.� En relación con la situación de los medios del interior �sólo siete ciudades cabeceras cuentan con más de un canal de aire e incluso Catamarca no cuenta con canal abierto� se sumó al debate Gustavo López, el interventor del Comfer, presente en el estudio. �En el interior el 13 por ciento de lo que se emite es de producción local y no se hacen ni ficción, ni documentales. La nueva ley propone abrir el juego para tres tipos de licencias: nacionales, regionales y locales. Hoy sólo existen las locales y eso favorece la concentración feudal de los medios�.
Hacia el final de la participación del público, uno de los asistentes planteó sus dudas sobre si el Comfer podría torcerles el brazo a los poderosos del mercado en caso de que prospere su proyecto de ley. �Lo que la gente quiere es una televisión que se ocupe de los problemas de la gente�, había sintetizado un poco antes, aunque abusando de la palabra, un señor que se dijo padre, abuelo y sin trabajo, pero que hablaba como un orador de barricada.
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