Por José Natanson
Uno por uno, en secreto, fueron pasando por Olivos. El viernes, una vez que finalizó la recepción en Ezeiza, Fernando de la Rúa se reunió con Federico Storani para hablar, entre otras cosas, de la operación de prensa en su contra realizada desde la SIDE. Pero lo más importante ocurrió ayer, cuando se reunió en secreto con Carlos �Chacho� Alvarez. �Nos quieren separar, pero tenemos que seguir juntos�, dijeron en un momento de la charla. Y, aunque De la Rúa no dio precisiones, el vice se fue convencido de que los cambios en el gabinete se producirán en los próximos días. Para completar, al cierre de esta edición el Presidente tenía previsto cenar con Raúl Alfonsín. Por eso, aunque no lo parezca, De la Rúa se sumergió en la gravedad de la situación y ya comenzó a analizar a su modo la forma de salir de la crisis política más importante desde que asumió el Gobierno.
El viernes pasado toda la atención se concentró en la llegada del Presidente. En Ezeiza, rodeado por la totalidad de su gabinete, De la Rúa firmó el proyecto de Ley de Presupuesto y ratificó la continuidad de los funcionarios.
Cuando terminó la recepción, Storani partió a la Casa de Gobierno. Estuvo sólo unos minutos, ya que poco después recibía un llamado: De la Rúa lo esperaba en Olivos. Llegó a las ocho de la noche y se fue poco después de la diez. Como suele hacer en estos casos, el Presidente le pidió un informe sobre la tarea más importante que le encargó en su ausencia: la operación �oxigenación� que terminó con la salida de Augusto Alasino y Raúl Galván de las jefaturas de los bloques en el Senado. Lo consultó, además, sobre el proyecto de Reforma Política y le explicó que tiene pensado convocar a una mesa de diálogo en la que estarían incluidos Raúl Alfonsín y Carlos Menem.
Pero el tema más importante fue el incidente de la semana pasada. Cerca de Storani aseguraron a Página/12 que, sobre el final de la reunión, el ministro describió minuciosamente la operación de prensa en su contra montada desde la SIDE para involucrarlo en el escándalo del Senado. El Presidente escuchó en silencio el relato de Fredi que, luego de confirmar que los llamados habían partido de la central de los espías, se comunicó con De Santibañes. El ex banquero constató el origen de las llamadas y tuvo que desprenderse de uno de sus hombres de confianza, el número tres de la SIDE, Román Albornoz.
�Hiciste bien �se limitó a decir De la Rúa cuando terminó de escuchar el relato.
Sin embargo, el tema más importante quedó fuera de la charla. Según aseguró una fuente cercana al ministro, el Presidente no mencionó en ningún momento la posibilidad de recambios en el Gabinete, ni le pidió una opinión sobre el tema. �De eso �dijeron cerca de Storani las fuentes� no hubo una palabra.�
Los contactos continuaron esa misma noche, cuando De la Rúa recibió un llamado de José Genoud, que lo felicitó por su cumpleaños, preguntó por el viaje a China y describió el veloz trámite de la aprobación de la ley de emergencia económica en el Senado.
�El Congreso tiene que funcionar. Ahora hay que sacar rápido la ley de presupuesto �recomendó el Presidente.
Igual que con Storani, De la Rúa evitó referirse a las posibles modificaciones en el elenco del Gobierno. Y, según decían ayer cerca de Genoud, tampoco mencionó la posibilidad de que el mendocino abandone la presidencia provisional del Senado, como viene pidiendo Chacho Alvarez desde hace tiempo. �Si De la Rúa no se lo pide, no va a dar un paso al costado�, explicaba ayer en el entorno del senador.
Ayer
Pero no era con Genoud ni con Storani con los que tenía pensado conversar sobre el futuro del Gobierno, sino con Chacho Alvarez. El jefe del Frepaso está convencido, al igual que varios ministros, de que hallegado el momento de encarar una modificación general del gabinete, que incluya a los dos funcionarios cuestionados �De Santibañes y el ministro de Trabajo, Alberto Flamarique� pero que los exceda en un replanteo más amplio.
Ayer por la mañana, el jefe del Frepaso desayunaba en el bar Oporto, cercano a su casa, cuando recibió un llamado de Leonardo Aiello, el secretario privado de De la Rúa.
�¿Cómo andás de la muela? �preguntó el vice cuando Aiello lo comunicó con el Presidente.
A las cuatro de la tarde, Chacho entraba subrepticiamente a Olivos. Según aseguraban sus allegados, durante el encuentro los dos dirigentes �sobrevolaron� la situación política de los últimos días. Hablaron del Senado y De la Rúa ratificó su respaldo a la ofensiva que encaró Chacho. �Nos quieren separar, pero tenemos que estar juntos �dijeron. Y acordaron continuar con la política de gestos de amistad que habían comenzado antes de la gira, luego de que transcendieran las evidentes diferencias de criterio entre los dos ex integrantes de la fórmula de la Alianza.
Del Senado pasaron naturalmente al Gobierno. Hermético, el Presidente no hizo nombres, ni de posibles renunciantes ni de eventuales reemplazos o enroques. Pero lo cierto es que del tono de la charla se pueden inferir un par de conclusiones. De acuerdo a una fuente cercana al Alvarez, lo más probable es que el recambio incluya a los dos funcionarios más comprometidos, pero también a otros, por lo que podría extenderse a algunos ministros políticos.
Como Chacho ya sabía, el Presidente no es adepto a las maniobras bajo presión, detesta hacer lo que todos le recomiendan y está dispuesto a tomarse unos días para analizar en profundidad el futuro de su gestión: es que la idea es acompañar la modificación con un replanteo amplio, que incluya nuevas medidas, la modificación de algunas políticas y un puñado de anuncios importantes. Es, en realidad, la teoría del �relanzamiento�, que vienen alentando algunos de los más íntimos colaboradores del Presidente, como Cecilia Felgueras o algunos de los jóvenes enrolados bajo el liderazgo de Antonio de la Rúa.
Cuando a las seis y media de la tarde terminó la reunión, Alvarez se fue convencido de que De la Rúa se tomará un tiempo para meditar las modificaciones, pero que las definiciones llegarán en pocos días.
En todo este asunto faltaba la opinión de Raúl Alfonsín, el jefe formal y político del radicalismo, con quien De la Rúa mantiene una relación de amor-odio desde siempre. En los últimos días, el ex presidente se dedicó a contener a sus partidarios, furiosos con Alvarez. Pero Alfonsín también está convencido de la necesidad de modificar el gabinete.
�Tiene que hacer algo �le dijo a un dirigente que conversó con él en los últimos días.
Ayer por la tarde, el ex presidente recibió un llamado de De la Rúa, que lo invitaba a cenar con él en Olivos. Al cierre de esta edición, los dos dirigentes conversaban sobre el futuro de la Alianza.
En conclusión: aunque a primera vista parece que no, lo cierto es que De la Rúa parece querer resolver la situación desatada por el escándalo de coimas en el Senado. Y, con su estilo reservado y parsimonioso, está pensando cómo hacer para salir de la crisis más profunda desde que, hace nueve meses, asumió el Gobierno.
Nada es para siempre
A pesar de que el presidente Fernando de la Rúa, a su regreso de China, confirmó en sus cargos a todos los ministros del gabinete, la ministra de Desarrollo Social, Graciela Fernández Meijide, remarcó ayer que eso �no quiere decir que para siempre y definitivamente esto debe ser así�. Además, la ministra aseguró que la crisis causada por las presuntas coimas en el Senado no terminó con el regreso de De la Rúa al país. �Pienso que esto va a seguir �pronosticó Fernández Meijide�. Hay cosas que hay que cambiar. Hay que demostrar que en serio todo esto que se hizo y agitó tanto y dio motivo a que se escribieran tantas páginas de los diarios, tantos comentarios, no pueda terminar sin respuesta y sin precisiones�. |
�La sociedad sale ganando�
El ministro de Justicia, Ricardo Gil Lavedra, afirmó ayer que con la crisis política originada por el presunto pago de sobornos en el Senado �la sociedad sale ganando� porque �revela que conductas de este tipo son insoportables�. �La sociedad sale ganando porque es una crisis de impacto muy fuerte y de la cual se sale para mejor�, señaló. Ante la consulta de la prensa, el titular de la cartera de Justicia subrayó el costado positivo del escándalo por las supuestas coimas en la Cámara alta. Además, consideró que la compra de votos, a cambio de dinero o regalos, �es antifuncional para el sistema�. �Un sistema político no puede funcionar jamás teniendo que pagarle a los legisladores para que saquen las leyes�, opinó. |
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