Por Maximiliano Montenegro
 El ministro de Economía, José Luis Machinea, mantuvo ayer una reunión extraordinaria con buena parte de su equipo. El motivo principal fue la revisión de las cifras de crecimiento que deberán ser anunciadas mañana. Según pudo saber Página/12, los datos de las cuentas nacionales que elabora el INDEC �la fuente más confiable para medir el nivel de actividad� dan para el segundo trimestre de este año una caída, sin contar la estacionalidad, respecto del primer trimestre. Esto significa que la economía seguiría planchada y que, de confirmarse la tendencia, para este año el PBI podría aumentar apenas un 1 por ciento. De ser así, habría que revisar también todas las pautas de recaudación incluidas en el proyecto de Presupuesto 2001, enviado el viernes al Congreso, que se basan en pronósticos optimistas de crecimiento. Y Machinea tendría que hacer malabarismos, porque el nuevo ajuste previsto para el año venidero, todavía ni siquiera aprobado por el Congreso, ya se quedaría corto.
El proyecto está signado por un espectacular salto en el pago de los intereses de la deuda externa, que ya llegan a más de 11 mil millones de dólares, lo que acapara el 22 por ciento del presupuesto total. Este condicionante, sumado al achicamiento en el déficit fiscal que exige el FMI, obligará al Gobierno a un nuevo ajuste de 700 millones en el gasto público. Así, se mantendrá la rebaja salarial para los empleados públicos que ganen más de mil pesos mensuales, lo que reportará al Estado un �ahorro� de 695 millones de pesos. En tanto, el gasto social (desde educación y salud a planes sociales) si bien fue resguardado de la tijera, conservará el ajustadísimo nivel del último presupuesto elaborado por el menemismo, que lleva el sello de Roque Fernández.
Ayer, el ala más ortodoxa de la city financiera salió a cruzar los números de Machinea, por considerar que el ajuste anunciado no había sido suficiente. �Creo que no implica ningún compromiso fuerte porque se hace poco por el lado del gasto�, afirmó Manuel Solanet, de FIEL. A su vez, el ex ministro de Economía de la dictadura militar Roberto Alemann dijo que el presupuesto �no hace más que aumentar el gasto público, en lugar de reducirlo para cerrar las cuentas: el gasto programado para el 2001 aumenta en alrededor de 3 mil millones de dólares en comparación con este año�, aseguró. Las cifras de Alemann no son precisas: el gasto total aumentará en 923 millones de pesos.
Pero, aun así, ese planteo esconde más de lo que muestra. Esto es porque el gasto de funcionamiento del Gobierno (salarios y provisión de servicios públicos esenciales: salud, seguridad, justicia, educación, defensa) caerá en 697 millones de pesos. La diferencia (más de 1600 millones) es a cuenta del aumento en el pago de intereses de la deuda. Más aún, en dos años (entre el 2000 y 2001) se dará la paradoja de que mientras el Gobierno reducirá sus gastos operativos en 2400 millones de pesos (una caída del 6 por ciento), el gasto total aumentará en 1000 millones, siendo la diferencia la carga de intereses que habrán subido casi un 35 por ciento.
Tanto Solanet como Alemann afirmaron que �el Gobierno intenta bajar el déficit con proyecciones de crecimiento de la economía optimistas�. En el Presupuesto 2001 figura un pronóstico de crecimiento para ese año de 3,7 por ciento �real� (o 4,5 por ciento si se tiene en cuenta la inflación). El dato es clave, porque del ritmo de expansión de la economía depende la marcha de la recaudación impositiva. Si la economía crece menos, entonces habrá menos recaudación y más déficit fiscal.
Según el nuevo acuerdo firmado con el Fondo Monetario, reflejado en el proyecto de presupuesto, el déficit fiscal debería reducirse en 1200 millones de pesos. Como los intereses de la deuda crecen en 1600 millones, entonces el �ahorro� fiscal que habría que cubrir sería de 2800 millones. Como ya se dijo, 700 se lograrán con recorte de gasto. Y el resto deberíavenir de más recaudación. De confirmarse mañana que la economía este año está creciendo mucho menos de lo esperado, entonces también habría que moderar el pronóstico para el 2001, lo cual descolocaría las metas fiscales pautadas en el presupuesto que fue al Congreso. �Es probable que haya que hacer un nuevo ajuste del gasto�, corean desde la city.
Nada dicen, en cambio, sobre la decisión de Machinea de eliminar el impuesto a las Altas Rentas, para los que ganan más de 120 mil pesos anuales. O que la recaudación de Bienes Personales (que alcanza a los que tienen un patrimonio superior a los 102 mil pesos) sea la única que disminuya en el pronóstico oficial para el 2001. Como Machinea, razonan con una regla de oro: que todo aumento en los servicios de la deuda debe honrarse con menos gasto público, aunque los salarios ya hayan sido exprimidos y peligre la prestación de los servicios públicos básico. Nunca con impuestos progresivos, que graven a los que más tienen.
| Las críticas políticas
El primer presupuesto elaborado íntegramente por el gobierno de la Alianza recibió críticas no sólo desde la City sino también desde el ámbito político. La titular de Ctera, Marta Maffei, dijo que �el proyecto es muy desalentador porque no hay desde el gobierno nacional una decisión firme y no cumplen con las promesas�, mientras que advirtió que �si no se soluciona esto va a terminar en conflicto�. El presupuesto 2001 mantiene casi el mismo gasto en educación que este año y conserva el mismo nivel de transferencias a universidades nacionales (1800 millones de pesos). Sin embargo, no prevé incrementos de fondos para obras en el área sino todo lo contrario (las inversiones de la Nación en educación se reducen de 7,5 millones a 3 millones) y tampoco contempla el financiamiento de la expansión de la matrícula. �El año que viene, cualquier expansión del sistema educativo va a crear la desaparición de los trabajadores�, afirmó Maffei. |
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