Por Carlos Noriega
Desde Lima
Un Alberto Fujimori desaparecido de escena, una mayoría parlamentaria oficialista nerviosa, una oposición revitalizada, una población indignada ante las evidencias de la corrupción oficial, agitación en los cuarteles militares, y una desesperada cacería interna en los servicios de inteligencia para descubrir a los infidentes que filtraron la información, son las primeras consecuencias del escandaloso video en el que se ve al asesor presidencial y jefe de facto del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), Vladimiro Montesinos, comprando por 15.000 dólares la lealtad del congresista tránsfuga Alberto Kouri. Fujimori y Montesinos guardan impenetrable silencio, mientras un desesperado Kouri se hunde cada vez más con sus incongruentes intentos de defensa. Su última ocurrencia ha sido acusar al congresista Fernando Olivera �quien ha recibido amenazas de muerte� de cometer �un acto de corrupción� por haber �robado� un video que pertenece �a un banco de datos de seguridad nacional�.
Han comenzado a circular diversas versiones sobre el origen de la filtración de esta información. Según el diario oficialista Expreso seis agentes de la Marina fueron detenidos en las instalaciones del SIN poco después que se hiciera público el video. Estos agentes, según esa versión periodística, habrían estado a cargo de la custodia de las oficinas de Montesinos durante los días previos a la transmisión del video, y estarían siendo rigurosamente interrogados en los sótanos del SIN para determinar su �lealtad, confiabilidad y discreción�. Citando fuentes de Inteligencia, Expreso �diario cercano a Montesinos� responsabiliza al jefe formal del SIN, el Contraalmirante de la Marina Humberto Rosas Bonuchelli, de ser el responsable de la infidencia. Según Expreso, Rosas decidió vengarse de Montesinos porque durante la conferencia de prensa del 19 de agosto en la que se reveló el tráfico de armas a las FARC, Montesinos tomó la batuta y no dejó hablar a su teórico jefe, dejándolo reducido a una simple figura decorativa.
A la versión de Expreso se agrega otra del diario opositor La República en la que se señala como posible autor de la entrega del video al propio jefe del ejército y comandante general de las fuerzas armadas, José Villanueva Ruesta. En los últimos meses se habría producido un distanciamiento entre Villanueva y Montesinos. Según La República, el SIN habría filtrado información sobre el notorio enriquecimiento ilícito de Villanueva y éste habría respondido soltando el video. Una tercera versión es dada por el diario Liberación, según la cual dos agentes de inteligencia contactaron al congresista y periodista Luis Iberico .miembro del Frente Independiente Moralizador que dirige Fernando Olivera- para entregarle no sólo el video ya conocido, sino otros más igualmente comprometedores. El diario asegura que ambos agentes no pidieron nada a cambio y señalaron que sólo estaban interesados en poner al descubierto la corrupción al interior del régimen. Según esta versión ambos salieron del país antes que se haga público el video.
Hay más de una versión sobre el origen de la infidencia, pero todas coinciden en revelar que Montesinos tiene importantes enemigos al interior del SIN, que están dispuestos a correr grandes riesgos para poner en evidencia las corruptos maniobras de su jefe. En 1997, poco después que un plan del SIN para asesinar a algunos periodistas se filtró a la prensa, la agente Mariela Barreto fue asesinada y descuartizada, y su compañera de trabajo, Leonor La Rosa, torturada hasta quedar parapléjica. Ambas fueron responsabilizadas al interior del SIN de ser las autoras de esa filtración. Fujimori no tiene muchas opciones de maniobra. Ante la contundencia de las pruebas de soborno podría sacrificar a Montesinos para intentar desmarcarse del escándalo. Pero parece difícil. Montesinos es el hombre que controla los resortes del poder �las fuerzas armadas, el Poder Judicial, la Fiscalía, importantes medios de comunicación y a un buen número de congresistas�. Con la lealtad de los principales jefes militares hipotecada a Montesinos antes que a Fujimori, el presidente tendría que cambiar esa correlación de fuerzas antes de tomar cualquier medida en contra de su asesor.
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