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Por Diego Schurman
El pedido se basa en una publicación de Página/12 del lunes 11 de setiembre que acercó detalles de los gastos efectuados por Liporaci para el arrendamiento de un coqueto chalet de techos de tejas y ladrillos a la vista que ilustra esta nota. La propiedad que el juez alquiló a Nino Franzioza, un importante empresario de la industria, está ubicada sobre la calle América, en una de las zonas más cotizadas del country, a la que llaman Beverly Hills. En total son 2 mil metros cuadrados, de los cuales unos 250 son de superficie cubierta. Al juez que investiga si hubo sobornos en el Senado, el capricho no le salió gratis. Además de los 3 mil pesos promedio en concepto de alquiler por toda una temporada, debió erogar en ese exclusivo centro de golfistas unos mil pesos mensuales entre expensas y jardinero. Ninguno de esos gastos figuran en la declaración que el magistrado efectuó ante el Consejo de la Magistratura, según consta en el escrito de dos páginas redactado por los consejeros. Para colmo, el trato que hizo el magistrado no fue el más ventajoso, ya que otros inquilinos de esa misma propiedad con garaje, pileta y parrilla, han pagado menos de 2 mil pesos mensuales, con expensas y cuota social incluidas, según pudo saber Página/12 en conversaciones con uno de ellos. Hoy, durante la reunión semanal de la Comisión Acusadora del Consejo de la Magistratura, se dará lugar al pedido de Orio y Gerenobitz para que Golfers informe si Franzioza es propietario del inmueble del country alquilado a Liporaci y, en tal caso, para que el empresario dé precisiones sobre los montos exactos de la operación. Anoche, el juez Gabriel Cavallo abrió el sobre con la declaración de bienes de Liporaci, que remitió la Corte Suprema, delante de su colega investigado, tal como lo exige la ley. Lo hizo para establecer durante esta jornadas si los datos coinciden con la presentación que Liporaci realizó al Consejo de la Magistratura. Liporaci no sólo es investigado por su par Cavallo sino que, además, existen juicios políticos promovidos. El juez declaró percibir un salario de 5521 pesos que, en cuatro años, le permitió ahorrar 120 mil pesos y, sumado a otros ingresos familiares, préstamos e hipotecas, comprar una casona en Vicente López. Liporaci aseguró que por ese inmueble de la calle Gaspar Campos pagó 610 mil pesos y no un millón y medio, como valuó una inmobiliaria. En el Consejo de la Magistratura aseguran que los números no cierran ya que Liporaci no estaría en condiciones de afrontar sus compromisos con los 10 mil pesos que reúne la familia, en concepto de ingresos mensuales. En los pasillos de Tribunales, que el juez viene transitando hace décadas, empleados y jueces afirman a menudo su sorpresa por los nuevos gustos de Liporaci, quien tiempo atrás solía disfrutar sus veraneos con un bajísimo perfil en San Clemente, una ciudad balnearia alejada de los lujos y las ostentaciones.
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