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OTRAS 40 MUJERES PEDIRAN LA LIGADURA DE TROMPAS
“El deber de no procrear”

A las veinte mujeres autorizadas por la Justicia de Río Negro a ligarse las trompas se suman ahora otros 40 nuevos pedidos. La Iglesia criticó la decisión. Los testimonios de las mujeres.

Por Mariana Carbajal

t.gif (862 bytes)  ”No quiero tener más embarazos. Tengo el deber de no tener más hijos. Mi decisión está fundada en una situación social insoportable, desesperada...”, escribió en su recurso de amparo Stella Maris Passamonti, de 35 años, una de las veinte mujeres de la pequeña localidad rionegrina de Villa Regina que obtuvo permiso judicial para que le liguen las trompas de Falopio. Stella Maris tiene 8 hijos y está a punto de dar a luz uno más. Con el apoyo del ginecólogo del hospital local, la semana próxima otras cuarenta mujeres, con familia numerosa y situación económica precaria, pedirán en los tribunales autorización para someterse a la misma operación. La movida puso los pelos de punta de la jerarquía católica. “Es una mutilación y una falta de respeto hacia la mujer”, cuestionó la cirugía contraceptiva el vicepresidente de la Pastoral de Familia de la Conferencia Episcopal Argentina, Guillermo Suárez.
Desde que el viernes la jueza María Evelina García, de General Roca, hizo lugar a los amparos presentados por veinte mujeres para que le liguen las trompas en el Hospital de Villa Regina, la localidad frutihortícola de 33.000 habitantes ubicada en el Alto Valle de Río Negro, está conmocionada. Entre las 20 madres suman 128 hijos. El abogado Luciano Garrido, que patrocinó a las interesadas, ya está preparando otros cuarenta recursos más. “Se van a presentar la semana próxima”, precisó el médico Mario Mas, jefe del Servicio de Tocoginecología del hospital local, y uno de los mentores de la movida.
Un deber
“No quiero tener más hijos. Quiero una solución para evitar con certeza embarazos no deseados. Tengo el deber de no tener más hijos. Quiero ejercer un derecho personalísimo en orden a una procreación responsable, priorizando por sobre todas las cosas de este mundo mi propia salud y el bienestar de mi actual grupo familiar, me refiero al bienestar de mis ocho hijos”, señaló en su recurso de amparo Stella Maris Passamonti. La mujer intentó evitar la procreación con distintos métodos anticonceptivos, pero no tuvo éxito, y ahora está a punto de dar a luz el bebé número nueve.
Stella Maris tiene 35 años y es una madre sola. Vive con toda su prole en una casa prestada, de un dormitorio y baño externo. No tiene trabajo estable y tampoco recibe ayuda de los padres de sus hijos. “Estamos subsistiendo gracias a la ayuda del municipio local y de las instituciones intermedias que, con su labor solidaria y caritativa, colaboran en el vestido de mis hijos y en la alimentación de los mismos”, relató Stella Maris. Su situación no es muy diferente de la de las otras diecinueve mujeres que se presentaron semanas atrás en la Justicia para conseguir un permiso para someterse a una ligadura de trompas.
El tema es polémico. Para la ombudsman porteña, Alicia Oliveira, no es necesaria la autorización siempre y cuando exista una indicación médica para la ligadura. Pero muchos médicos prefieren exigirla porque temen que se los acuse posteriormente de haber provocado una esterilización. Y el panorama se complica aún más para la mujer, si alega una decisión personal, basada en aspectos sociales y no terapéuticos. Además, hay jueces que se niegan a otorgar el permiso porque lo consideran innecesario. Se genera así un círculo vicioso.
“La ligadura de trompas debe ser considerada una opción anticonceptiva más. El requisito de la autorización judicial sólo pone en peligro la salud de las pacientes”, señaló el médico Mario Mas. En marzo, Mas abrió un registro en el hospital para que se anotaran aquellas mujeres que querían una ligadura. En un mes, se inscribieron setenta interesadas. Fue el puntapié inicial para generar un movimiento en toda la provincia para que se modificara la legislación vigente y no hubiera dudas en cuanto a la necesidad de la autorización judicial. El tema ya llegó al Congreso Nacional de la mano de la diputada rionegrina Marta Milesi. A través de unproyecto de ley, Milesi propuso la incorporación de un nuevo artículo a la ley 17.132, que rige el ejercicio de la medicina, por el cual tanto la ligadura de trompas como la vasectomía puedan realizarse en los hospitales públicos sin que medie una orden de un magistrado.
“Hoy en el país se da una situación hipócrita, porque las mujeres que pueden pagar en un consultorio privado pueden realizarse la operación, pero las pobres no”, observó Milesi. La reacción de la Iglesia Católica no se hizo esperar. “Con este método se pone en juego la dignidad de la persona humana, porque algunos argumentan problemas económicos como variable para mutilar personas”, sostuvo Suárez, vicepresidente de la Pastoral de Familia de la Conferencia Espiscopal Argentina.

En qué consiste el método

“La ligadura de trompas de Falopio no es un método de esterilización sino de infertilización femenina”, diferenció el médico Mario Mas, jefe del Servicio de Tocoginecología del Hospital de Villa Regina. Si bien la operación consiste en un método que evita embarazos, no está equiparado al resto de los anticonceptivos conocidos. “Se realiza previa prescripción médico y con fines terapéuticos, en casos en los cuales un nuevo embarazo, –cuando hay alto grado de probabilidad de producirse, ya sea debido al contexto social en el cual se llevan a cabo las relaciones sexuales de la paciente y/o fracaso de anteriores métodos anticonceptivos– podrían en serio peligro la salud de la mujer y de sus hijos”, explicó.
Al ligar las trompas, se impide que los óvulos y los espermatozoides se encuentren. Existen tres formas de realizar la operación. Una consiste en “atar” los extremos de cada trompa. Con una microcirugía se puede “desatar” y así restablecer su función en un 65 por ciento. Otra opción es colocar mediante una laparoscopía, unos clips que producen la obstrucción tuvaria. La tercera alternativa es quemar y cortar las trompas. Ambos procedimientos pueden, en distinta medida, revertirse.
Mas observó que en ninguna de las 14 provincias que cuentan con leyes de salud reproductiva se contempla la opción de la contracepción quirúrgica a través de una ligadura de trompas.

 

 

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