Por Laura Vales
La Justicia investiga a dos policías de la Federal �uno en actividad y otro retirado� ante la sospecha de que arreglaron con Agustín �Tractorcito� Cabrera, el pesado de la banda del Gordo Valor, el plan de fuga del Departamento Central del Policía. La hipótesis de que el escape de Cabrera y los dos paraguayos acusados del asesinato del vicepresidente Luis María Argaña no fue producto de un simple descuido, sino que estuvo preparado y que contó con la �colaboración� de un grupo de uniformados, toma cuerpo a medida que pasan los días. Ayer, un preso le contó a los encargados de la pesquisa que Cabrera venía preparando su plan desde hacía tiempo y que tuvo la complicidad de efectivos de la Federal. Los nombres de los policías sospechados se mantienen en reserva, pero los indicios reunidos en el expediente coinciden en que �Tractorcito� fue, la noche de la fuga, el que daba las órdenes y dominaba la situación. Por si algo faltaba, el sargento Sofío Godoy fue a declarar después de tres días de convalescencia. Contra todo lo esperado, el hombre no tiene signos de haber sufrido los brutales golpes que se alegaron en un principio.
Godoy es el efectivo que estaba a cargo de la seguridad la noche de la fuga. El mismo que cuando los dos paraguayos y Cabrera tomaron como rehén a la celadora Violeta Locatelli mientras molían a palazos a uno de sus compañeros de prisión, no se dio cuenta de la conveniencia de dar alguna voz de alarma, entró solo al lugar dejando la puerta de salida abierta y dijo haber terminado semidesvanecido por los golpes. Sin embargo, ayer no tenía un solo moretón en su cara. El juez federal Gabriel Cavallo ordenó que los peritos lo revisaran para detectar señales de la paliza que se suponía que había recibido. La respuesta de los médicos fue que el sargento sólo tenía un punto de sutura en la oreja y un golpe en el maxilar.
A medida que la investigación avanza surgen nuevas sorpresas sobre cómo eran las cosas dentro de la Alcaidía: ahora resulta que los presos también tenían consigo un teléfono celular, desde el que se habría hecho el llamado al comando radioeléctrico para avisar a la propia policía que se le habían escapado sus detenidos. El celular había sido olvidado por una de las mujeres de los presos de la AMIA el día anterior.
Así lo aseguró el propio Godoy al ser interrogado. Aunque el jefe de la Federal, Rubén Santos, juró una y otra vez que su fuerza no se enteró de la fuga por un llamado telefónico al 101, Godoy ratificó ayer que ese llamado sí existió. Con un pequeño matiz: dice que el aviso no lo realizaron los presos sino él mismo.
En el Ministerio del Interior, mientras tanto, se sigue con atención la visita que una persona muy allegada a Lino Oviedo hizo a los paraguayos el jueves anterior a la fuga. La especulación que hacen en el Gobierno es que tal visita bien podría haber servido para proveer a los prófugos de dinero fresco.
La comisión policial que viajó a Paraguay buscando algún rastro de los prófugos, sin embargo, ya comprobó que la dirección que dio el visitante para entrar a la Alcaidía es falsa. Es más que probable que haya presentado un documento trucho.
Como fuera, el dato corrobora que al Departamento Central de Policía podía entrar cualquiera. Mientras mantiene detenidos al sargento Godoy, a la auxiliar Locatelli y al comisario Hugo López, el juez Cavallo llamó a indagatoria a los dos jefes policiales que fueron separados de la fuerza por el escándalo, Néstor Mola y Julio Díaz. Y ordenó que se investigue el movimiento de dinero de los cinco policías (ver aparte).
De los tres prófugos no se tiene noticia. En la madrugada del martes el magistrado ordenó cinco allanamientos en el conurbano bonaerense, en la zona de Beccar y en Boulogne. En ninguno de los domicilios había rastro alguno de ellos. La Gendarmería revisó todas las salidas del país y su conclusión es que los presos no salieron por ningún paso fronterizo. �Laúnica posibilidad de que ya estén en el exterior �dicen� es que hayan abandonado el territorio argentino a campo traviesa.�
Al mismo tiempo la policía bonaerense comprobó que los domicilios que dieron Luis Alberto Rojas y Fidencio Vega Barrios cuando fueron arrestados eran falsos. El diagnóstico que tiene la bonaerense es que, a diferencia de los paraguayos, Agustín �Tractorcito� Cabrera tiene buenos recursos y una larga experiencia para mantenerse oculto durante meses. Recuerdan que el cómplice del Gordo Valor estuvo 700 días prófugo desde su fuga del �98 hasta que lo recapturaron este año. Cuando lo detectaron se movía en un muy buen auto en la zona de Tandil.
Las fuentes de la policía bonaerense agregaron que su esposa �quien le hizo varias visitas en la Alcaidía� maneja considerables sumas de dinero. En cambio el perfil que tienen de los paraguayos es que cuentan con escasos recursos y que es muy difícil que puedan sobrevivir en la clandestinidad sin dinero, por lo cual esperan que en cualquier momento cometan algún robo.
Para obtener datos de los evadidos, Cavallo aguarda los resultados de escuchas telefónicas que le encomendó a la Secretaría de Inteligencia del Estado y los análisis de los llamados desde los celulares que se usaron dentro de la Alcaidía.
Claves
El juez Gabriel Cavallo indagará hoy por su responsabilidad en la fuga al director general de Operaciones, Julio Díaz y al jefe del Departamento Orden Público, los dos oficiales desplazados el lunes por el jefe de policía.
También se investiga a dos policías de la Federal, uno en actividad y el otro retirado, ante la sospecha de que arreglaron la fuga con �Tractorcito� Cabrera, de la superbanda del
Gordo Valor.
Un día antes de la
evasión, los paraguayos habrían recibido la sospechosa visita de una persona muy allegada al militar golpista Lino Oviedo.
El sargento Godoy, uno de los detenidos por la fuga, que declaró ayer, no presentaba signos de haber sufrido una paliza brutal, como se dijo en un principio.
La versión de la mujer policía tomada como rehén se contradice con la de los testigos. El juez podría disponer careos.
En busca de la pista del soborno, investigan el patrimonio de los policías involucrados y las llamadas telefónicas que hicieron en los días previos a la fuga. |
Las sospechas en Paraguay
�Presumimos que hubo miembros de la policía argentina sobornados. Sospechamos que hubo efectivos de la fuerza involucrados.� Ayer, Félix Argaña, hijo del asesinado vicepresidente de Paraguay Luis María Argaña, reiteró sus sospechas de que la fuga de los dos acusados del homicidio de su padre fue �arreglada� con uniformados.
Argaña aseguró que �si es necesario� viajará a Buenos Aires para conversar con el presidente Fernando de la Rúa. �La verdad es que aún me siento sorprendido y dolorido por este hecho. Sabemos que es una cárcel de máxima seguridad y nos resulta increíble que se hayan escapado�, afirmó el hijo del ex vicepresidente. De todas maneras, Argaña se mostró confiado con las investigaciones que se están llevando a cabo en el país y expresó su �confianza� en el gobierno argentino.
�Vemos muy buena voluntad del Gobierno. Nos alientan las palabras del Presidente, fueron declaraciones muy acertadas�, explicó el hijo mayor del funcionario paraguayo asesinado en marzo. De la Rúa anunció que el Gobierno dispuso �el máximo despliegue� para recapturar a los dos fugados y destacó que se va a �actuar con todo el rigor, queremos recapturarlos y lo vamos a hacer�. Por otra parte, Argaña calificó como �una medida muy sabia� la separación de su cargo de los dos jefes policiales que fueron pasados a disponibilidad. |
LA MUJER DE LUIS ALBERTO ROJAS, UNO DE LOS PARAGUAYOS FUGADOS
�Ahora sí que pueden matarlo fácil�
Por Carlos Rodríguez
�Sólo espero que me llame y que me diga que está bien porque acá están diciendo muchas tonterías, muchas barbaridades: que el general (Lino) Oviedo lo va a matar, que lo van a hacer desaparecer.� Desde �algún lugar de Asunción�, ya que tuvo que dejar su domicilio por consejo de sus familiares y por �razones de seguridad�, Lilian Pérez, la esposa de Luis Alberto Rojas, uno de los paraguayos que se fugó del Departamento Central de la Policía Federal, dialogó con Página/12. La mujer juró que durante las visitas que le hizo a su marido en su lugar de detención en Buenos Aires �siempre había cinco o seis guardias vigilando y nos palpaban de armas antes de entrar�, motivo por el cual se manifestó �sorprendida� de las facilidades que tuvo su esposo para escapar. �El no tenía dinero para sobornar a nadie y no creo que lo hayan ayudado porque nunca nadie nos ayudó a nosotros�, dijo en su nombre y en el de sus dos hijos.
Lilian, de 38 años, tiene dos hijos de su unión con Luis Alberto Rojas (32). Los niños tienen 7 y 11 años y son �la mayor preocupación� de la mujer, quien afirmó que se enteró de la fuga de su marido �porque me dejó un mensaje en el celular� a las 23.40 del sábado, hora de Paraguay, 0.40 del domingo en la Argentina. El aviso fue escueto: �Me escapé, cuidate, no te quedes sola�. Desde entonces, volvió a jurar, �nunca más me volvió a llamar y temo por su vida�. Ella cambió de celular y de casa, pero atiende todos los llamados: �Espero que me haga saber algo�.
A lo largo de la nota insistió en que está �muy sorprendida� por la fuga ya que su esposo nunca le comentó nada: �El me decía que era inocente, que quería la extradición para demostrar que no había tenido nada que ver en el asesinato� del ex vicepresidente Luis Argaña. �El estaba bien en la cárcel (se refiere a la Alcaidía del Departamento Central de Policía) y nunca lo habían amenazado. Me parece que ahora está peor, que ahora sí pueden matarlo con facilidad.�
Lilian viajó a Buenos Aires en febrero, a los pocos días de la detención de su esposo. Durante ese mes lo visitó �todos los días�, después regresó a Asunción y viajó de nuevo a la Argentina para el mes de abril y en julio, durante las vacaciones de invierno. Cuando ella no estaba, las visitas las hacía una tía suya que vive en Buenos Aires. �Todas las veces que fuimos a verlo había cinco o seis guardias, habían reforzado las medidas de seguridad en las puertas y a nosotros nos revisaban al entrar y al salir, incluso cuando estuve acompañada por los niños�, relató la mujer, que estaba muy nerviosa y hablaba sin parar. Varias veces mezcló el castellano con expresiones en guaraní.
�Yo nunca supe que tuviera vinculación con Oviedo, me juró que no tuvo nada que ver en el crimen y nosotros la pasamos muy mal en lo económico, nadie nos ayudó, no creo que haya podido pagar para escaparse.� Lilian Pérez dijo estar �muy preocupada por las versiones que dicen que ya no está en Argentina, que lo van a matar, que va a desaparecer para salvar a Oviedo; me hace pensar en que nunca más lo voy a ver con vida�.
La mujer estimó que su marido debe haberse escapado �en algún descuido y no porque lo haya ayudado gente poderosa�. Trató de convencerse a sí misma memorizando lo vivido: �A nosotros (por ella y sus hijos) nadie nos ayudó, nadie nos demostró que él está en algo grande�. Y también le deja espacio a la duda: �Me juró que no estuvo en nada, pero bueno, a lo mejor mintió y eso es lo que me da mucho más miedo�. Lilian Pérez sostuvo que no tiene relación con la familia de Fidencio Vega Barrios. �El es soltero y su madre �aclaró� vive en Coronel Oviedo�, a 140 kilómetros de Asunción.
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