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La crisis del Senado abrio las puertas de la Rosada al riojano
De la Rúa con Menem y sin Chacho

Flanqueado por Kohan, Corach y Ramón Hernández, Carlos Menem entró con aire triunfal a su extrañada Casa Rosada. Después de cien minutos de charla con el Presidente, sobre todo sobre el escándalo en el Senado, emergió con sonrisas y buenas ondas. 

Presidente y ex presidente reivindicaron la vía judicial y la institucional para resolver la crisis.

Por Eduardo Tagliaferro

t.gif (862 bytes) �Con el simple hecho de darnos la mano, lo embromamos a Chacho�, dijo horas después del cónclave, y con cierto aire triunfal, uno de los integrantes de la comitiva que acompañó a Carlos Menem en su vuelta a la Casa Rosada después de nueve meses para entrevistarse con el presidente Fernando de la Rúa. El escándalo del Senado fue el tema principal de la cumbre de una hora cuarenta. Menem reivindicó la vía judicial y la institucional y De la Rúa también: llamó a resolver la crisis �a través de las instituciones�, o sea de los tres poderes, sin que el Congreso deje de funcionar. 
Con este acuerdo y con su oposición a que haya renuncias masivas de senadores, De la Rúa inició una estrategia opuesta a la que viene manteniendo el vicepresidente Carlos Alvarez. Chacho, que calificó como política a la actual crisis, reiteradamente reclamó �gestos� que incluyan la renuncia de los senadores más cuestionados.
Acompañado por el vicepresidente del justicialismo, el pampeano Rubén Marín, y por sus más conspicuos colaboradores, Carlos Corach, Alberto Kohan y Ramón Hernández (que entró a la Casa Rosada pero no participó de la reunión), a las 11 Menem fue recibido en la planta baja por el ministro del Interior, Federico Storani. Lo esperaba un gentil Fernando de la Rúa, con quien mantuvo un aparte de dos minutos. Antes de iniciar la reunión, el Presidente le fue mostrando los cambios del mobiliario, entre ellos la nueva ubicación de su viejo escritorio, ubicado en un pasillo.
De un lado de la mesa se ubicó el oficialismo. Del otro la comitiva menemista. Los miembros del gabinete nacional fueron informando sobre sus áreas competentes. Inició el diálogo el canciller Adalberto Giavarini, que realizó un comentario sobre la cuestión internacional. Las Malvinas ocuparon un lugar destacado en este tramo de la charla. Cada tanto De la Rúa interrumpía a sus ministros para preguntarles a sus visitantes si tenían alguna pregunta o inquietud que formular. 
�Es importante que la política exterior sea tomada como una cuestión de Estado, por eso me parece bien que se continúe con los lineamientos que yo impulsé�, fue, según comentó a este diario un funcionario aliancista, la opinión que Menem realizó cuando finalizó la exposición del canciller.
El jefe de Gabinete, Rodolfo Terragno, puntualizó sobre algunas variables económicas; entre ellas el aumento de las exportaciones. En este pasaje del encuentro, Kohan preguntó a los miembros del gabinete sobre los montos esperados para la recaudación impositiva.
El presupuesto del año que viene fue presentado por el secretario de Hacienda, Mario Vicens. Este fue uno de los puntos en los que el ex presidente manifestó mayor interés. �Quiero que esté claro cómo queda lo de La Rioja�, dijo Menem. �Nosotros cuando estábamos en el gobierno no discriminábamos a ninguna provincia ya sea que la administrara un radical o cualquier otro signo político.� 
Todas las miradas se dirigieron hacia Vicens. Sin mostrar mucha preocupación por la queja de Menem, hizo un repaso de la larga lista de beneficios con los que contaba la provincia del ex presidente, sobre la que dijo que con Menem había existido una �discriminación positiva�. Al final de su exposición, Vicens preguntó a sus interlocutores: �¿Cómo hacemos para explicarles a provincias como Catamarca algunos de los privilegios que tiene La Rioja?�
Sin nombrar el proyecto con todas las letras, De la Rúa criticó la dolarización que Menem suele proponer aludiendo a �propuestas tremendistas de Miguel Angel Broda�. Menem calló.
Después, los funcionarios de la Alianza informaron que habían logrado a convencer a los miembros de Fondo Monetario Internacional para que aceptara un déficit fiscal cercano a los 5300 millones de pesos. En un primer momento la Alianza había calculado el déficit en 4700 millones. En su respuesta el FMI sólo aceptaba un déficit de 3000 millones. �Con 3 milmillones de déficit el Estado no funcionaba más�, fue la acotación que hicieron los visitantes y compartieron los dueños de casa.
A la hora de analizar la situación del Senado, no fue precisamente Menem el más preocupado de los miembros de la comitiva peronista. �Si persiste la actual crisis, se podría paralizar el Senado�, fue la opinión de Corach, que después de todo es un senador. Remarcó casi como advertencia que de persistir el escándalo �éste puede extenderse a otros poderes del Estado�. 
�Reitero: dejemos al juez que se pronuncie sobre este tema�, respondió luego Menem cuando la prensa le pidió su evaluación sobre las denuncias realizadas por la senadora Silvia Sapag contra el senador salteño Emilio Cantarero, por el tratamiento de la nueva ley de hidrocarburos. 
Luego de la respuesta de Menem a la prensa, los miembros del gabinete respiraron aliviados. Desde la oficina del Presidente seguían por televisión las declaraciones de Menem, y se habían mirado con preocupación cuando en un anterior pasaje de la entrevista el ex presidente había hablado de una �salida judicial�. El gobierno, que no encontró argumentos sólidos para fundamentar la reunión con Menem, no quería sumar la sospecha de que la palabra �salida� fuera entendida como un arreglo que consagrase una imagen de impunidad sobre las presuntas coimas.
La visita de Menem fue calificada como positiva por De la Rúa, que incluso definió al diálogo con el principal partido de oposición como parte de la �nueva política� que impulsa su gobierno. 
Cuando a la tarde fue consultado Carlos Ruckauf, dijo: �Sería egoísta negarle al Presidente la posibilidad de encontrarse con Menem porque el ex presidente es mi rival�. 
Había pasado la reunión más difícil de explicar de los últimos meses, pero cada uno había cumplido con su papel. Incluso Alvarez, que a esa hora estaba lejos de la Casa Rosada. 

 

 

Claves

En medio de la peor crisis política desde el comienzo de su Gobierno, De la Rúa recibió a Menem en la Casa Rosada. 
No fue Carlos �Chacho� Alvarez. 
Poco después, el ministro de Educación Juan Llach renunciaba, convirtiéndose en el primer fusible de una eventual reestructuración.
El Gobierno inscribió la cumbre con Menem dentro de un �diálogo político�. 
Pero los funcionarios no llegaron a elaborar una explicación homogénea de una reunión con la que muchos de ellos no estaban de acuerdo.
Menem y De la Rúa no pasaron de generalidades sobre la salida judicial y la política para el escándalo del Senado.
También hablaron de Malvinas y el presupuesto.
El único conflicto fue cuando Menem reclamó por La Rioja y Vicens le dijo que durante su gobierno había sido beneficiada por �discriminación positiva�.

�Que Menem no haga nada�

Por E.T.
Los funcionarios de la Alianza hacían malabares ayer para explicar por qué motivo Fernando de la Rúa convocó a su antecesor Carlos Menem, a la Casa de Gobierno. Esta es la conversación con tres de ellos, que pidieron reserva de identidad. Sus respuestas fueron sintetizadas como si se tratara de un solo interlocutor. 
�Carlos Menem no tuvo un rol protagónico en el escándalo del Senado. ¿Con este encuentro el Gobierno busca que tenga un rol más destacado o se contenta con que contenga a la oposición? �preguntó este diario al funcionario.
�Queríamos de Menem un acompañamiento. Buscamos que contenga a su propia tropa. Estamos ante una crisis institucional a la que es lógico que se le dé una dirección, un cauce.
�¿Acaso se busca que Menem ayude a conducirla?
�De ninguna manera. Mejor que Menem no haga nada. Nos contentamos con que acepte que la crisis se encauce por la vía judicial y que nos deje actuar a nosotros en el terreno político.
�Hasta hace poco el discurso del vicepresidente, Carlos Alvarez, que era compartido por varios miembros del Gobierno, calificaba a la crisis como política. ¿Cambió la crisis, o cambió la mirada oficial?
�No quiero confusiones. Me rectifico si lo que dije no quedó claro. La verdad es que de persistir la crisis política se producirá una crisis institucional. Haya o no condena de los ilícitos, el Senado está muerto. 
�¿Cómo piensa el Gobierno enfrentar el tema del Senado?
�Por dos vías. Una judicial y otra política. La judicial está en manos de (Carlos) Liporaci y no vamos a influir de ninguna manera, aunque está claro que hay una �sobreactuación� del juez. En el terreno político hay nudos importantes. La negativa de Chacho de presidir el Senado amenaza con generar un conflicto institucional. Si se sigue insistiendo con las renuncias, los únicos que van a hacerlo son los nuestros, como sucedió con (Juan) Melgarejo.

 

 

Hasta en el Gobierno tienen varias hipotesis
¿Para qué sirvió la cumbre?

Por José Natanson

�¿Cómo vamos a hablar de la reforma política, de transparentar las campañas, justamente con él? Parece un chiste�, decía ayer un funcionario en la Casa Rosada, sintetizando la sensación de casi todo el Gobierno luego del cónclave entre Fernando de la Rúa y Carlos Menem. Hubo muchas interpretaciones. Una: el Presidente buscó contener la crisis política generada por el escándalo del Senado. Otra: emitió una señal a Carlos �Chacho� Alvarez, de pésima relación con el riojano. Otra más: quiso �blanquear� un encuentro que habría mantenido con Menem hace tres semanas. De todos modos, a la mayoría le costaba encontrar una explicación certera a la misma pregunta: ¿por qué De la Rúa decidió pagar el costo de fotografiarse con su antecesor? 
El objetivo aparente de la cumbre fue generar un canal de diálogo que permitiera contener la crisis política y garantizar que, mientras tanto, el Senado siguiera funcionando. �Sirve para distender el clima y crear un piso de confianza antes de los cambios�, resumió un alto funcionario del Gobierno. Una escena ilustra esta explicación: una vez que finalizó el encuentro, De la Rúa se sentó frente al televisor para observar las declaraciones de Menem. Cuando el riojano terminó, el Presidente suspiró aliviado. Sus palabras se ajustaban a lo conversado. �Estuvo bien�, dijo De la Rúa en ese momento a un ministro.
Quienes siguen la interpretación de la señal hacia Alvarez recuerdan que el vicepresidente históricamente mantiene una pésima relación con Menem y que, apenas se anunció el encuentro, aclaró que no se sentaría a la misma mesa que el ex presidente. �Chacho siempre cuestionó a Menem como interlocutor. Fue un gesto bastante claro�, decía ayer un frepasista notorio. 
Atado a este argumento hay otro, vinculado a aquella supuesta reunión clandestina entre De la Rúa y Menem, que ambos siempre negaron y que se habría producido hace tres semanas, en Olivos. En esa oportunidad, Alvarez se enteró por los diarios y no hizo muchos esfuerzos por disimular su molestia. Ayer, algunos funcionarios sostenían que la cumbre fue una forma de �blanquear� aquel encuentro a escondidas en un marco más institucional.
Sin embargo, casi creen que estas explicaciones no alcanzan para justificar la foto junto a Menem, cuya imagen pública está lejos de lo ideal: la última encuesta nacional de Analogías le asigna sólo un 12 por ciento de imagen positiva, y un sondeo de Equis reduce al 10 por ciento su aprobación en la Capital y el Conurbano. Ni siquiera la explicación más institucional �De la Rúa lo recibió porque es el presidente del PJ� parece razonable: el poder real del riojano dentro de su partido se encuentra diluido, en medio de una especie de liga de caudillos provinciales.
Hasta ayer, el Presidente no lo había recibido nunca �sólo lo vio una vez, en la transición, y lo trató casi con desprecio� privilegiando el vínculo con otros referentes del PJ: los senadores, los gobernadores y hasta los sindicalistas, con los que se fotografió en la Casa Rosada en medio de las negociaciones por la Reforma Laboral. 
Lo cierto es que De la Rúa decidió en soledad, cuando se encontraba en China, incluir a Menem en la ronda de diálogo político. Muchos le sugirieron lo contrario: Alvarez, el ministro del Interior, Federico Storani, y algunos dirigentes ultracercanos, como Cecilia Felgueras. Pero ya era tarde. Es indudable que la movida sintoniza con su estilo, con esa forma de concebir la política como un trabajoso ejercicio de búsqueda de consensos, o por lo menos como un modo de evitar conflictos. La reunión de ayer fue también el preámbulo a los anunciados cambios en el Gabinete, que se producirán en pocos días y que estarán acompañados por algunas medidas y anuncios nuevos, en una suerte de �relanzamiento� de la gestión. 
Claro que De la Rúa es consciente de los costos de retratarse en la Rosada junto a Menem. Por eso, ayer intentó poner cierta distancia con el riojano. Decidió no compartir la conferencia de prensa, como suele hacer cuando se entrevista con Carlos Ruckauf. Y hasta tenía planeado delegar en Storani la explicación del Gobierno. Recién a último momento, después de escuchar las declaraciones de Menem, decidió hacerse cargo del informe oficial.

 

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