Por Carlos Rodríguez
�De la Alcaidía era muy fácil escaparse. Sólo había que tener un auto esperando en la puerta.� El policía Diego Barreda, detenido por el caso AMIA, confirmó al juez federal Gabriel Cavallo que fugarse del edificio central de la Policía Federal era más fácil que hacer el trámite para sacar la cédula y confió que guardias y presos convivían como una familia: comían juntos, tomaban mate y Barreda tenía permiso para tener en la celda un teléfono celular y un handy, elementos prohibidos para los internos. En una declaración de 11 horas, Barreda modificó su primera versión y dijo que mintió porque recibió �presiones de la policía�. Con ese testimonio crucial, Cavallo ordenó anoche la detención de seis jefes policiales que están sospechados de haber �ocultado y destruido pruebas� para encubrir las complicidades policiales en la fuga. Desde el celular de Barreda, a partir del 28 de agosto, los presos que se fugaron realizaron llamadas y con el handy interceptaron la frecuencia policial, elemento que facilitó la fuga de Luis Rojas, Fidencio Vega Barrios y Daniel Cabrera.
El número de policía implicados subió drásticamente de siete a 14: primero fue detenido el cabo Víctor Hugo Parodi, quien estaba de licencia la noche de la fuga, pero igual está sospechado. Después, la Federal anunció el relevo de tres jefes de la comisaría sexta, con jurisdicción sobre el Departamento Central de Policía. Son el hasta ayer jefe de la seccional, comisario Gustavo Carca, el subcomisario José Mur y el inspector Darío Montaña. Anoche, Cavallo pidió la captura de los nombrados y de otros tres oficiales de la misma comisaría.
El magistrado se reunió anoche con los comisarios Jorge Palacios (Unidad Antiterrorista), Antonio Gallo (Superintendente de Asuntos Internos) y Oscar Sayago (director de Investigaciones de AI). Le habrían aportado al juez datos �de suma importancia� para el futuro inmediato de la pesquisa.
�Barreda había dicho que el celular que tenía a su disposición y que era de su esposa permanecía en la guardia policial, pero tuvo que admitir que estaba en su celda�, aseguró a Página/12 el abogado Roberto Damboriana, quien representa a la mujer de Barreda, Gabriela Schirripa, detenida e indagada durante cuatro horas por Cavallo, quien luego resolvió dejarla en libertad. �Tanto ella como su esposo demostraron que no participaron en la fuga y a mi defendida le dictaron falta de mérito�, sostuvo Damboriana.
Sobre el celular en la celda, Damboriana reconoció �una infracción a las normas de detención� que rigen en la Alcaidía, lo que supone una falta grave por parte de los guardias. �Pero Barreda no cometió un delito y apenas merece una sanción; lo importante es que dejó claro que no participó en la fuga�, insistió el letrado. Cavallo decidió el traslado de Barreda a una dependencia de la Gendarmería Nacional, sacándolo de la órbita policial. Anoche, luego de ampliarle la indagatoria, el juez acusó también por ocultamiento de pruebas a la auxiliar Verónica Locatelli, quien habría ocultado la presencia del celular en la celda.
�Era un club de detenidos más que un lugar de detención�, confió a este diario una fuente allegada a la investigación. En su declaración, Barreda dejó esa sensación, pero aludiendo a los presos de la causa AMIA y no a los tres fugados. Los investigadores sospechan que el �relajamiento� de la seguridad era común a todos.
Las fuentes confirmaron que en la casa del sargento Sofío Godoy, otro de los policías detenidos, se encontraron �elementos electrónicos� que pertenecerían a Barreda y que trataron de ser sacados de la escena. Por tal motivo, Godoy también fue acusado de ocultar pruebas. Otro hallazgo fue un handy que tenía Barreda en su lugar de detención.
El fiscal Carlos Cearras solicitó a Cavallo que se realice la reconstrucción de la fuga. La medida sería aceptada por el magistrado, quien ayer indagó al nuevo detenido, Víctor Hugo Parodi, y amplió la declaración de los tres policías que aparecen como los más comprometidos en la facilitación del escape: Godoy, Locatelli y el comisario Miguel López. La reconstrucción desnudaría falencias y complicidades.
Es posible que Barreda haya pensado en fugarse. Cavallo lo puso en la mira luego de escuchar una conversación telefónica que el policía mantuvo con su esposa, quien le reprochaba: �Si lo hacés, le vas a dar el gusto a ese hijo de puta�. La cinta fue aportada por el juez de la causa AMIA, Juan José Galeano, que tiene intervenidos varios teléfonos. El insulto de la mujer parecía dirigido a los que se fugaron, pero tendría como blanco al propio Galeano, quien rechazó la excarcelación de Barreda por considerarlo proclive a fugarse antes del juicio oral por la AMIA.
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