Por Andrea Ferrari
La mujer se llama Alma, aunque probablemente no lo sepa. Tampoco sabe que su nombre apareció en algunos medios diez días atrás, cuando un canal de televisión la �descubrió� desnuda y dentro de un corral, en una estancia de Hansenkamp, una localidad a 80 kilómetros de Paraná. Se denunció entonces el supuesto maltrato por parte de la familia. La realidad estaba lejos y era mucho más asombrosa. Alma ha vivido en un estado semisalvaje toda su vida. No usa ropa porque no la tolera, pero su piel se engrosó y la defiende del frío. Aunque tiene 58 años, nunca se enferma: su organismo se adaptó a la intemperie. Se comunica por gruñidos y se desplaza con las piernas flexionadas y ayudada por las manos. Alma no es, sin embargo, un secreto en la zona. Dos veces la Justicia envió especialistas a verla. La primera vez concluyeron que no era conveniente sacarla de allí. Ahora deben volver a expedirse.
El médico forense Carlos Falcón fue parte del equipo en las dos oportunidades. La primera vez fue hace seis años. Hubo entonces, como ahora, una denuncia. Un juez y un grupo de especialistas fueron al lugar. Se encontraron con la familia Kahl, inmigrantes campesinos, de origen ruso-alemán. Con ellos vivía Alma, una mujer con un grave retraso mental, consecuencia de una meningitis sufrida a los dos años. Por entonces su madre se ocupaba de ella y se negaba a que la trasladaran a otro lado. Pero no había abandono: Alma era alimentada e higienizada. Sólo que las condiciones eran muy extrañas.
�Ella no habla, se comunica por gruñidos �cuenta Falcón a Página/12�. Ya de chica no se quería vestir. Tampoco quería vivir en la casa, por eso le adaptaron un galponcito. No puede adoptar la posición erecta: suele estar en cuclillas y se traslada ayudada por las manos.
Aún no es del todo claro cómo Alma se volvió ese ser semisalvaje. Al parecer, la meningitis le dejó graves secuelas neurológicas y los médicos que la atendieron entonces le dijeron a su familia que no había más nada que hacer. Librada a su suerte, Alma fue delimitando sus propios espacios, lejos de la casa y cerca del campo.
�El cuadro que yo vi es el de un retraso mental muy importante, con una edad evolutiva de un año, o un año y medio �cuenta el psiquiatra César Sabattini, que también conoció a Alma seis años atrás�. Ella no se había constituido como persona, estaba más bien mimetizada con los animales.
Alma parece tener un cierto grado de inmunidad a las infecciones. Su familia contó que algún tiempo atrás la picó una víbora yarará. Recién dos días después le trajeron una vacuna del pueblo.
�Si sobrevivió ese tiempo, no habrá sido una yarará �duda Falcón�. Pero es cierto que no ha manifestado ningún tipo de afección, ningún problema de salud. Parece tener una defensa natural: entre las personas que viven a la intemperie el que es débil fallece.
�¿El frío no la afecta?
�No. Hay filmaciones de cuando fuimos seis años atrás: era pleno invierno y se ve a algunos colegas míos con sobretodo. Ella estaba desnuda y no parecía tener frío, no hacía ningún intento de acurrucarse como solemos hacer cuando tenemos frío. Lo que vimos fue una hiperqueratosis, un engrosamiento de la piel del cuerpo por estar a la intemperie. Nunca usa ropa, a lo sumo para dormir la cuñada le pone un colchoncito y una frazada. Después eso lo tiene que lavar porque ella hace sus necesidades en cualquier lugar.
En la primera visita, la conclusión fue que lo mejor era dejar a Alma con su familia. �El juez quería saber si la internación estaba indicada, pero nosotros consideramos que poco le podía brindar, nos pareció que lo mejor era un seguimiento de atención primaria, un control sanitario �describe Sabattini�. La internación no nos pareció operativa.� �Se consideró que a esta altura, teniendo más de cincuenta años, ya no era bueno para ella sacarla de esa situación�, agrega Falcón. Los especialistas coincidieron en que no había maltrato por parte de la familia.
Alma volvió a ser noticia unos días atrás, cuando un cazador se acercó al lugar y la vio. Un canal de televisión la filmó y la Justicia dispuso una nueva inspección. El forense Falcón estuvo otra vez en el grupo. Encontró una situación similar, sólo que la madre y el hermano de Alma murieron y ahora vive con una cuñada.
�Tiene el mismo estado que seis años atrás, no ha sufrido deterioros en su constitución física �cuenta el médico�. La cuñada la alimenta tres veces por días con papillas, porque no tiene dientes. Ella suele estar afuera, en general dentro de un cerco para que no se vaya del perímetro de la propiedad.
�¿Es capaz de entender el lenguaje?
�Al parecer entiende algo el dialecto en el que habla su familia, muy cerrado �explica el médico.
Junto a otros especialistas, el forense quiere producir un trabajo sobre Alma y presentarlo en un congreso internacional de medicina que se realizará el año próximo en la ciudad de Colón. Pero requiere nuevos estudios y eso no es fácil. �Sólo deja que se acerquen los familiares �explican�. Y no hay comunicación posible.�
En la Justicia también hablan de realizar estudios para terminar de definir si Alma debe ser trasladada a una institución o si permanece allí. �A lo mejor se plantea ahora la internación, si la persona que está a cargo no puede seguir cuidándola �reflexiona el psiquiatra Sabattini�. Pero no sé dónde podría ser, yo no aconsejaría ningún psiquiátrico para este caso.�
La pregunta que queda flotando es si Alma podría haber sido diferente.
�Yo supongo que en otro ambiente cultural su evolución tal vez podría haber sido distinta �dice Sabattini�. A lo mejor con otra estimulación habría logrado un avance imaginario diferente. Se podría haber mimetizado con personas. Pero no puede responsabilizarse a la familia, se trata de un contexto cultural diferente.
Ajena al debate, Alma mira el cielo en Hansenkamp. Ni el frío ni el viento la perturban. Sólo se altera cuando alguien vuelve a �descubrirla� y el lugar se llena de gente que quiere verla.
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