Por Carlos Noriega
Desde Lima
 La implementación del pacto de impunidad entre el presidente Alberto Fujimori, Vladimiro Montesinos y la cúpula militar, del cual informó ayer Página/12, se ha estrellado contra una pared en el frente externo. El gobierno tiene graves problemas para encontrar un país que acepte recibir a Montesinos. Ayer se supo oficialmente que Panamá rechazó dar asilo político a Montesinos. Página/12 anticipó que la protección gubernamental al jefe de facto del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) para dejarlo libre de cualquier investigación judicial había sido una condición puesta por los militares antes de dar su apoyo formal a Fujimori. La solicitud de asilo a Panamá confirma que el gobierno tiene como primera tarea asegurar la protección de quien fuera su hombre fuerte. Paralelamente circuló la versión de que la fiscal Nina Rodríguez, encargada de investigar el caso del soborno al congresista Alberto Kouri, ya habría cerrado el caso con una resolución exculpatoria que se haría pública en cualquier momento.
El diario El Comercio informó que tropas blindadas se estarían desplazando a Lima desde la ciudad de Tumbes, en la frontera con Ecuador, a unos 1200 kilómetros al norte de Lima, para sumarse a las fuerzas de la División Blindada de Lima, que está al mando del general Luis Cuba Portal, cuñado de Montesinos. Consultado por Página/12 sobre este tema, el general en retiro Daniel Mora �un influyente oficial pasado a retiro en 1999 por decisión de Montesinos� calificó como �poco factible� que tal desplazamiento militar esté ocurriendo. �No lo creo, menos aun cuando existe una huelga de camioneros que está bloqueando las carreteras. Puede ser que haya habido una orden en ese sentido en días pasados y eso haya quedado frenado ahora que el gobierno está tratando de darle una salida a la crisis buscando un país para que Montesinos se vaya. No creo que la cúpula militar tome una decisión que nadie espera. No hay espíritu de golpe�, señaló Mora a este diario.
Ayer el gobierno de Panamá le comunicó al del Perú que en una sesión extraordinaria entre la presidenta Mireya Moscoso y su Consejo de Ministros se había decidido negar la solicitud de asilo a favor de Montesinos. El gobierno peruano esperaba que los actuales gobernantes de Panamá siguieran la tradición de sus antecesores de dar protección a cuanto paria político lo solicitaba. Esa esperanza se desvaneció ayer. Pero Panamá no había sido la primera opción. La agencia de noticias brasileña Folha ha revelado que el Perú le hizo el mismo pedido a Brasil y que el presidente Fernando Henrique Cardoso llamó a Fujimori para decirle que su gobierno no estaba dispuesto a darle asilo a su ex asesor. En medio de las duras críticas internacionales por el fraude en las pasadas elecciones, la embajada brasileña en Lima condecoró a los principales ministros y políticos del régimen, así como a los generales de la cúpula militar, lo que fue interpretado como una clara muestra de apoyo a la rereelección de Fujimori. Luego, el gobierno brasileño apoyó a Fujimori ante la OEA. Pero últimamente Cardoso habría tomado distancias de su colega peruano.
Según una versión de la agencia Imediaperu.com los gobiernos de Argentina y Venezuela también habrían sido sondeados sobre el posible asilo. En ambos casos la respuesta fue negativa. En el caso argentino la negativa habría sido rápida y contundente. De Venezuela se esperaba una mejor acogida al pedido de asilo. El gobierno de Hugo Chávez ha sido -junto a Brasil y México� un importante aliado de Fujimori, quien en 1992 dio asilo a varios militares comprometidos con el fallido golpe de Chávez de ese año. Según esa versión periodística Montesinos solicitó que Caracas sea su primera opción de asilo. Hace unos meses Montesinos colocó alfrente de la embajada peruana en ese país al ex jefe formal del SIN, el general Julio Salazar Monroe. Pero Chávez no se habría querido comprometer y no devolvió el favor que Fujimori le hizo hace ocho años. Incluso fue más allá para desmarcarse de su amigo Fujimori. Una versión de la Cancillería venezolana recogida por Imediaperu.com señala que el gobierno de ese país ha decidido revisar la aprobación que se dio al general Salazar como embajador ante el gobierno venezolano.
Fujimori habría querido que Montesinos ya esté fuera del país para mañana lunes, cuando se vuelva a reunir la mesa de diálogo auspiciada por la OEA y en la que los negociadores del gobierno han anunciado que llevarán una resolución oficial que confirme que Montesinos ya no ejerce ningún cargo. Pero, por ahora, el asesor no tiene quien lo reciba. Cualquier gobierno sabe que enfrentaría una avalancha de críticas y pedidos de detención si otorga asilo a una persona comprometida no sólo en casos de corrupción, sino, también, en graves violaciones a los derechos humanos. Los fantasmas de los represores Augusto Pinochet, Ricardo Miguel Cavallo y Jorge Olivera sobrevuelan sobre un Montesinos de incierto futuro en un país que todavía no aparece en el horizonte.
POR LA GUERRA DE LOS COCALEROS EN BOLIVIA
Banzer se da vuelta y pide negociar
Por Oscar Guisoni
Desde La Paz
Bolivia entró el sábado en su sexto día de protestas. La policía y el ejército tomaron en la madrugada de ayer Villa Tunari, la principal población de la zona cocalera del Chapare, en un intento por desbloquear la estratégica carretera que une Cochabamba con Santa Cruz de la Sierra. Los dirigentes cocaleros denunciaron luego que las fuerzas del orden habían quemado varias viviendas, robando a su paso bicicletas, frazadas y otros objetos de valor. Para evitar que continúen los atropellos, los cocaleros pidieron la presencia en la zona de Amnistía Internacional, organismos de derechos humanos nacionales, la Iglesia y la prensa. Según los cocaleros, hay hasta el momento 15 personas heridas y 40 detenidos.
Preocupado por el crecimiento del conflicto y la imposibilidad de dejar libres las rutas, luego de seis días de bloqueos y manifestaciones en las principales ciudades del país, el gobierno se decidió, en la tarde del sábado, a comenzar a negociar con los cocaleros, siempre y cuando no se cuestione la erradicación de cultivos de hoja de coca, exigida por Estados Unidos y la implantación de tres cuarteles militares en la zona del Chapare. A pesar de que el ministro del interior Guillermo Fortún había afirmado que no se sentaría a la misma mesa que Evo Morales, el principal dirigente cocalero, al momento del despacho de este artículo se supo que tanto Fortún como el ministro de la Presidencia, Walter Guiteras, habían viajado a la ciudad de Cochabamba y que se habían iniciado las conversaciones con los cocaleros.
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La salida del poder de Vladimiro Montesinos se ha convertido en el imperativo sine qua non para resolver la crisis en Perú.