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YUGOSLAVIA VOTA HOY, LA OPOSICION LIDERA Y PUEDE HABER FRAUDE MASIVO 
Slobo es un Yugo muy duro para Belgrado 

Slobodan �Slobo� Milosevic, hombre fuerte de Yugoslavia desde 1989, enfrenta hoy el mayor desafío a su poder desde la lluvia de fuego de la OTAN por Kosovo, en 1999. Esa guerra parece clave en unas elecciones, hoy, donde la oposición tiene las de ganar.

Vojislav Kostunica, la cara del cambio, mira a sus electores desde las calles de la capital.


Por Alfredo Grieco y Bavio

t.gif (862 bytes) La guerra de Kosovo fue la primera de la OTAN y la última de Europa. Mientras los gobiernos occidentales pueden preguntarse si valió la pena, los yugoslavos votan hoy en elecciones generales qué decidirán: si continúa o no el régimen de Slobodan Milosevic que perdura desde 1989. Pero, si algo parece seguro, es que nada pesará tanto en la decisión de los votantes como el recuerdo de la guerra que puso bajo la bandera de la ONU la provincia serbia de Kosovo.

El voto occidental

Mientras los ciudadanos yugoslavos deciden, Occidente ya votó. Prometió levantar las sanciones diplomáticas y económicas, siempre y cuando triunfe la oposición. Procura conseguir con los votos lo que no logró con las bombas. Estados Unidos ya gastó 77 millones de dólares en faxes y computadoras para el conjunto de los enemigos del socialista Milosevic. También en pagar a empresas encuestadoras (la misma que usa Bill Clinton) y hasta a bandas de rock pesado que arman conciertos callejeros invitando a registrarse y votar.
Acaso comprensiblemente, Milosevic acusó a sus opositores de ser herramientas de los enemigos que bombardearon Serbia el año pasado, los que buscan instalar un �gobierno títere� en Belgrado. El resultado de la votación de hoy ya parece así cuestionado desde todos los frentes. La oposición teme a la vez un fraude electoral en gran escala, que denunció el jueves, o una negativa de Milosevic a abandonar el poder si el recuento de votos no los favorece. Los analistas dicen que Kosovo provee un terreno fértil para la trampa electoral, cuyas 300 mesas de votación carecerán de equipos no gubernamentales para verificar los resultados. Además, varios cientos de miles de albaneses étnicos siguen registrados para votar en Yugoslavia, y la oposición teme que los analistas se apropien de sus votos. Por otra parte, hay incertidumbre sobre cuál será la respuesta de las fuerzas armadas (y de las poderosas organizaciones paramilitares) ante un triunfo opositor. 
Cinco candidatos, entre ellos el mismo Slobodan Milosevic, se disputan la presidencia de la República Federativa de Yugoslavia (RFY, formada por las repúblicas de Serbia y Montenegro), mientras cuatro grandes partidos presentarán candidatos a los 178 escaños de las dos cámaras del Parlamento y a las elecciones municipales en Serbia. En Voivodina, una provincia serbia con problemas étnicos por la fuerte presencia húngara, 1,6 millón de electores también tendrá que elegir a 120 nuevos diputados de esta provincia del norte de Serbia. Las elecciones presidenciales son el indudable centro de interés de la jornada electoral, ya que de los resultados depende el futuro de la RFY. 
Es la primera vez en la historia de la RFY �fundada en 1992� que se celebran elecciones presidenciales directas para un mandato de cuatro años (con una reelección posible), tras una reforma constitucional adoptada a principios de julio. Hasta ahora, el Parlamento nombraba al presidente por un único mandato de cuatro años. Los favoritos son el presidente saliente Milosevic y Vojislav Kostunica, el candidato de 18 partidos agrupados en la coalición Oposición Democrática de Serbia (DOS). Milosevic es el candidato único de su movimiento �el Partido Socialista (SPS)�, de la Izquierda Yugoslava (JUL) de su esposa Mira Markovic, y del Partido Popular Socialista (SNP) de Montenegro.

Esplendor y derrota

En base a los últimos sondeos, el DOS confía en una victoria sobre el oficialismo. Las encuestas señalan que Kostunica obtendría un 32,5 por ciento de apoyo, frente al 26,6 por ciento del presidente yugoslavo. A esto se suma la fuerte convocatoria del candidato opositor, que el miércoles reunió a unas cien mil personas, a las que prometió un país �libre, independiente y democrático�. Según los mismos sondeos, los otros tres candidatos no esperan el 10 por ciento de intenciones de voto. El más conocido es Tomislav Nikolic, representante del Partido Radical de Serbia (SRS, ultranacionalista), tercer integrante de la actual coalición en el poder en Yugoslavia con el SPS y el JUL.
El alcalde de Belgrado, Vojislav Mihailovic, es el candidato del Movimiento Serbio de Renovación (SPO) de Vuk Draskovic, que cortó el año pasado con los otros partidos de la oposición para presentarse solo.
El quinto y último candidato es el poco conocido Miroljub Vidojkovic, del llamado Partido Afirmativo, que se presentó a última hora.

La secesión tan temida

Montenegro, presidido por el prooccidental Milo Djukanovic, decidió boicotear las elecciones, al considerar ilegal la reforma constitucional llevada a cabo sin su acuerdo. Los numerosos partidarios de Milosevic en esa república, alentados por el Partido Socialista Popular (SNP) del primer ministro yugoslavo, Momir Bulatovic, tienen, sin embargo, la intención de participar en los comicios.
El SPS y el JUL presentan listas únicas a las elecciones legislativas y a las municipales. El SPS siempre dictó su política pese a su retroceso electoral en los últimos años y se mantuvo en el poder gracias a alianzas.
Aunque el electorado nacionalista del SRS también perdió popularidad, esta formación decidió presentarse sola a las elecciones. En la oposición, dos grandes partidos, la DOS y el SPO, lucharán por separado en las elecciones al Parlamento federal y en las elecciones municipales de Serbia. En 1996, dos partidos que hoy forman parte de la DOS, el Partido Democrático de Zoran Djindjic y la Alianza Cívica de Goran Svilanovic, conquistaron con el SPO las cuatro mayores ciudades de Serbia.
Desde las filas del régimen, el tablado de la antigua farsa ya está montado: acusan a la oposición de propósitos desestabilizadores para hacerse con el poder desde las calles y de usar los sondeos que pronostican la victoria de Kostunica con la intención de denunciar un fraude si hoy ganase Milosevic de nuevo. No faltan, siquiera, las denuncias a los infiltrados llegados del extranjero para ayudar a la oposición en la toma más o menos violenta del poder. 
El semanario independiente de Montenegro Monitor publicó esta semana informaciones sobre el llamado �Día D�. Según Monitor, desde hace un mes el Estado Mayor tiene planes detallados para tomar y asegurar todos los centros vitales de Belgrado y también en Podgorica, la capital de Montenegro, cuyo gobierno mantiene desde hace casi tres años una pugna abierta con el régimen de Milosevic. Añade Monitor que los soldados del segundo cuerpo del ejército de Yugoslavia, con mando sobre Montenegro, se encuentran en sus posiciones de espera ante los acontecimientos que se produzcan a partir de las elecciones de hoy. 

 


 

CINCO PREGUNTAS Y RESPUESTAS SOBRE KOSOVO
La guerra tras la elección

1 ¿Qué es Kosovo? 
Kosovo es una provincia de la República de Serbia, que junto con la República de Montenegro integra la República Federativa de Yugoslavia. De los dos millones de habitantes de la provincia, el 90 por ciento eran étnica y lingüísticamente albaneses, y musulmanes de religión. Un ocho por ciento eran serbios, cristianos ortodoxos que hablan serbio, una lengua eslava. 
2 ¿Cuál fue el origen del conflicto que motivó la ofensiva de la OTAN en 1999? 
En 1989, el presidente yugoslavo Slobodan Milosevic quitó a Kosovo la autonomía de la que gozaba en el interior de Serbia. Suprimió las autoridades locales y la enseñanza en albanés. Después de la división de la Yugoslavia socialista de Tito, ubicó en Kosovo a serbios de Eslovenia, Croacia y Bosnia, a los que negó domicilio en el resto de Serbia. El establecimiento del supremacismo étnico serbio fue seguido de la depuración étnica de los albaneses. 
3 ¿Por qué inició la OTAN su ofensiva de 80 días?
Desde febrero de 1998 creció la represión serbia en Kosovo. En las reuniones entre serbios y albano-kosovares de Rambouillet y París de febrero y marzo de 1999 organizadas por el Grupo de Contacto para la ex Yugoslavia, la delegación serbia no aceptó ningún acuerdo que significara la presencia de tropas internacionales en territorio yugoslavo como garantes del fin de lo que el secretario general de la ONU Kofi Annan llamó el �genocidio� de los albaneses étnicos de la provincia de Kosovo. 
4 ¿Era legal la ofensiva? .
La OTAN declaró la guerra a un país soberano, Yugoslavia, sin autorización del Consejo de Seguridad de la ONU. Los juristas de la OTAN se fundaron en el corpus existente de resoluciones del Consejo que amenazan al gobierno de Belgrado (capital de Yugoslavia y de Serbia) con el uso de la fuerza para impedir una �catástrofe humanitaria�. Pero esos textos de referencia no autorizaban el pasaje al acto. 
5 ¿Qué resultados tuvo la ofensiva en Kosovo?
Con la ofensiva de la OTAN, más de un millón de kosovares fueron obligados a huir y encontraron refugio en los países vecinos: Albania y Macedonia. También en Montenegro y en la franja musulmana de Serbia. En cantidades simbólicas, fueron recibidos por potencias occidentales. En Macedonia, país eslavo con un cuarto de población albanesa, el ingreso de refugiados produjo un desequilibrio demográfico de difícil solución. La ONU puso bajo su administración a la provincia, donde hoy también se celebran elecciones. Desde el fin de la ofensiva atlantista, los albanokosovares procuraron expulsar, por el asesinato y la intimidación, a las minorías serbias y gitanas. 

 

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