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Un empate que no satisfizo a nadie
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  En un partido mayormente discreto y aburrido, que sólo regaló unos pocos minutos finales de atracción, Independiente empató 1-1 con Central, por el segundo encuentro adelantado de la octava fecha del Torneo Apertura. Si bien el resultado fue abierto hasta el final, ninguno de los dos mereció la victoria. Las actuaciones de ambos conjuntos se acercaron más a sus respectivas flacas campañas en el torneo local que al crecimiento que experimentaron en la Copa Mercosur.Sólo los primeros minutos del encuentro fueron para Independiente, porque manejó mejor la pelota del medio hacia adelante, lo que le permitió generar al menos tres situaciones de gol, que no se concretaron gracias a la gran labor del arquero Laureano Tombolini, la figura de los rosarinos. Pero Central logró emparejar el trámite con un par de llegadas que pusieron un poco de emoción y de peligro en el área de Rocha. El tono general fue de pobreza. Los dos cometieron demasiados errores y carecieron de claridad para definir las escasas situaciones de gol que generaron, más por equívocos ajenos que méritos propios. Recién a los 20 minutos del tiempo complementario, cuando el partido parecía condenado a ser más de los mismo, Esteban Cambiasso, con un remate violento desde el borde del área chica, consiguió la ventaja para su equipo, luego de una habilitación de cabeza de Milito, que lo dejó solo frente a Tombolini. El gol obligó a Central a salir a buscar el descuento. Un minuto después se lo perdió Marra. Y dos minutos más tarde, llegó el 1-1, tras una muy buena habilitación de Cáceres a Ezequiel González, quien casi desde la puerta del área conectó un remate que Rocha no pudo contener. Sobre el final, con los varios cambios en la cancha, el encuentro se volvió dinámico. Después de todo el esfuerzo desperdiciado, ni Central ni Independiente parecían dispuestos a resignar los dos puntos. Ese fue otro partido: los dos se acordaron que la cita era con el fútbol.
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