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LANZARAN UN PLAN PARA RENOVAR 10 MIL CUADRAS EN DOS AÑOS
Calles porteñas al borde del colapso

Un 70 por ciento de las 24 mil cuadras de la ciudad están en situación de riesgo. Según el gobierno porteño, las intensas lluvias de este año aflojaron el suelo, lo que produjo varios casos de hundimiento del asfalto. Anuncian un plan para recomponer la red más transitada y renovarla en dos años.

Por Eduardo Videla

t.gif (862 bytes)  De las 24 mil cuadras de calles en la ciudad de Buenos Aires, “por lo menos el 70 por ciento está al borde del colapso”. La advertencia, formulada por las máximas autoridades porteñas, significa que en cualquier momento, el pavimento de una de esas arterias puede ceder y hundirse, originando verdaderos cráteres en la vía pública, como ocurrió en una docena de oportunidades durante los últimos diez días. El fenómeno, dicen los responsables del área, está asociado al inusual régimen de lluvias de este año, “que ha aflojado el subsuelo, por un lado, y erosionado el pavimento, por otro”, según explicó a Página/12 el secretario de Obras y Servicios Públicos, Abel Fatala.
Es en este contexto que el gobierno porteño se apresta a lanzar un programa de mantenimiento de la vía pública, a cargo de cinco empresas que trabajarán en otras tantas zonas en que se ha dividido la ciudad. Pero como los tiempos de las licitaciones públicas no permiten que estos trabajos comiencen antes de diciembre, se han iniciado tareas de bacheo y conservación para mantener en condiciones, al menos, 2200 cuadras de la ciudad.
Fatala reconoce que el estado del pavimento en Buenos Aires es el peor de los últimos años. Y lo atribuye a dos causas: “La intensidad de las lluvias, que en los seis primeros meses alcanzaron el promedio histórico para un año, y la existencia de pavimentos frágiles, producto de obras deficientes y de la erosión de la lluvia”. Según el Servicio Metereológico, hasta ayer cayeron en Buenos Aires 1358 milímetros de agua, cuando la media anual es de 1145.
En quince días, el titular de Obras y Servicios Públicos convocará a especialistas del Servicio Metereológico Nacional y del Conicet, para elaborar un diagnóstico preciso. Hará lo mismo con el Ente Tripartito de Obras y Servicios Sanitarios (Etoss), para conocer con precisión qué tramos de desagües pluviales será necesario renovar.
Por ahora, el panorama no resulta para nada alentador: “Parte de la red pluviocloacal es obsoleta, en algunos casos construida con madera. La lluvia produce su rotura y la consiguiente erosión del subsuelo”, explicó el funcionario. En el gobierno temen que el problema se agrave si el régimen de precipitaciones en la segunda mitad del año es similar al de la primera.
Durante la semana pasada, los partes que recibía Fatala en su despacho reflejaban la situación: en unos doce puntos de la ciudad se registró hundimiento de la calzada, lo que contribuyó al caos en el tránsito porteño. El caso más patético se registró en Alsina al 1600, donde se abrió un boquete de tres metros de profundidad. Pero también se registraron incidentes en Santiago del Estero y Belgrano, Pasco al 1200, Virrey Cevallos e Hipólito Yrigoyen y Paraguay y Reconquista, entre otros puntos de la ciudad.
Según la explicación de los funcionarios, la lluvia ha ejercido un doble efecto sobre el pavimento: por un lado, ha contribuido a un “debilitamiento estructural del suelo, por el ascenso de la napa freática y los problemas en las roturas en la red pluvial y cloacal”; por otro, ha erosionado las capas más frágiles de la superficie.
Un tercer efecto, dicen, es la dificultad para hacer las reparaciones: “No se puede hacer con el pavimento húmedo, porque el material se despega”, aseguran.
La situación más grave se da en las 10.000 cuadras que componen la red primaria y secundaria de la ciudad: son las avenidas y calles más transitadas, que sirven de acceso al macro y microcentro.
Para esos recorridos, está previsto un plan de “renovación de calzadas”, que consistirá en el “fresado del actual pavimento y la recomposición del paquete resiste, respetando los niveles originales de las calles”.
Ocurre que las sucesivas reparaciones y repavimentaciones se han realizado sin respetar estos pasos previos, por lo que, en muchos casos, “las calles están a la misma altura que las veredas, lo que hace más difícil el escurrimiento”.
Para la renovación de las calzadas se utilizarán nuevas tecnologías: “Se usarán pavimentos porosos que permitan cierto grado de permeabilidad”, informó Fatala.
Mediante este plan, que se llevará a cabo a través de una nueva licitación, se prevé la “renovación total, en dos años, de las vías primarias y secundarias de la ciudad”. Mientras tanto, habrá que rogar para que el agua no siga socavando el suelo de Buenos Aires.

 

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