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SE LARGO EL RECAMBIO DE GABINETE CON EL REEMPLAZO DE JUAN LLACH
Juri, un cirujano para hacer educación

Los radicales festejaron la llegada de Hugo Juri a la cartera educativa. La titular de la CTERA, Marta Maffei participó del acto. El nuevo ministro prometió abrir una etapa de diálogo con todos los sectores.

Por Nora Veiras

t.gif (862 bytes)  Después de mucho tiempo, Juan Llach sonrió relajado. Fue ayer al mediodía en la ceremonia de asunción de su sucesor, el médico cordobés Hugo Juri, que se convirtió inesperadamente en el segundo ministro de Educación del gobierno aliancista. Los radicales también sonreían relajados. No ocultaban su alegría por haber “recuperado” un ministerio que, a contramano de sus deseos, había ocupado un cavallista. “No estamos para tirar manteca al techo, pero por lo menos vamos a poder hablar”, comentó a Página/12 uno de los rectores que la semana pasada le había planteado sus quejas al presidente de la UCR, Raúl Alfonsín, por el proyecto de presupuesto que elaboró Llach. El diálogo es la herramienta con la que cuenta Juri para descomprimir los conflictos educativos. En ese contexto más de uno miró complacido ayer el ingreso de la titular de la CTERA, Marta Maffei, al Salón Blanco de la Casa Rosada.
Mientras en la planta baja las luces de la televisión iluminaban a Domingo Cavallo –el segundo convocado al diálogo político después de Carlos Menem– en el primer piso, el presidente Fernando de la Rúa puso en funciones a Juri. Le agradeció a Llach, su amigo personal, el paso por la gestión, “la innovación de sus ideas” y “el esfuerzo por levantar la Carpa Blanca y lanzar el portal educ.ar, un eje modernizador extraordinario”. A renglón seguido, el ahora ex rector de la Universidad Nacional de Córdoba juró por “Dios, la patria y los Santos Evangelios” y se abrazó con su antecesor. El vicepresidente Carlos “Chacho” Alvarez y los ministros Federico Storani, Adalberto Rodríguez Giavarini, Nicolás Gallo, Graciela Fernández Meijide, Ricardo Gil Lavedra y Alberto Flamarique aplaudieron formales. Varios de ellos miraban tratando de responderse quién protagonizará la próxima ceremonia de recambio.
Uno de los que ya no tiene dudas de su inminente partida es el secretario para la Ciencia, la Técnica y la Innovación Productiva, Dante Caputo. Juri ya sabe que esa área regresará de la órbita de Presidencia a la de Educación. Una decisión que, en realidad, muestra la imprevisión con la que se decidió hace nueve meses el traspaso inverso. Juri ratificó la continuidad de los dos secretarios que compartieron la gestión de Llach, Juan Carlos Gottifredi (Educación Superior) y Andrés Delich (Educación Básica). Pero está pensando en poner a Gottifredi en el área de Ciencia y Técnica y convocar a algún otro rector para reemplazarlo. Sin embargo, ya le advirtieron que Gottifredi quedó “demasiado identificado” en la comunidad científica con el denominado Plan Caputo, que consiguió unificar a todos en su contra.
El rector de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Oscar Shuberoff, se sentó ayer en primera fila y tras la asunción aseguró que Juri “nos autorizó a los rectores a hacer saber que iba a pedir al Congreso la eliminación del proyecto de Llach de reservarse el 20 por ciento del presupuesto universitario”, unos 311 millones de pesos que planeaba redistribuir con nuevos criterios. Una idea que el equipo del ministro de Economía José Luis Machinea defiende pero que la comunidad universitaria rechazó de plano. Las discrepancias entre Gottifredi y Llach en torno de ese punto quedaron en evidencia en el mismo proyecto que llegó al Congreso. Allí no sólo aparecen los 311 de los 1800 millones de pesos del presupuesto universitario que pretendía retener Educación, sino también los 20 millones que para el mismo fin proponía Gottifredi.
“Tras el estancamiento viene el despegue”, comentaban anoche en el Palacio Sarmiento para describir la nueva etapa que aspiran encabezar. Juri cuenta con el aval de los universitarios, pero ahora tendrá que hacer uso de su muñeca de cirujano para anudar acuerdos con las provincias y los gremios docentes. Por lo pronto, optó por no hablar del Pacto Federal Educativo II que tantos sinsabores le provocó a Llach. En el Salón Blanco no abundaron los representantes de las provincias: sólo se distinguieron entre los omnipresentes universitarios los ministros de Educación de Córdoba y de Corrientes. Quedó fuera de contexto la reunión que teníanagendada para ayer los ministros de las 14 provincias gobernadas por el peronismo para discutir un proyecto de pacto alternativo.
“Andrés será el que manejará directamente la reforma de la escuela media y todos los programas de educación básica”, repiten los amigos de Delich, que sienten como un triunfo la continuidad del secretario después de meses de diálogo cortado con el ex ministro.
–A pesar de nuestras diferencias, los dos compartimos la misma pasión por la educación. Suerte –lo saludó Llach en la Rosada.
–Chau –fue la lacónica respuesta de Delich.
Ayer, todos los coordinadores de área presentaron su renuncia para dejarle las manos libres al nuevo ministro. En los pasillos de Educación se especulaba con que seguro serán reemplazados el responsable del Programa de Escuelas Prioritarias, Ricardo Murtagh, y la encargada del Programa de Fortalecimiento Institucional, Cristina Flood. El subsecretario de Administración, Rubén Mariscotti, también dejaría la gestión.
Las restricciones presupuestarias tornan ilusorio incrementar en 4200 millones de pesos por año los recursos para educación y llegar así al 6 por ciento del PBI, pero sin un compromiso que haga posible armonizar “más plata con mejor uso” las posibilidades de cambios concretos son más que escasas.

 

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