Por
Nora Veiras
Después de mucho tiempo, Juan Llach sonrió relajado. Fue
ayer al mediodía en la ceremonia de asunción de su sucesor,
el médico cordobés Hugo Juri, que se convirtió inesperadamente
en el segundo ministro de Educación del gobierno aliancista. Los
radicales también sonreían relajados. No ocultaban su alegría
por haber recuperado un ministerio que, a contramano de sus
deseos, había ocupado un cavallista. No estamos para tirar
manteca al techo, pero por lo menos vamos a poder hablar, comentó
a Página/12 uno de los rectores que la semana pasada le había
planteado sus quejas al presidente de la UCR, Raúl Alfonsín,
por el proyecto de presupuesto que elaboró Llach. El diálogo
es la herramienta con la que cuenta Juri para descomprimir los conflictos
educativos. En ese contexto más de uno miró complacido ayer
el ingreso de la titular de la CTERA, Marta Maffei, al Salón Blanco
de la Casa Rosada.
Mientras en la planta baja las luces de la televisión iluminaban
a Domingo Cavallo el segundo convocado al diálogo político
después de Carlos Menem en el primer piso, el presidente
Fernando de la Rúa puso en funciones a Juri. Le agradeció
a Llach, su amigo personal, el paso por la gestión, la innovación
de sus ideas y el esfuerzo por levantar la Carpa Blanca y
lanzar el portal educ.ar, un eje modernizador extraordinario. A
renglón seguido, el ahora ex rector de la Universidad Nacional
de Córdoba juró por Dios, la patria y los Santos Evangelios
y se abrazó con su antecesor. El vicepresidente Carlos Chacho
Alvarez y los ministros Federico Storani, Adalberto Rodríguez Giavarini,
Nicolás Gallo, Graciela Fernández Meijide, Ricardo Gil Lavedra
y Alberto Flamarique aplaudieron formales. Varios de ellos miraban tratando
de responderse quién protagonizará la próxima ceremonia
de recambio.
Uno de los que ya no tiene dudas de su inminente partida es el secretario
para la Ciencia, la Técnica y la Innovación Productiva,
Dante Caputo. Juri ya sabe que esa área regresará de la
órbita de Presidencia a la de Educación. Una decisión
que, en realidad, muestra la imprevisión con la que se decidió
hace nueve meses el traspaso inverso. Juri ratificó la continuidad
de los dos secretarios que compartieron la gestión de Llach, Juan
Carlos Gottifredi (Educación Superior) y Andrés Delich (Educación
Básica). Pero está pensando en poner a Gottifredi en el
área de Ciencia y Técnica y convocar a algún otro
rector para reemplazarlo. Sin embargo, ya le advirtieron que Gottifredi
quedó demasiado identificado en la comunidad científica
con el denominado Plan Caputo, que consiguió unificar a todos en
su contra.
El rector de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Oscar Shuberoff, se
sentó ayer en primera fila y tras la asunción aseguró
que Juri nos autorizó a los rectores a hacer saber que iba
a pedir al Congreso la eliminación del proyecto de Llach de reservarse
el 20 por ciento del presupuesto universitario, unos 311 millones
de pesos que planeaba redistribuir con nuevos criterios. Una idea que
el equipo del ministro de Economía José Luis Machinea defiende
pero que la comunidad universitaria rechazó de plano. Las discrepancias
entre Gottifredi y Llach en torno de ese punto quedaron en evidencia en
el mismo proyecto que llegó al Congreso. Allí no sólo
aparecen los 311 de los 1800 millones de pesos del presupuesto universitario
que pretendía retener Educación, sino también los
20 millones que para el mismo fin proponía Gottifredi.
Tras el estancamiento viene el despegue, comentaban anoche
en el Palacio Sarmiento para describir la nueva etapa que aspiran encabezar.
Juri cuenta con el aval de los universitarios, pero ahora tendrá
que hacer uso de su muñeca de cirujano para anudar acuerdos con
las provincias y los gremios docentes. Por lo pronto, optó por
no hablar del Pacto Federal Educativo II que tantos sinsabores le provocó
a Llach. En el Salón Blanco no abundaron los representantes de
las provincias: sólo se distinguieron entre los omnipresentes universitarios
los ministros de Educación de Córdoba y de Corrientes. Quedó
fuera de contexto la reunión que teníanagendada para ayer
los ministros de las 14 provincias gobernadas por el peronismo para discutir
un proyecto de pacto alternativo.
Andrés será el que manejará directamente la
reforma de la escuela media y todos los programas de educación
básica, repiten los amigos de Delich, que sienten como un
triunfo la continuidad del secretario después de meses de diálogo
cortado con el ex ministro.
A pesar de nuestras diferencias, los dos compartimos la misma pasión
por la educación. Suerte lo saludó Llach en la Rosada.
Chau fue la lacónica respuesta de Delich.
Ayer, todos los coordinadores de área presentaron su renuncia para
dejarle las manos libres al nuevo ministro. En los pasillos de Educación
se especulaba con que seguro serán reemplazados el responsable
del Programa de Escuelas Prioritarias, Ricardo Murtagh, y la encargada
del Programa de Fortalecimiento Institucional, Cristina Flood. El subsecretario
de Administración, Rubén Mariscotti, también dejaría
la gestión.
Las restricciones presupuestarias tornan ilusorio incrementar en 4200
millones de pesos por año los recursos para educación y
llegar así al 6 por ciento del PBI, pero sin un compromiso que
haga posible armonizar más plata con mejor uso las
posibilidades de cambios concretos son más que escasas.
|