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El presidente de Yugoslavia, el serbio Slobodan Milosevic, parece muy poco
dispuesto a reconocer una derrota en las elecciones del domingo. Pero la
Oposición Democrática de Serbia (DOS) anunció ayer
la victoria de su candidato, Vojislav Kostunica, y reclamó el anuncio
del resultado oficial que significaría el fin de 13 años de
continuismo de Slobo. Según Cedomir Jovanovic, una de
las autoridades de la DOS, Kostunica obtuvo el 55,3 por ciento de los votos,
frente al 34,3 por ciento de Milosevic, tras escrutarse el 65 por ciento
de los sufragios. Pero los oficialistas también tienen sus números
extraoficiales, y sin importarles las advertencias de Occidente, salieron
a celebrar por su cuenta. Las elecciones terminaron. Para la DOS, no habrá segunda vuelta, resumió Jovanovic, y precisó que participaron en los comicios 5,4 millones de personas de las 7,8 millones empadronadas. Por su parte, los aliados de Milosevic sostienen que el actual presidente encabeza los resultados con el 45 por ciento de los votos, frente al 40 por ciento para Kostunica, tras el recuento de tres millones de votos. Más de 20.000 personas se congregaron en las calles céntricas de Belgrado para celebrar la victoria de la oposición. En Washington el portavoz para la Seguridad Nacional de la Casa Blanca, P.J. Crowley, afirmó que pese a irregularidades importantes, quedó claro que la gente rechazó al presidente Slobodan Milosevic por una mayoría sustancial. En el mismo sentido coincidieron las autoridades alemanas, italianas y británicas. Si la oposición al presidente Milosevic apostó a confrontarlo en las elecciones, se enfrenta a una tarea aún más terrible en los próximos días. Aunque la perspectiva de una victoria es real, el líder socialista serbio tratará de asustar a sus opositores de la coalición nacionalista o de sobornar a sus líderes. Puede estar poniéndolos a prueba para ver si puede lograr una victoria en la primera vuelta o si tiene que conceder una segunda. Los líderes de la oposición, por lo menos ayer estaban firmes. No habrá más negociaciones, proclamó Zoran Djindijic, líder del Partido Demócrata, clave en la DOS. Pero el candidato al frente de la oposición, Kostunica, se abrió del partido de Djindjic a comienzos de la década de 1990, de manera que los dos hombres tienen una historia de desacuerdos. Más interrogantes hay en los dos partidos cuyos candidatos serán eliminados si hay una segunda vuelta. El ultranacionalista Partido Radical de Vojislav Seselj, todavía forma parte formalmente de la coalición del gobierno de Milosevic, aunque presentó un candidato por separado el domingo. Antes de la primera vuelta, Seselj dijo repetidamente que su partido votaría contra Milosevic en una eventual segunda vuelta. Pero Seselj es un conocido oportunista y es terriblemente ambicioso. Igualmente intrigante será la conducta del Partido Renovador serbio, que solía ser el grupo opositor más fuerte. Su volátil líder, Vuk Draskovic, se negó a unirse a la coalición de 18 partidos de Kostunica. No es un problema menor para la oposición carecer de ideología común: reúne a monárquicos, conservadores y nacionalistas como a social demócratas y liberales. El único factor común es el deseo de ver a Milosevic fuera del poder.
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