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EN TRASNOCHE LAS CHICAS ENFRENTAN A NUEVA ZELANDA Y BUSCAN PODIO
Les dicen las Maradona del hockey

El hockey femenino mostró técnica y garra ante China, con Soledad García extraordinaria. El voley entró a cuartos, con lo justo.

Por Eduardo Febbro
Desde Sydney

t.gif (862 bytes)  Ayer fue el día de la caída de los imperios olímpicos. La victoria de la Argentina ante China por tres a uno en hockey femenino y la medalla de oro ganada por el cubano Anier García en los 110 metros con vallas marcaron una jornada durante la cual un país entero se puso de pie para ovacionar el título olímpico de los 400 metros ganado por la atleta aborigen australiana Cathy Freeman.
Los periodistas australianos y británicos apodan a la selección de hockey argentino “las Maradonas del hockey”. En dos días sucesivos, el domingo ante Holanda y el lunes ante China, el equipo probó de sobra que el apodo no era inmerecido. Creatividad personal, rapidez, solidaridad e intuición para encontrar espacios imposibles dejaron pasmados a espectadores y adversarios al tiempo que colocaron a la selección en una posición ideal: tras haber iniciado la fase final del torneo sin puntos y en el fondo de la zona por los malos resultados heredados de la zona preliminar, el equipo se sitúa ahora segundo de su grupo con seis puntos, justo detrás de las campeonas olímpicas australianas. Los dos últimos partidos fueron de antología. Ante Holanda, la Argentina se impuso tres a uno gracias a dos goles para citar en las enciclopedias marcados por Soledad García. El lunes, la historia se repitió ante China con otro gol de antología de la misma García.
La selección Argentina empezó perdiendo con el primer gol marcado por la china Tunling Chang a los seis minutos. Pero en vez de hundirse en la duda o el apuro, el equipo de Sergio Vigil jugó con la potencia, la constancia y las energías suficientes como para que lo ocurrido ante España y Australia –dos derrotas–no volviera a repetirse. Antes de que concluyera el primer tiempo, Luciana Aymar consiguió el empate tras un pase largo de Paz Ferrari que llegó hasta Karina Massota y que ésta convirtió en centro milimétrico para Aymar. La jugadora, con un toque relámpago, marcó el gol del empate y liberó aún más a un equipo que desde entonces multiplicó los ataques, las acciones creativas y las situaciones mágicas.
Son incontables las veces que Luciana Aymar dejó pagando a las chinas con los desplazamientos imprevisibles de su stick que se mueve como una luz milagrosa. Vanina Onetto, Magdalena Aiciega desde el fondo de la defensa, Cecilia Rognoni y los despliegues incesantes de Jorgelina Rimoldi resultaron piezas fundamentales de la victoria nacional. Pese a la dominación, el partido se mantenía indeciso hasta que, a los 52 minutos,se produjo la genial jugada de la cordobesa Soledad García. Lo único que se puede encontrar de similar es el gol que Maradona les metió en México a los ingleses después del controvertido gol de la “mano de dios”. A partir de una impecable jugada individual, García se metió en las líneas chinas por el lado izquierdo y se paseó igual que en el living de su casa: García se deshizo de tres defensoras, eludió a la arquera Ya Li Nie y marcó el gol. Dominada, superada por la rapidez y la imaginación, la selección China terminó jugando desconcertada. Pero Dios estaba en el arco argentino y hasta el córner penal conseguido por las chinas en el último minuto no pudo atravesar la muralla albiceleste. Las chicas terminaron abrazándose en una escena de júbilo indescriptible al tiempo que el público aplaudía de pie con el entusiasmo y el asombro de los niños cuando van por primera vez al circo. Detrás de Australia y Argentina se ubican España con cinco puntos y un partido menos, seguida por China con cuatro, Holanda y Nueva Zelanda con tres. Las neozelandesas jugarán esta tarde (dos y media de la madrugada de mañana miércoles en Argentina) un partido colave contra la Argentina. Si las nuestras ganan, quedarán entre las cuatro selecciones que pueden optar a una medalla.
El milagro argentino también se prolongó después (sin jugar) en vóleibol masculino. La selección había caído sin piedad por tres sets a cero ante un equipo ruso de primera categoría en su ultima presentación, pero, más tarde, la victoria de Yugoslavia ante Corea del Sur en cinco sets le abrió a la Argentina el camino de los cuartos de final. Javier Weber explicó en Sydney que para ganarle a un equipo como Rusia “hace falta una dosis de rebeldía que no tuvimos. Si no se pelean todas las pelotas hasta el final es imposible ganar”. Yugoslavia le hizo un gran favor a la Argentina que había empezado el torno olímpico ganando dos partidos para luego perder sucesivamente los últimos tres encuentros. Holanda, campeón olímpico de Atlanta 96, terminó segundo de su grupo, el A, justo detrás del Brasil. Los brasileños, que vencieron a Cuba en tres sets, son los próximos rivales de la Argentina, que así llegó a cuartos, quedó entre los ocho finalistas. Ya está.

CATHY FREEMAN, MICHAEL JOHNSON Y OTROS MONSTRUOS
La hazaña del cubano Anier García

Por Eduardo Febbro
Desde Sydney

Un país entero se detuvo ayer para mirar los 49 segundos 11 centésimas que duró la final de los 400 metros femeninos y en donde se impuso la atleta local Cathy Freeman. La australiana se paseó literalmente por la pista con una velocidad y un estilo que auguran una extensa dominación de esa distancia. Pero mucho más espectacular fue la victoria del cubano Anier Garcia en los 110 metros con vallas. Por primera vez en la historia de una final olímpica en pista un atleta latinoamericano derrota a la potencia deportiva de EE. UU. García se superó de lejos al ejército de super hombres norteamericanos que lo perseguían. De paso, el cubano consiguió en la pista del estadio olímpico la primera medalla de oro atlética para Cuba y la primera latinoamericana.
“Es un gusto, un gran gusto”, decía García. “La patria y América Latina están a salvo”. Oriundo de la nueva generación de atletas cubanos, Anier García corre y salta las vallas igual que una gacela. Quedó a apenas 9 centésimas del récord del mundo y dejó al favorito de la prueba, el estadounidense Allen Johnson, en el cuarto lugar, a casi medio segundo. En cuanto al otro Johnson, Michael, su actuación en los 400 metros llanos elude todo comentario. Ganó la medalla de oro con la misma facilidad que si estuviera haciendo entrenándose en Central Park. No existe nadie a la redonda que le pueda hacer la más mínima sombra. En el estadio olímpico de Sydney la noche cayó con el resplandor de un mito. El etíope Haile Gebrselassie ganó la medalla de oro de los 10.000 metros masculinos con ese paso de brujo sabio que siempre le muestra el camino más corto para llegar más rápido.


Le cortaron los resortitos

La gimnasta rumana Andreaa Raducan fue despojada de su medalla de oro en el concurso individual completo por dar positivo en el control antidoping, anunció el Comité Olímpico Internacional. El test antidopaje de Raducan dio positivo de seudoefredina, dijo el director ejecutivo del COI, François Carrard, en conferencia de prensa. El equipo rumano dijo en su descargo que Raducan estaba resfriada y el médico del equipo le administró un medicamento que contiene la seudoefredina, una sustancia prohibida contenida en muchos medicamentos para estados gripales. Uno de los casos más famosos con seudoefedrina involucró a Diego Maradona en ocasión del Mundial de Estados Unidos en 1994.

 

 

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