Por
Diego Manrique
Después de la monumental reedición de su obra completa en
29 cuidados CDs, Joan Manuel Serrat reaparece con un nuevo disco: Cansiones,
que saldrá a la venta el próximo lunes, y contiene 13 temas
de autores latinoamericanos. Una de las curiosidades de este trabajo es
que está firmado por Tarrés/Serrat. El catalán
explica la íntima relación entre Serrat y su
alter ego: No es como cuando Jaume Sisa se reencarnó en Ricardo
Solfa, o lo de Santiago Auserón y Juan Perro explica Nano.
Aquí presento la duplicidad de mi persona: digamos que Serrat es
un buen ciudadano, un padre de familia responsable, mientras que Tarrés
parece todo lo contrario, un vividor que no tiene más objetivo
que disfrutar del presente. De todos modos, es un tipo imprescindible.
Como dice mi canción, cuando él no está/se
atraganta el licor/los amigos se van/y no me quiere mi amor.
Para dar cuerpo a Tarrés, Serrat viajó en pleno verano caribeño
a Cuba. En La Habana, con la ayuda del realizador Javier Rivera, se realizó
un reportaje fotográfico, un videoclip y un documental.
Cansiones se hizo en Buenos Aires, Montevideo, Bogotá y Barcelona,
con mezclas finales en Madrid. Entendí que algunas piezas
necesitaban hacerse in situ, con el ambiente, con el sabor
de los músicos del lugar. Luego, tuve la suerte de contar con instrumentistas
extraordinarios que andaban cerca, como el acordeonista Gil Goldstein,
que normalmente toca jazz. Kitflus fue el director musical y tocan tipos
increíbles como Tino di Geraldo y Pedro Javier González.
Y la señorita Olvido Lanza, en el violín.
Serrat grabó en numerosos idiomas europeos: Del La,
la, la hice versiones en catalán, castellano, portugués,
italiano, inglés, alemán y francés. Y en Cansiones
prueba con el guaraní en Che pykasumi: Siempre
nos olvidamos del Paraguay, cuya lengua es de una sonoridad hermosísima,
que unas veces parece euskera y otras francés. Fue un trabajo de
todos los demonios, el guaraní tiene ocho vocales... ¡suerte
que Tarrés es un poliglota! El insistió en que el disco
se titulara como se titula, alega que la inmensa mayoría de los
hispanoparlantes pronuncia así la palabra cansiones.
La idea de Cansiones era vomitar lo que he comido, compartir con
mi público las canciones que me han nutrido en tantos viajes por
América latina, que siempre se ha volcado conmigo. Luego, se trataba
de darles un toque personal y en eso sí que parece que he acertado,
hay gente que se cree que se trata de composiciones mías...¡y
de Tarrés! En algunos casos, eso supone llevar ese repertorio
hacia tópicos del flamenco: Sí, El amor, amor
es un vallenato que se recicla perfectamente en rumba flamenca. En
la vida todo es ir, originalmente un son puertorriqueño de
Roy Brown, ha quedado como una colombiana, el otro día me llamó
Lolita para felicitarme, me dijo que le habría encantado a su padre,
El Pescaílla.
En otros casos, le quitó dramatismo a los originales: Por
ejemplo, he llevado los tangos hacia las baladas al modo, digamos, serratiano.
De un mundo raro es un bolero-ranchera de José Alfredo
Jiménez pero yo siempre he cantado esa canción de madrugada,
como si fuera el cierre de un cabaret. Advierte Serrat que el disco
no pretendía retratar musicalmente toda la América hispana:
Faltan temas de Centroamérica, Bolivia, Ecuador, República
Dominicana. En realidad, pesaron más los autores que sus países.
Hay que tener en cuenta que yo llegué a tratar con José
Alfredo, Víctor Jara, Virgilio Expósito, todos gigantes.
Evité muchas canciones contemporáneas que me gustan y también
los grandes éxitos latinos; aparte de Soy lo prohibido
y De un mundo raro, es un cancionero prácticamente
desconocido en España.
Se podría desear que Serrat aplicara ese proceso de reinvención
a sus propias canciones clásicas: ocurre que algunos de los arreglos
suenanhoy..., insensibles a la vez que desfasados. No sabría
qué decir, tampoco yo estoy muy modernizado, últimamente
sólo escucho a Beethoven y a Charles Aznavour. No tengo mucho interés
por mi pasado: cuando remasterizaron mis CDs, me mandaron unas muestras,
las escuché brevemente... y me desentendí. Cierto que se
pueden revitalizar mis canciones, yo lo hago en vivo y a veces se editan
en discos y en videos. Pero... ¿volverlas a grabar en estudio?
Ya me van a dar bastante con este nuevo disco, dirán que se me
ha agotado la inspiración, como para que me lance a recuperar mi
repertorio. ¡Me crucificarían!
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